Sobre el efecto Trump en las migrantes centroamericanas
El objeto de este breve texto es dar algunas pistas sobre los efectos que las medidas migratorias implementadas por el actual presidente estadounidense, Donald Trump, han tenido en las situaciones que las migrantes centroamericanas no documentadas enfrentan en Estados Unidos y en su tránsito por México
Desde la visión de gran parte de los Estados, la toma de decisiones en relación a la migración es advertida como un asunto concerniente exclusivamente a lo doméstico. No obstante, no se puede dejar de lado que las medidas de restricción o apertura en relación a dicho fenómeno, puestas en marcha por los principales países de atracción o destino, afectan en múltiples aristas el comportamiento y fluidez de la migración en y de otros espacios nacionales y más si entre éstos existe contigüidad geográfica. De tal suerte, las medidas implementadas por el gobierno estadounidense indiscutiblemente afectan en distintas modalidades el panorama migratorio para y en México.
México y Estados Unidos comparten una de las fronteras más amplias y dinámicas a nivel mundial donde se expresan relaciones asimétricas, de poder político y económico, entre una potencia y un país (pese a lo que se pueda criticar) subdesarrollado, y justo entre estos dos países se encarna el corredor migratorio Sur-Norte más importante.
En ese contexto, se debe resaltar el papel de país tapón o frontera (Varela, 2016), o país de tránsito (Marconi, 2008) que México ha estado operando en el actual régimen global de fronteras, a partir del cual la gestión contemporánea de la movilidad humana (Mezzadra, 2012) se comprende desde marcos normativos y/o fácticos securitizados, así como del incremento de los riesgos al momento del cruce y tránsito migratorio. Como ejemplo de ello basta recordar, por un lado, el Plan Sur (2001-2003) y el actual Plan Frontera Sur (2014-a la fecha) de la mano con sus consecuencias; por otro lado, el incremento de la violencia, delitos y miedos que enfrentan las personas centroamericanas, sobre todo las mujeres, adolescentes y niñas, que atraviesan México con la intención de llegar a territorio estadounidense.
El objeto de este breve texto es dar algunas pistas sobre los efectos que las medidas migratorias implementadas por el actual presidente estadounidense, Donald Trump, han tenido en las situaciones que las migrantes centroamericanas no documentadas enfrentan en Estados Unidos y en su tránsito por México.
Discursos y acciones antimigratorias en la era trumpista
Desde el inicio de su campaña electoral, Donald Trump se caracterizó por una serie de discursos de carácter xenófobo, misógino e incluso racista en la visión de ser políticamente incorrecto. El fenómeno migratorio fue de nueva cuenta ubicado y tratado como uno de los grandes problemas que afectan a la sociedad estadounidense, sin reconocer las contribuciones que las personas migrantes (documentadas o no documentadas) hacen a dicha nación.
La gran diferencia en relación a otros presidentes estadounidenses que, pese a los discursos de conciliación y apertura, han tenido una mano dura en relación a la migración, es que ahora el discurso antiinmigrante y xenófobo tuvo gran eco entre algunos estadounidenses y nacionalizados que no perdieron el tiempo para sumarse, de manera abierta, a las olas de intimidación y prácticas xenófobas. Si bien el ambiente contra las y los migrantes o las y los extranjeros “indeseables” no es nuevo, en la actual era trumpista éste tiende a complejizarse.
Las primeras medidas en relación a la migración fueron implementadas por el presidente Trump a través de dos acciones ejecutivas. La primera consistió en acentuar la seguridad fronteriza al ampliar el muro y la construcción de más espacios de detención para migrantes no documentados. La segunda pretende quitar fondos federales a las ciudades santuario y dar mayor efectividad a las leyes migratorias, agudizando las deportaciones así como la celeridad en dichos procesos. En este entramado resulta pertinente cuestionarse el cómo afectan estas medidas a las mujeres migrantes centroamericanas en Estados Unidos, o aquéllas que atraviesan México con el objetivo de llegar al país vecino del norte.
Centroamericanas en Estados Unidos y por México: petrificación de la violencia
Aunque la incertidumbre es un sentimiento constante entre la población migrante no regular en Estados Unidos, en el actual marco de securitización e incluso persecución este sentir se ha agudizado, y queda claro que, si bien las acciones y estrategias implementadas por parte del gobierno estadounidense en dicha materia afectan en la generalidad a la población migrante no autorizada, se debe tener en cuenta que el impacto hacia las mujeres, adolescentes y niñas es diferenciado.
Con la intención de evitar situaciones de riesgo ante posibles deportaciones, las migrantes en Estados Unidos procuran que su rutina diaria solo incluya ir al trabajo y regresar a casa lo antes posible
Con la intención de evitar situaciones de riesgo ante posibles deportaciones, las migrantes (principalmente mexicanas y centroamericanas) en Estados Unidos procuran que su rutina diaria solo incluya ir al trabajo y regresar a casa lo antes posible. Si tienen hijas o hijos que llevar a la escuela intentan ser cuidadosas en su andar, observar a todos lados, revisar si hay patrullas (como si fueran criminales que huyen de la ley) y estar en el espacio público, en las calles, lo menos posible. Es decir, ante el riesgo, las migrantes implementan una táctica de invisibilidad y buscan pasar desapercibidas, como si esto no las colara en mayor peligro cuando en los espacios privados son víctimas de violencia psicológica, verbal, física o sexual. Lo que estas nuevas medidas migratorias han ocasionado es dejar subsumidas a las mujeres en un continuum de violencia (Kelly, 1988), obstaculizando su acceso a una vida libre de violencia y peligros.
En los escenarios laborales, un grueso de las migrantes se dedican al servicio doméstico y son constantemente explotadas y maltratadas. Justo a razón de las nuevas leyes migratorias, el acceder a la justicia no se vislumbra factible debido a su estatus y al constante temor de ser deportadas en vez de ser respaldadas. Aunado a esto, las mujeres migrantes que pretendan acceder a protección internacional o ser reconocidas como refugiadas en Estados Unidos pueden preferir declinar sus peticiones, o simplemente no hacerlas por el miedo de ser regresadas a los escenarios de violencia de los cuales buscaron fugarse.
Reflexionar sobre la migración centroamericana en tránsito por México remite, sin duda, a la violencia y más si se es mujer. Algunos de los riesgos que las migrantes enfrentan en territorio mexicano son secuestros, abusos de autoridad, asaltos, extorsión, violencia física y sexual por parte de autoridades, criminales o los propios migrantes, trata de personas, explotación laboral, entre otras. Basta hacer mención de la estadística que Amnistía Internacional enuncia: 6 de cada 10 mujeres en tránsito por México son abusadas sexualmente.
A partir del Plan Frontera Sur, al igual que en Estados Unidos, las mujeres tratan de pasar desapercibidas, buscando rutas nuevas y desconocidas, no pasar por albergues, contratar a un pollero o coyote (lo que las coloca en peligro y les resulta más caro). Pero después de las acciones tomadas por el gobierno estadounidense, en México también se ha presentado un fuerte recrudecimiento de detenciones, deportaciones y retenes que colocan a las migrantes en tránsito en condiciones de suma vulnerabilidad y situaciones de mayor violencia. En las nuevas medidas migratorias globales, México se comporta como parte de la frontera estadounidense que tiende a asfixiar a las migrantes centroamericanas.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
– Mezzadra, Sandro (2012) «Capitalismo, migraciones y luchas sociales. La mirada de la autonomía», en Nueva Sociedad, N° 237.
– Varela, Amarela (2016) “El Movimiento Migrante Mesoamericano. Una aproximación desde la sociología de la acción colectiva a un ejemplo de luchas migrantes”, en Amnis. Revue de civilisation contemporaine Europes/Amériques 15/2016.
– Marconi, Giovanna (2008) “Ciudades de tránsito, guardianes del primer mundo –entre desafíos, contradicciones y compromisos-. IV Encuentro Anual de RedGob. Lisboa 9-10 diciembre.
– Kelly, Liz (1988) Surviving Sexual Violence. Polity Press: Cambridge.
REFERENCIA CURRICULAR
María Georgina Garibo García es Licenciada en Relaciones Internacionales y Maestra en Ciencias Políticas de la FDYCS-BUAP, actual estudiante del Doctorado en Sociología en el ICSYH BUAP (Puebla México) y voluntaria en el albergue para migrantes «La Sagrada Familia».