Revista con la A

25 de enero de 2020
Número coordinado por:
Lucía Melgar
67

Violencia Institucional en América Latina

Entrevista a Wendy Figueroa Morales

Los refugios salvan vidas

Con la A: Wendy Figueroa es psicóloga por la UNAM y desde hace casi 20 años trabaja con mujeres maltratadas, en particular como directora de la Red Nacional de Refugios, que brinda atención a más de 20.000 mujeres al año-.  Al preguntarle por sus inicios en el tema, recuerda sus prácticas comunitarias en una comunidad indígena donde dio talleres de igualdad a las mujeres 

Wendy Figueroa: acudían con sus hijas e hijos, mientras sus esposos construidos en un sistema patriarcal esperaban afuera del aula para estar pendientes de lo que hablábamos y les ‘decíamos a sus mujeres’, eso fueron los primeros días, después nos ganamos la confianza de esos hombres y de pronto dejaron de custodiar el aula.

Con la A: A partir de esta experiencia, promovió una educación “no sexista y libre de estereotipos” a través de otros talleres. Ya titulada, trabajó durante 5 años como psicóloga en una línea nacional de emergencia, tres años de noche, enfrentando: 

WF: intentos de suicido, violencias de género, violencias sexuales, abusos infantiles… fue un trabajo realmente enriquecedor, aprendes a escuchar con todo tu cuerpo, con todo tu ser… tus sentidos se agudizan porque no ves a la persona, era increíble ver el proceso de las personas, porque en ese entonces a través de esta línea nacional dábamos atención psicológica, teníamos citas de seguimiento, expedientes y podías acompañar el proceso, finalizarlo y evaluar el impacto de la intervención, lo que importaba era la atención y la persona usuaria… Después lo que importaba era el número de canalizaciones, la consigna era no dar orientación, sólo escuchas y refieres… en ese momento, supe que ya no era lugar para mí ni mucho menos para lo que yo había estudiado… cerré mi ciclo.

Con la A: A menos de un mes de pausa, la llamada de una organización de la sociedad civil que había visto su currículum, la llevó a descubrir los Refugios (albergues). Le ofrecían la coordinación del área de psicología que implicaba acompañamiento directo a mujeres e infantes.

WF: lo cual me parecía una gran experiencia, pero en el Refugio no había ningún plan de trabajo ni manual de procedimientos del área, solo un modelo de un Refugio gubernamental y una propuesta de ingresos con la que no podría cubrir más que mis pasajes al mes… Pedí unos días para dar mi respuesta… Salí de esa casa con sentimientos encontrados, impotencia y frustración de que existieran refugios donde las mujeres tenían que irse a protegerse de quien dice amarlas, acompañado del deseo de aplicar lo que conocía para reparar las secuelas emocionales de las violencias, más la incertidumbre de poder construir un modelo de intervención específico para mujeres sobrevivientes de violencias…

Ese mismo día fui a comer con una persona muy importante en mi vida, le compartí estos sentimientos y me dijo algo que nunca olvidé: “puedes llegar a donde tú te lo propongas y esa impotencia la puedes usar para transformar historias”. Tomé el teléfono, llamé a la Organización…. me quedé 12 años, los primeros 6 meses fui la coordinadora del área de psicología y después estuve como Directora General de la Organización, el primer Refugio de sociedad civil en la Ciudad de México. 

Con la A: ¿Cuáles fueron los principales retos que encontraste al inicio de tu carrera?

WF:  Ser “una chava muy joven y tener ideas poco ordinarias y tradicionales” fue el primer comentario que recibí en una empresa (una de las más grandes e importantes de América Latina) en donde fui becaria en mi último año de universidad, comentario o “percepción” que llevó a que no me dieran la plaza. Mi jefa directa me compartió ese veredicto y añadió “tu error fue haber hecho ese taller de sexualidad y perspectiva de género, estaban a punto de darte la plaza”…  aún recuerdo mi respuesta: “ni modo, error hubiera sido no hacerlo”…

Después el tema de ser “muy joven” al dirigir un Refugio implicaba situaciones que todas las mujeres hemos vivido, acoso y hostigamiento… O la visión adultocéntrica a la que me enfrentaba: “Está usted muy joven por eso le afecta”, hablamos del deceso de una niña por las violencias machistas, por ejemplo. También hubo retos personales, iniciar un camino en pro de los derechos humanos, de eliminación de las violencias machistas es también convertirte en la oveja negra de la familia, la loca feminista, la que es insoportable porque “no aguanta un chiste”…  aprender a reconocer tus propias violencias y actitudes discriminatorias, es aprender a estar en constante proceso de transformación y reconocimiento, de tratar de ser congruente con lo que dices y lo que haces…

Con la A: La OSC en la que trabajaba Figueroa fue uno de los refugios que integraron la Red Nacional de Refugios (RNR). Pasó entonces a formar parte de ésta como asociada, fue coordinadora regional de 2010 a 2013 y en este año, por mayoría de votos, la Asamblea de la RNR la eligió como directora. Le preguntamos entonces por sus principales retos y apoyos en ese cargo.

WF: Uno de mis primeros retos fue haber sido electa directora por mayoría de votos de la asamblea, y lo veo como reto porque no he conocido hasta hoy día un proceso de elecciones donde impere la armonía, la sororidad y el bienestar colectivo, mi reto ante ello fue mantenerme sororal, convencida de mi compromiso por los derechos de las mujeres y en la democracia.

El segundo fue recibir una organización que requería de una reingeniería y reestructura administrativa urgente, con muchas necesidades para mantener su operatividad.  Esto llevó a implementar mecanismos internos de regulación y fortalecimiento de nuestra Red, como organización civil, convirtiéndose en un ejercicio permanente que nos permite autolegitimarnos y, por otro lado, mantenernos como un organismo confiable y de referencia, llevándonos a vivir diversos procesos de reflexión colectiva, intercambio de experiencias y opiniones para lograr la transparencia y rendición de cuentas mediante el autoanálisis y autorregulación, no sólo de sus integrantes sino de quien la dirige. Esto representa un reto constante, pues implica mantener como principal valor construir la democracia en colectivo, basándome en el respeto a la autonomía y a los derechos de todas y cada una de las Integrantes Activas de la red.

Otro reto, que considero que todas las feministas tenemos, es mantener la congruencia día a día, trabajando contantemente en nuestro (mi) propio proceso de descolonización del patriarcado y cultivar y promover la sororidad que tiene, como uno de sus principios, la suma de acciones para la eliminación social de todas las formas de opresión contra las mujeres, desmontar el patriarcado desde el reconocimiento de las otras en todas sus diversidades.…

Mantener una red fortalecida y confiable, impulsar protocolos de actuación nacional e internacional que retomen y reflejen las experiencias y necesidades de todas y cada una de las Organizaciones Integrantes de la RNR, incidir en políticas públicas en pro de los derechos humanos de las mujeres, buscar anualmente financiamiento para los Refugios, promover el acceso a la justicia con enfoque de género y derechos humanos, fomentar la restitución de derechos de las sobrevivientes de violencias, evidenciar el trabajo realizado y el impacto de los Refugios en las vidas de las mujeres e infantes para garantizar su operación y que sigan previniendo feminicidios y reparando las secuelas físicas y emocionales de las víctimas, en un país donde las violencias son estructurales, el sistema es machista y patriarcal y se revictimiza a las víctimas, son retos que día a día me acompañan y a los que me enfrento.

Las propias mujeres sobrevivientes de violencias que me han permitido acompañarlas en su proceso de resignificación y restitución de derechos, han sido mis grandes maestras

Mis apoyos han sido innumerables, no quisiera dejar a nadie fuera… primeramente las propias mujeres sobrevivientes de violencias que me han permitido acompañarlas en su proceso de resignificación y restitución de derechos, han sido mis grandes maestras, con ellas he aprendido aquello que un libro jamás contendrá, ver sus avances a corto y a largo plazo es algo que me impulsa a insistir en la importancia de los Refugios y el impacto que éstos tienen en la vida de mujeres e infantes…

Todas aquellas mujeres feministas que he tenido la dicha de conocer en este andar; diversas instituciones, medios de comunicación, personas aliadas hombres y mujeres, activistas, profesionales, legisladoras/es, las financiadoras nacionales e internacionales, las integrantes activas de la RNR y mi equipo de colaboradoras/es que han creído en mí, en los proyectos presentados y en los resultados tangibles que hemos generado. Sin duda, los retos y los apoyos que he tenido en este andar forman parte de mi enriquecimiento como mujer, activista, defensora y profesionista.

Con la A: Los refugios contrarrestan la violencia de pareja o familiar en la medida que ofrecen una salida y protección a las mujeres maltratadas. ¿En qué medida y cómo contrarrestan también algún tipo de violencia institucional?

WF: Un gran porcentaje de mujeres que llegan a los Refugios, aproximadamente el 55% de ellas, llega siendo víctima, también, de la violencia institucional, aquella violencia perpetrada por las instancias que deberían de proteger sus derechos humanos y creer en su palabra. Aquéllas que las revictimizan, que no les otorgan medidas de protección, que pierden sus expedientes o los archivan por tráfico de influencias. De hecho, el 50% de las mujeres que hemos atendido en la RNR, han acudido, antes de llegar con nosotras, en promedio a 4 instancias de gobierno, de las cuales han obtenido actos u omisiones de las y los servidores públicos, actitudes discriminatorias u obstaculizantes para el goce y ejercicio de sus derechos humanos.

Poniendo en el centro de la actuación los intereses y necesidades de cada mujer, de cada infante, contrarrestamos la violencia institucional

En la medida en que los Refugios acompañan integralmente a las mujeres desde una visión apartidista y desde el enfoque de derechos humanos, perspectiva de género e interculturalidad, poniendo en el centro de la actuación los intereses y necesidades de cada mujer, de cada infante, contrarrestamos la violencia institucional.

Con la A: ¿Tienes alguna recomendación para las mujeres que han padecido o padecen violencia?

WF: Más que recomendaciones, compartirles lo que he aprendido en este andar… Invitarles a mirar y escuchar a la única persona que siempre ha estado con ustedes en cada etapa de su vida, a esa mujer que ven al espejo: a ustedes mismas, el amor no debe doler y para estar bien no debemos dejar de ser nosotras mismas, cada una tiene la fortaleza para alcanzar sus metas, sólo es cuestión de empezar a creer en ti, mirar los logros que has tenido y saber que no estás sola, te tienes a ti misma y a muchas otras que cada día buscamos ejercer libremente nuestros derechos, permítete ser tú misma tu prioridad.

Con la A: ¿Nuevas metas, sueños que quieras compartir con las lectoras?

WF: Entre mis nuevas metas está escribir dos libros; uno, ya iniciado, es sobre el Modelo Ecológico Sistémico Feminista para acompañar a mujeres víctimas de violencias de género, en el que comparto las técnicas y estrategias que he aprendido y aplicado durante los 19 años que llevo trabajando el tema de Derechos Humanos, Perspectiva de Género y Violencias machistas.  Priorizar mi autocuidado como un acto revolucionario, pausar y descansar para poder continuar con la lucha en pro de los derechos de todas nosotras, las mujeres. Otra meta es impulsar la Alianza Internacional de Mujeres Líderes por la Igualdad, que va a cumplir un año y de la cual soy fundadora y referente en los países de América del Norte y América Central, cuyo principal objetivo es accionar en red y de manera articulada la promoción y protección de los Derechos Humanos de todas las mujeres en favor de la igualdad sustantiva, generando también opciones de autosustentabilidad para organizaciones que protegen el derecho de todas las mujeres a vivir libres de violencias.

De mis sueños… Sueño con una sociedad libre de violencias machistas en donde todas las mujeres podamos estar seguras dentro y fuera de nuestras casas… Sueño con un México en donde la diferencia no sólo se respete, sino se admire y los derechos humanos sean el eje rector, principalmente el derecho a la vida de todo ser vivo y del planeta mismo.

 

Entrevista realizada por Lucía Melgar, crítica cultural y coordinadora para América Latina de con la A.

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