Revista con la A

25 de septiembre de 2019
Número coordinado por:
Violeta Doval
65

Mujeres mauritanas. Feministas en un país profundamente patriarcal

Una voz de indignación ante todas las violencias

Aminetu Mint Moctar

Hacemos acompañamiento jurídico, psicológico, sanitario, inserción profesional, alfabetización. En caso de una violación, lo primero es orientar hacia dónde acudir porque muchas mujeres tienen miedo de denunciar

Entrevista a Aminetu Mint Moctar. Presidenta de la Asociación «Femmes Chefs de Famille (AFCF)» (http://afcf-rim.com/fr/), realizada en Nouakchott en la sede de la Asociación Femmes Chef de Famille, en junio, 2019.

Violeta Doval.- ¿Cómo acompañáis desde la Asociación “Mujeres cabeza de familia” a las mujeres que han sufrido algún tipo de violencia?

Aminetu Mint Moctar.- Hacemos acompañamiento jurídico, psicológico, sanitario, inserción profesional, alfabetización. En caso de una violación, lo primero es orientar hacia dónde acudir porque muchas mujeres tienen miedo de denunciar. Esto es porque aquí, cuando hay un caso de violación, pueden ser consideradas como cómplices de un crimen de sexo fuera del matrimonio (“Zina”). Y si denuncia, todo dependerá del informe policial y las observaciones que incluya el policía. Es muy duro para las mujeres aquí. Por eso vamos con ellas a la policía y las acompañamos a un hospital especializado.

web de la Asociación denunciando la violación

Allí pueden obtener un certificado médico y realizar análisis y pruebas. Insistimos para que tengan acceso a una contracepción de urgencia en los casos de violación. Posteriormente, se le acompaña con nuestro abogado y asistente social en el proceso judicial. En los casos de las menores, a veces se les orienta para que cambien de centro educativo para evitar el acoso o el estigma social que, todavía hoy, supone haber sufrido una violación. En otros casos se proponen formaciones en alfabetización o se da apoyo económico para que se desarrolle un emprendimiento. Apoyamos a más de 700 mujeres cada año y contamos también con 5 centros de protección a mujeres sobrevivientes de violencia.

VD.- ¿Cuáles son los principales obstáculos que encontráis?

AMM.- Los obstáculos son muy numerosos cuando una mujer quiere denunciar una violación o un trato de violencia. Comienzan ya desde el primer momento, en el primer testimonio ante la policía. Algunos policías deforman este testimonio a favor del hombre. Por ejemplo, en las comisarías del Este y Norte de la capital es catastrófico, tienen un comisario corrompido, y sin ningún pudor, ningún humanismo.

Tenemos el caso de una menor, de 15 años, haratin, que sufrió una violación cometida por un director de colegio. El informe policial fue manipulado y no se ha realizado ninguna investigación. Ni siquiera han ido a entrevistar al acusado. Ella ha tenido un trauma por todo el proceso y en el parto el bebé nació sin vida.

En otras ocasiones, el obstáculo se da en la visita médica. La Unidad Hospitalaria “Madre e Hijo”, de la ONG Médicos del Mundo en el Nordeste de la capital, cuenta con matronas y doctoras especializadas, y facilita todos los servicios de forma gratuita. Pero por la distribución territorial, las mujeres de otras zonas no pueden acudir a este centro. En el resto de hospitales los servicios tienen que abonarse y esto dificulta el acceso a muchas personas para poderse realizar los análisis, las pruebas etc.

Por último, uno de los mayores obstáculos es que la mujer sea acusada de “Zina” (sexo fuera del matrimonio), lo cual supone un delito penal. A veces el tribunal establece que hubo consentimiento y, aunque haya sido agredida, puede acabar en la cárcel.

Aminetu en emisiones televisivas de la TV mauritana

En nuestra Asociación tenemos un servicio de cinco abogados, pero no llegamos a cubrir todas las necesidades, porque hay tantos casos de embarazaos precoces, falta de pago de la pensión u otras violencias (psicológicas, económicas, físicas). Además, para denunciar, antes podíamos usar los medios de comunicación, pero ahora el acceso a los medios es cada vez es más difícil. Antes teníamos acceso a la TV o la prensa y podíamos denunciar los diferentes casos, denunciábamos a los procuradores, y a los que no hacían su trabajo, pero ahora no tenemos acceso.

VD.- ¿Cuáles dirías que son los principales retos a la igualdad en Mauritania?

AMM.- Según El Código de Estatuto Personal en Mauritania, muchas de las actividades económicas, sociales o económicas requieren de la autorización masculina, como si la mujer fuese menor de edad. La gestión del patrimonio, en un 75%, está sujeta a la autorización de su marido. Respecto a su herencia, la mujer tiene un tutor que la gestiona, una figura masculina que puede ser su hermano, su marido, su padre, su tío… Si yo me caso ahora, necesito que un hombre, a mi edad, me autorice. La mujer en Mauritania no puede dar la nacionalidad a su hijo si este ha nacido en el extranjero, sólo la del padre, hasta los 18 años. También, a nivel económico, las mujeres que se introducen en el sector de cooperativas, pequeños negocios, etc. tienen dificultades para acceder a un crédito bancario.

Tenemos una juventud que no tiene espacios de desarrollo, una juventud rodeada de prejuicios, falta de oportunidades… Es por esto que aquí hay mujeres que quieren salir de esta prisión social, que se van al extranjero, incluso algunas que se esconden en zonas rurales.

VD.- ¿Cómo participa vuestra Asociación a nivel de incidencia política?

AMM.- En nuestra Asociación hemos hecho la revisión del Código de Estatuto Personal, con el Ministerio de la Mujer. Yo estaba en Senegal porque estamos haciendo el seguimiento de los compromisos de Maputo, y es en este marco que hemos realizado la revisión del Código de Estatuto Personal. Hemos hecho también contribuciones para la Ley contra la Violencia de Género, pero aún no se ha logrado aprobar en el Parlamento. Se ha hecho un diagnóstico sobre la violencia hacia la mujer en Mauritania, un estudio con el Ministerio y otras ONGs.

Tenemos una Constitución cuyo preámbulo es muy evolucionado y establece la igualdad y los derechos humanos, pero los derechos de las mujeres no se conciben ni aterrizan en las leyes. En segundo lugar, el país ratifica todas las Convenciones Internacionales, Subregionales de la CEDAO etc., pero luego sus compromisos no son armonizados con las leyes nacionales.

También hay temas que son muy difíciles de tratar, como la cuestión de la herencia, que para las mujeres es la mitad que para los hombres. Esta polémica en Túnez está más avanzada, porque tienen una mayor historia de demócratas. Incluso sus islamistas son más progresistas que los mauritanos. En Mauritania nos dirige el obscurantismo de conservadores. Hemos hecho un estudio sobre el tema de la herencia con la Asociación ATFD [1] en Túnez, y con su equivalente asociación de Marruecos. Estamos en una red de mujeres demócratas árabes, y acabamos de crear una plataforma de las organizaciones de África del Oeste para el seguimiento de Maputo, dónde nuestra Asociación es piloto para el seguimiento desde Mauritania.

VD.- ¿Cómo fue creada La Asociación Mujeres cabeza de Familia?

AMM.- La asociación fue creada en el año 1999. En un inicio el nombre era “Asociación para la igualdad sin reservas”, pero cuando llegué al registro no aceptaron el dossier porque me reconocieron, y yo estaba ya en una lista de defensoras de DDHH que no gustaba al Gobierno.

Unos días después, una amiga propuso ponerlo a su nombre (Aminetou Moctar) y presentamos una propuesta con otro título y fue aceptada. En realidad, lo que nos llevó a crear la asociación fue vivir un caso dramático en el que una mujer, que pedía la paternidad de sus hijos, murió después del veredicto del Palacio de Justicia. Ella solicitaba que se admitiera la paternidad y con ello poder sostener económicamente a sus hijos. El hombre era un personaje público y ella era pobre, con un padre ciego y sin apoyo material. La acompañamos y en el trayecto, esperando a la ambulancia, murió de una crisis cardiaca. En ese momento decidimos, con otras amigas presentes, formar una asociación. Hicimos una asamblea general de 75 personas, tres días después del incidente, con mujeres de todas las capas étnicas y culturales del país (haratina, moras, poular, sonninkés, etc.)

VD.- ¿Cuáles han sido vuestras primeras acciones?

AMM.- Empezamos a formar en liderazgo femenino, pensar en las mujeres sin voz de todo el país. Si la mujer en las zonas urbanas tiene limitaciones, cómo será en las zonas rurales. Hemos hecho colectas, vendido cosas, hasta alcanzar 3 millones de oughillas, con los que hemos comprado sillas, muebles de oficina de segunda mano, viejos ordenadores para equipar oficinas en todo el país.

Éramos un grupo de mujeres militantes. Entonces nos juntamos y pensamos cómo crear una asociación sobre el derecho a la pensión alimenticia, sobre los derechos culturales, luchar contra la esclavitud, etc. Porque la mujer esclava es la que sufre todas las discriminaciones más degradantes.

Queríamos tener presencia en cada región, en cada wilaya o departamento. Así que empezamos haciendo sensibilizaciones de tres días en cada Wilaya, y el último día inaugurábamos la oficina. Hicimos el tour en todo el país, porque si no movilizamos a las mujeres en las zonas rurales no podemos tener fuerza. Hemos visto que la alfabetización y el apoyo económico era la prioridad.

VD.- ¿Cuál es tu valoración sobre el avance o retroceso en los derechos sobre la mujer?

2019, foto tomada en la entrevista

AMM.- Hay una evolución del integrismo religioso, lo cual justifica la violencia, se legitima la violencia conyugal. Aquí antes no era común la violencia contra las mujeres. Pero ese Corán extremista religioso, importado de países como Arabia Saudí, y extranjero a las costumbres y a nuestras tierras, es un freno a los derechos humanos.  

Este Corán religioso y extremista quiere reducir a la mujer a su rol más primitivo. Y eso es importado, porque las tradiciones mauritanas no eran así. La mujer mora tenía ciertas libertades y derechos en nuestro país. Se está viviendo una pérdida de libertades en la mujer morisca. Antes, ésta tenía el derecho de rechazo, el derecho de defender su causa, y el que violentaba a una mujer era rechazado por la tribu… pero hoy no es el caso. Hay un retroceso por la influencia de los salafistas.

No obstante, también hay mujeres que toman conciencia y denuncian. Antes no sentían la fuerza o la valentía para ello.

Desde nuestra Asociación denunciamos la feudalidad y el obscurantismo religioso y patriarcal que nos importan costumbres más arcaicas que las nuestras. Este Corán extremista que ahora está representado en el parlamento, y que no va a denunciar jamás la violación o la violencia sexual contra la mujer. Esto, a pesar de que el islam prohíbe la violación y se considera como crimen religioso. De hecho, se han negado a aprobar una ley contra la violencia contra la mujer. Las mujeres están en minoría y todo esto requiere de voluntad política. Y sin esto, no podemos avanzar. Hace falta una voluntad política firme.

VD.- ¿Cuál es el rol del Ministerio de Asuntos Sociales, Mujer y Familia?

AMM.- El Ministerio de Asuntos sociales, Mujer y Familia, con un pequeño presupuesto, ha hecho intentos de avanzar en la situación de las mujeres. Pero no tienen los fondos para hacer avanzar lo suficiente y sus iniciativas son a veces bloqueadas en el Parlamento. Han revisado el Código de Estatuto personal, con la participación de la sociedad civil, y realizado el borrador sobre la Ley sobre violencia hecha a las mujeres.

Se consiguió adoptar y aprobar la estrategia de género y un Plan de Acción Género, pero la ley de protección de víctimas de violencia con perspectiva de género, no. El Gobierno incluye a algunas mujeres, pero aquellas más preparadas sobre la cuestión de derechos son excluidas. Seleccionan a mujeres que no han sido formadas en la cuestión de género como puro decorado del Gobierno.

Nuestra asociación no tiene fondos del gobierno. El Ministerio de la Mujer no tiene centros. Aquí son las asociaciones quienes actúan. El gobierno hace la mediación ante conflictos familiares. Nosotras tenemos centros de acogida. Había cinco niñas migrantes víctimas de trata, hay una familia de la Sierra Leona. Ahora en mi casa tengo una chica, una tuareg víctima de violencia…

 

NOTA

[1] Asociación Tunecina de Mujeres Demócratas, una de las principales organizaciones feministas tunecinas.

 

REFERENCIA CURRICULAR

Aminetu Mint Moctar nació en 1956 en Brakna, Mauritania. Empezó a militar a los 11 años en movimientos estudiantiles fuertemente atraída por ideas de izquierda y la defensa de los derechos humanos. Posteriormente entra en la Asociación de Mujeres Demócratas y militará en el Movimiento para la liberación de los Haratin (ex-esclavos mauritanos). En 1999 crea la Asociación de “Mujeres cabeza de familia”, desde la que acompaña, hasta el día de hoy, a cientos de mujeres que han sufrido violencia, incluyendo a migrantes víctimas de trata. Su Asociación ha promovido y co-redactado la Ley contra la Violencia de Género en Mauritania que finalmente no fue aprobada. Recientemente, ha sido galardonada con el Premio de la Mujer de la Región del “Valle d’Aoste”, en Italia, su 7º premio por su defensa por la igualdad en su país.

 

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