Revista con la A

26 de julio de 2021
Número coordinado por:
Dolors López Alarcón
76

Hablemos del suicidio

Editorial

En este número de con la A, coordinado por Dolors López, hablamos del suicidio, y en este caso no se trata solo de repetir el título de esta edición de la revista sino de un imperativo, tal y como aconseja cada articulista que aborda el tema, para romper el tabú que envuelve este dejar de vivir, esta forma de morir por la que optan miles de personas cuando la existencia les pesa demasiado, cuando no son capaces de ver la luz al final del túnel, cuando el dolor del alma les atenaza de tal manera que el único camino que encuentran es decir adiós de una forma definitiva… Se trata, como insisten las y los articulistas, de sacar a la luz, de visibilizar un problema que causa más muertes al año que los accidentes de tráfico y para cuya evitación hay alternativas, aun cuando todas y todos coinciden en que se trata de un problema complejo y multicausal, tanto en cuanto interactúan distintos factores, cada uno de los cuales exige una atención específica, que están relacionados entre sí. Además, es un problema de amplia magnitud ya que no solo afecta a las personas que deciden quitarse la vida sino a todas aquellas que las rodean, las supervivientes, siendo el impacto mayor cuando la relación es más cercana. Todas ellas requieren ser atendidas lo que exige la puesta en juego de recursos ajustados a cada una de las situaciones, recursos que, de existir, son escasos. Las y los articulistas abren la puerta a la esperanza al afirmar que el suicidio puede prevenirse, evitarse, y dentro de las medidas de prevención juega un papel importante, como en todo, el reconocimiento de que este es un problema que afecta a toda la sociedad, un problema que la ciudadanía y sobre todo los servicios públicos tienen que reconocer y habilitar instrumentos efectivos para su abordaje, un problema que cada persona podemos evitar estando pendiente de las señales de quienes sufren a nuestro alrededor. Hay que acabar con la estigmatización de quienes optan por el suicidio y de las y los supervivientes, lo que requiere, como señala Josep Pena “campañas de formación, información y sensibilización”, junto con recursos de salud pública, educativos, sociales, económicos y culturales. Otro elemento a tener en cuenta, una vez más, es que el suicidio tiene sesgo de género… Por ello, desde con la A, dentro de nuestras posibilidades, nuestra contribución es desvelarlo, dar cuenta de su existencia, de su impacto, hablar de ello, ayudar con la palabra a romper el tabú y, lo más importante, dar la voz a las y los especialistas que llevan años trabajando desde diferentes ámbitos para prevenir y evitar que mujeres y hombres de todas las edades sigan pensando en el suicidio como única solución.

Alicia Gil Gómez

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