Revista con la A

25 de julio de 2019
Número coordinado por:
Ainara Machain
64

Visibilidad y diversidades lésbicas: nuestra identidad es política

¿Viviremos para disfrutarlo?

Francisco Olavarría

A veces, sólo se trata de insistir. Unas veces con mayor vehemencia y otras como un simple robot, pero siempre con la misma preocupación de que el mensaje llegue y no se distorsione como, por otra parte, le interesa a ciertos estamentos, los que normalmente ejercen el poder y la opresión.

En conversaciones sobre feminismo siempre escucho el siguiente argumento: “es que nunca vamos a ser iguales, porque mujeres y hombres somos muy diferentes”, y es cuando aparece mi modo androide… sólo tiene que dar al botón de repetir, “todos los hombres o mujeres no son iguales entre sí, pero sí deben ser iguales en derechos y oportunidades”. En eso, en lo más importante, parece que no han reparado aún, que somos desiguales y que la mujer siempre se lleva la peor parte.

Desigualdades que vienen determinadas desde el nacimiento y que conviven con nuestro ser, a nuestro pesar, durante todo el curso vital. Como nos pasa con la discriminación asociada al envejecimiento, que se cuestiona y se fomenta desde determinados sectores, que la invisibilizan o bien le restan importancia.

El feminismo suma victorias todos los días, merecidas y positivas para hombres y mujeres. No así los movimientos en contra del edadismo

Si nos atenemos a los hechos, parece que el feminismo suma victorias todos los días, merecidas y positivas para hombres y mujeres. No así los movimientos en contra del edadismo y sus desgraciadas consecuencias.

En el lenguaje también deberemos dar la batalla. ¿A qué me refiero? Pondré un ejemplo: 

– “¡Con qué alegría hablas de viejos y viejas!, me dicen. 

– “¿Y cómo no?”, respondo yo. 

Detrás de esta posición, hay una decisión: la de neutralizar el sustantivo viejo/vieja, de la misma forma que las marcas de moda están haciéndolo con sus colecciones ‘sin género’.  No soy ingenuo, conozco la carga negativa del viejo y lo viejo. 

La evolución hacia una sociedad más diversa e inclusiva es inevitable, también pasa por estas acciones que, aunque pequeñas, son poderosas. Sólo falta un despertar colectivo para que los supuestos fantasmas que ahora solo vemos algunos, se aparezcan en la vida de un masivo número de personas. Será entonces cuando podamos decir que esta lucha, valió la pena. ¿Viviremos para celebrarlo? 

Mientras tanto, perseverar en la autonomía, mucho autocuidado y cuidados ciudadanos, pero también no dar ni un paso atrás en la lucha por los derechos que son nuestros por ser. 

Si miras hacia atrás, (con más razón si eres mujer) es mucho el territorio ganado. Por lo tanto, ilusión y alerta. No son tiempos tan difíciles porque la longevidad es nuestra y los argumentos también.

 

REFERENCIA CURRICULAR 

Francisco Olavarría Ramos es licenciado en Marketing y Comunicación. Emprendedor social con estudios de gerontología y autor del manual didáctico ‘El micro-edadismo lo vamos a jubilar’.

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Solo SÍ es SÍ - Feminismo. Ni un paso atrás - #sinconsentimientoesviolación

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