Revista con la A

25 de julio de 2022
Número coordinado por:
Amarela Varela y Lucía Melgar
82

Migración, exilio y desplazamiento forzado

Constelando afectos y reflexiones en torno a las migraciones trans*

Victoria Ríos Infante

Victoria Ríos Infante

Recibí la invitación de Amarela Varela para escribir este texto por una reflexión en mis conclusiones de tesis sobre migraciones trans*, las cuales entiendo como las fugas del género asignado y del espacio habitado al tornarse hiperviolentos

Paralelamente al reconocimiento ganado por las mujeres y la diversidad sexo-genérica, en las esferas política y académica ha venido una proliferación de aproximaciones a los estudios de lo social; los estudios de las migraciones no son la excepción. Recibí la invitación de Amarela Varela para escribir este texto por una reflexión en mis conclusiones de tesis sobre migraciones trans*, las cuales entiendo como las fugas del género asignado y del espacio habitado al tornarse -la vivencia del cuerpo y el espacio social- híperviolentos. Lo anterior viene de la imbricación de elementos de diferente orden, en un contexto de fantasías de gobernabilidad sobre el cuerpo y la movilidad, que generan hostilidad y violencias hacia las trans*migrantes en la región mesoamericana. También entiendo las migraciones trans* como el cúmulo de agenciamientos que le dan forma a luchas por la autonomía del cuerpo en busca de espacios habitables y vidas vivibles.

Estas experiencias migratorias comenzaron a ser visibilizadas en la década pasada en los reportes de organizaciones de la sociedad civil [1], medios de comunicación [2], agencias internacionales y en la academia, desde 2017 [3]. En particular, la invitación a reflexionar en este número surgió en torno a una premisa que lancé sobre las formas de producir conocimiento alrededor de esta temática: “las migraciones trans* han venido a tocar afectivamente nuestros procesos de reflexión, (de)construcción y de plantear nuevas formas de producir conocimiento… nuevas metodologías… trascender la silla y militar las luchas que investigamos…”

Esto podría parecer petulante y soberbio, pero esta “hipótesis” está anclada en la historia de un grupo sin nombre formal integrado por Miguel Lucero, Ximena Batista, Vanessa Maldonado, Andrea Padilla y Francisco Valenzuela. Vale la pena quebrar las generalizaciones, pues, como dice Ximena, “también lo hemos comentado, hemos visto muchas personas interesadas en el tema y que se acercan como exotizando, como porque es ‘la novedad’, como de pronto la moda de estudiar las migraciones lgbti”. Me atrevo a responder a la invitación tejiendo retazos de textos, audios de whatsapp, conversaciones de zoom para proveer algo de evidencia a lo dicho.

Empiezo diciendo que nos encontramos entre el humanitarismo, el acompañamiento y la academia. Como dice Vanessa Maldonado “todes hacemos investigación y activismo o investigación activista, cada quien le nombra distinto”. Así fue como mi camino se cruzó con el de mis compañeres. Con invitaciones a congresos donde, aparte de pensar, la intención era “construir comunidad y trinchera”: Vanessa y Miguel.

Tenemos un compromiso con la producción de conocimiento situado. Y nos dejamos atravesar por la reflexividad sobre nuestros lugares de enunciación, nuestras críticas ante ciertas formas de hacer investigación, y también por la autocrítica a nuestras prácticas. Vanessa se encontraba en Tapachula realizando trabajo de campo para su tesis doctoral, en donde exploraba la experiencias de mujeres cis y trans sobre la trata de personas, cuando de pronto se le atravesó el “otoño caravanero”, suceso que la llevó a “politizar de veras mi quehacer antropológico y poner también el cuerpo, mis manos, mi corazón, mi fuerza y mi activismo como acto de empatía radical con las y los migrantes y con las y los activistas de la región.” Así, dejarnos interpelar por realidades humanas y convertir o ajustar proyectos de investigación con la intención de producir conocimiento útil, es un elemento que considero compartimos: “La constante interpelación del campo a mis nociones teóricas/empíricas, son las voces, reflexiones, rabias y alegrías de las personas con quienes he trabajado, ellas y ellos han definido en mi trayectoria el sentido político de hacer etnografía más allá de la curiosidad académica”.[4]

La diversidad del grupo nos ha enriquecido; el cuestionarnos, desde nuestra orientación hetero/homo/lésbica, cómo pensamos las movilidades trans* o lgbti.

Nos caracterizamos por tener una multiplicidad de experiencias de vida. Como relata Ximena, la diversidad del grupo nos ha enriquecido; el cuestionarnos, desde nuestra orientación hetero/homo/lésbica, cómo pensamos las movilidades trans* o lgbti. Personalmente, el buscar un acercamiento ético-político responsable, la reflexividad que ha acompañado mi proceso de producción de conocimiento, me ha ido permitiendo entender mi lugar de enunciación ¿dónde estoy y dónde no? ¿cómo afectan los elementos que configuran mi subjetividad en la interacción con las compas? En la postura epistemológica que hice para mi tesis escribí: Respecto a mi lugar de enunciación, soy una mujer cisgénero, de prácticas heterosexuales y deseo queer…” Cuando Amarela me leyó, me dejó un comentario que me llevó a articular por escrito a lo que me refería con deseo queer. Un deseo “entendido como la transgresión de la moral sexual dictada por el mandato religioso de la reproducción biológica con importantes implicaciones para los cuerpos de las mujeres”: le respondí aunque también escribí para mí en una nota de mi celular que el origen de esto considero, viene de cuestionarme como consecuencia de esta inmersión en ESTE campo; lo considero el alimento de la práctica a través fantasías y lo pongo en diálogo conmigo misma en la esfera onírica y en la alcoba con mi pareja”.

Para Ximena, más allá de la mezcla de subjetividades en el grupo, lo que nos legitima a estudiar estos temas “es esa reflexión de clase, de diferenciar historia de territorios que ha sido la reflexión del propio grupo”. Estas reflexividades individuales y/o colectivas me llevan al otro elemento que tenemos en común: el constante terror de caer en prácticas de extractivismo académico. Llegar, abrir una herida, succionar una historia, desaparecer, hacerse una trayectoria a través de lo confiado es de lo que tratamos de alejarnos. Simone De Janeiro lo define mejor: En Guatemala hice muchas entrevistas… La mayoría de veces, de las experiencias que tuve allá, me sentía usada… Como que solo lo que querían y todo pero después ya no había contacto conmigo, después de que lograban la entrevista. Incluso, hubo una vez que hice una entrevista para alguien de Europa que dijo que iba a salir un libro de todo eso y nunca más tuve contacto con esas personas… Casi nunca había el cómo ya después, el ver de qué es lo que había pasado, qué es lo que yo había aportado”. De tal manera que, aunque estemos destinades al fracaso, nos embarcamos en la aventura de intentar tener interacciones horizontales con nuestras interlocutoras.

¿Qué es para ti ser mujer?

En septiembre del 2020, también enconfinadas, compartí con Simone algunas inquietudes respecto a una pregunta que yo había lanzado en mis entrevistas ¿qué es para ti ser mujer? La lancé sin hacerme esa pregunta antes a mi misma. Entonces, pensando en estos ejercicios y espacios afectivos que buscamos con las interlocutoras, le pedí a Simone que me entrevistara ella a mí. Ella propuso invitar también a Ximena. Así, nos preocupamos por lo ético-políticamente correcto no solo por la forma sino también por el fondo de lo que decimos y hacemos.

Somos un equipo de cariño y reflexión colectiva”: Vanessa. Esas afectividades son lo que sostiene esta red; así es como constelamos, tejiendo conocimientos desde los afectos. Están las constelaciones virtuales, las constelaciones bibliográficas y también la dimensión afectiva de esas constelaciones. Ximena, deja un rastro de esas formas de constelar en este pedazo de audio: Fue muy bonito ver que Simone estaba en la presentación [de tesis]… Incluso esa forma de tejer diferente. Por ejemplo, Simone y yo nos estabamos escribiendo mientras veíamos la presentación por whatsap, echándote porras, muy emocionadas, comentando como en el detrás de cámaras. Y, eso también me pareció bonito y que es como resultado de ese proceso pues muy distinto que ambas tenemos con Simone, que va más allá de la entrevista.”

Me permito cerrar mencionando la imperfección que reconocemos como parte de nuestra humanidad y del trabajo que hacemos. Acompañar, investigar -y las dos juntas- no son tareas fáciles. Poner el cuerpo tiene implicaciones físicas y emocionales. Pero, la apertura a la introspección y a la (auto)crítica en estos procesos complejos de aproximarnos a las migraciones trans* -de reciente incorporación en la academia- pueden alimentar las memorias de aquelles académiques que militan luchas.

NOTAS

[1] Los reportes de la REDODEM desde 2014 comienzan a hacer visible la presencia trans como parte de la composición heterogénea de la migración centroamericana.

[2] Muestra de esto es la investigación periodística realizada por María Cidón Kiernan, Priscila Hernández Flores, Prometeo Lucero “Sin refugio para las trans” disponible en: https://www.connectas.org/especiales/2017/transmigrantes/ 

[3] Algunas investigaciones han enfatizado: 1) las condiciones de violencia que hacen de la migración un desplazamiento forzado; 2) la relación existente entre dispositivos de fronteras migratorias en la región y la experiencia trans*.Para les interesades en profundizar en el tema, están los trabajos de Amaral Gómez Arévalo (2017), Ailsa Witon (2017), Alix Almendra (2018), Martha Balaguera (2018), Ernesto Zarco (2018), Miguel Lucero Rojas (2019), Ximena Batista (2020), Victoria Ríos Infante (2020), Vanessa Maldonado (2021).

[4] Maldonado Macedo, V. (2021). Hacer etnografía feminista acompañando mujeres trans hondureñas en su trayectoria migrante por México. Reflexiones metodológicas. Ichan Tecolotl, 32, edición especial.  

 

REFERENCIA CURRICULAR

Victoria Ríos Infante es activista, investigadora, docente especializada en temas de derechos humanos, género, diversidad sexual y migración desde un enfoque intercultural e interseccional. Egresada de la licenciatura en Estudios Internacionales (2010) por la Universidad de Guadalajara y Doctora en Ciencias Sociales por el ITESM. 

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