Yo tengo tantos hermanos que no los puedo contar
y una novia muy hermosa que se llama libertad.

Atahualpa Yupanqui

A fines de mayo y durante el mes de junio, tuvo lugar el 13º Festival de Cine Cubano en la Sociedad de Cine de Saint Paul y Minneapolis (MSP). Se proyectaron seis películas, entre ellas documentales y largos de ficción. Los hermanos (2020), documental dirigido por Marcia Jarmel y Ken Schneider, es la historia de dos talentosos músicos, separados por la política migratoria entre Cuba y los Estados Unidos: Aldo López-Gavilán (pianista) e Ilmar Gavilán (violinista).

Desde que en 1959 el pueblo cubano sacara del poder al dictador Fulgencio Batista (1901-1973), en represalia, Estados Unidos impuso severas sanciones económicas a Cuba. Esas medidas han impedido que hombres y mujeres cubanos accedieran a recursos necesarios para la subsistencia humana y ha hecho de cada día una odisea dura, a veces imposible, tan solo por el hecho de buscar su libertad.

Estados Unidos no sólo cortó toda relación comercial con Cuba, a partir de 1959, después de décadas de consolidación de una economía dependiente al mercado norteamericano, sino que impidió que otros países hicieran cualquier tipo de transacción, a costa de correrse el riesgo de recibir el mismo trato que Cuba y padecer también restricciones severas de comercialización. El Torricelli Act (Cuban Democracy Act) de 1992 prohibe subsidiarias de los Estados Unidos, en cualquier parte del mundo, vender productos a Cuba. Otras empresas, con más de 10% de capital norteamericano, pueden recibir altas multas si comercian con Cuba. Esta política continúa con el Cuban Liberty and Democratic Solidarity Act (también conocido como Helms-Burton Act) de 1996, en el que se incluyen una serie de medidas para desalentar cualquier inversión extranjera en Cuba.

Después de más de cincuenta años, durante el mandato presidencial de Barak Obama, se levantaron algunas de las restricciones entre los dos países, permitiendo visitas e intercambios culturales. En consecuencia, los permisos de viaje eran más sencillos de obtener. En ese periodo de apertura, Aldo e Ilmar se proponen cumplir un sueño largamente esperado, el de grabar un disco juntos. Lamentablemente, la posterior llegada de Donald Trump al poder extremó medidas y volvió a hacer difícil el intercambio tanto de personas como de bienes entre los dos países.

Desde 1992, Cuba ha presentado una moción a las Naciones Unidas para detener el embargo. En diferentes oportunidades se ha votado a favor de Cuba, pero los Estados Unidos ignora dichos votos, así como los mensajes de solidaridad que respaldan al pueblo cubano en su lucha por ser dueños de sus vidas y su futuro.

La historia de Aldo e Ilmar se enmarca perfectamente en este devenir. Cada uno ha logrado éxito en el lugar en que han echado raíces. Sus familias y sus carreras han alimentado un talento musical hermoso. Varias partes del documental son conciertos que la gente en la sala aplaudía al terminar, como si estuviera ante los músicos en sí mismos. Aunque prima la alegría de los encuentros y no la tristeza de la lejanía, es imposible no pensar en todo aquello que se hubiera logrado si es que las relaciones políticas hubieran sido otras. Todo lo que es conflicto y violencia se vuelve llevadero y armónico en el ámbito de la música, la que parece ser una mejor estrategia diplomática que la que han llevado hasta ahora los gobiernos de turno de cada lado. Se trata de un documental que se centra en lo humano, en la verdadera condición del pueblo cubano y norteamericano, en sus similitudes, sus ilusiones y sus deseos de estar juntos y en paz. 

Enlaces relacionados

• Web oficinal de la película: https://www.hermanosbrothersfilm.info
• Harlem Quartet – Strings Evolving: http://harlemquartet.com

REFERENCIA CURRICULAR

Bethsabé Huamán Andía es crítica de cine y crítica literaria. Escritora, Feminista y pescetariana. Licenciada en Literatura, magister en Estudios de Género y Doctora en Literatura.

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