Resiliencia
La Asociación con la A ha sido la culminación de la capacidad de resiliencia de su presidenta fundadora y sus colaboradoras (fundadoras y socias sucesivas) que apostaron por transformar experiencias personales y colectivas de discriminación sexista en estrategia de empoderamiento personal y colectivo
La Asociación con la A, fundada en febrero de 2012, ha sido la culminación de la capacidad de resiliencia de su presidenta fundadora, Alicia Gil Gómez, y sus colaboradoras (fundadoras y socias sucesivas) que apostaron por transformar experiencias personales y colectivas de discriminación sexista en estrategia de empoderamiento personal y colectivo, empezando por visibilizar las aportaciones de las mujeres en todos los sectores vitales. Hasta aquí podríamos decir que es lo que suele pasar con la defensa de los distintos derechos humanos fundamentales. Solo que, en este caso, cabe puntualizar que las fuerzas contrarias a la igualdad entre mujeres y hombres son sistémicas y profundamente radicadas en el mundo, pues son del patriarcado y sus macro y micro impactos, tanto a nivel individual, interpersonal, grupal, organizacional e institucional, como histórico.
Recuerdo los debates que precedieron la creación de Asociación con la A –una organización independiente, plural, no violenta y laica, defensora de la Igualdad de Oportunidades y de Trato entre mujeres y hombres, de los Derechos Humanos, de la Justicia Social y del Medio Ambiente– para definir su misión y el objetivo de su proyecto principal -Revista con la A-: hacer visible y difundir el trabajo y las aportaciones que realizan las mujeres en los distintos ámbitos por los que discurre la vida de las personas. Entre las dudas planteadas estaba la de conseguir la participación, a largo plazo, de otras mujeres en este proyecto colectivo. Un criterio no sólo esencial para la continuidad y diversidad de Revista con la A, sino también un elemento inherente a su intención original de visibilizar la contribución de las mujeres en las diferentes esferas de los conocimientos.
La ‘invisibilización’ y, por lo tanto, infravaloración, de las aportaciones de las mujeres es un determinante de la desigualdad entre mujeres y hombres y del poder de dominación del patriarcado
La ‘invisibilización’ y, por lo tanto, infravaloración, de las aportaciones de las mujeres es un determinante de la desigualdad entre mujeres y hombres y del poder de dominación del patriarcado, del androcentrismo. Afecta directamente, también, a la elaboración y reparto de los presupuestos públicos que suelen descartar los recursos generados por las mujeres -pues su trabajo reproductivo, productivo y comunitario sigue siendo infravalorado cuando no retribuido-. Mantiene también el techo de cristal, y por lo tanto los obstáculos para las mujeres al acceso a las esferas de decisión política, económica y social, cuando el acceso de las mujeres (más de la mitad del mundo) al poder decisional no solo es una cuestión de derechos humanos de las mujeres, sino que es un factor esencial al desarrollo y mantenimiento de toda la humanidad. ¿Cómo si no explicar el acuerdo con los talibanes en Afganistán [1], o los retrocesos en materia de derechos reproductivos y sexuales en EE. UU. -país considerado/autoproclamado bastión de la democracia y de los derechos humanos fundamentales-, o la falta de transversalidad de la perspectiva de género en los sistemas educativos mundiales, o la falta de financiación pública para el trabajo de empoderamiento pedagógico a la igualdad como el de Asociación con la A, por ejemplo?
Los seres humanos somos parte de la naturaleza amenazada de extinción y no observadores del proceso de extinción de una naturaleza exógena
Cierto cabe mencionar también la insuficiencia de ingresos privados de Asociación con la A, a pesar de la larga difusión de Revista con la A sobre todo en el mundo hispanohablante. ¿Podemos descartar su posible relación con la discriminación de las mujeres de acceso a los recursos políticos, económicos y sociales cuando todo el trabajo de la Asociación y la publicación de Revista con la A se ha fundamentado en la contribución voluntaria y no retribuida de un millar de mujeres expertas en los distintos ámbitos tratados a lo largo de una década por Revista con la A? Han contribuido al empoderamiento de miles y miles de mujeres, al mío también, y a una mayor conciencia de las discriminaciones sexistas e interseccionales del patriarcado y, sobre todo, a la valoración de las aportaciones de las mujeres en el mundo, en todos los ámbitos vitales a lo largo de la historia de la humanidad, y a transmitir herramientas de desconstrucción de las distintas formas de dominación entre hombres y mujeres que afectan también el medioambiente -preocupación mayor para las generaciones presentes y futuras-. El pensamiento feminista tiene aún más sentido, sabiendo que no hay planeta B y que los seres humanos somos parte de la naturaleza amenazada de extinción y no observadores del proceso de extinción de una naturaleza exógena. El pensamiento feminista no puede disociarse de la lucha contra el cambiamiento climático, cuando su paradigma fundamental de la ética de los cuidados es la condición sine qua non de la sobrevivencia de la especie humana, de la naturaleza y de la vida en general. Seguir visibilizándolo es primordial.
Me reconforta y entusiasma la perspectiva de que nuestras hermanas-amigas y colegas de América Latina estén elaborando un plan B para seguir con la Revista con la A
Por eso me duele la disolución de Asociación con la A. Me reconforta y entusiasma la perspectiva de que nuestras hermanas-amigas y colegas de América Latina estén elaborando un plan B para seguir con la Revista con la A y seguir dándonos voz a las mujeres, sujetos pensantes universales al igual que los hombres.
Hoy quiero rendir homenaje a mi amiga Alicia Gil Gómez por su amplitud de miras a la hora de imaginar la Asociación con la A, por su perseverancia frente a las dificultades encontradas por el camino, por su capacidad de tejer una década de sororidad inteligente, preciosa, vital, dinámica y afirmativa.
Hoy quiero rendir homenaje a todas y cada una de nosotras y nosotros (nombrarnos todas y todos sería muy largo) que hemos contribuido a la misión de la Asociación y a la publicación hasta ahora de Revista. Lo hemos hecho conscientes de que participábamos al empoderamiento individual y colectivo. Sin nuestra aportación, el proyecto colectivo no habría salido adelante con similar difusión.
Hoy quiero rendir homenaje a nuestras hermanas-amigas y colegas de América Latina por explorar la manera de tomar el testigo de la Revista con la A, misión por la que van a necesitar no solo viento de popa sino también nuestro apoyo sororo.
¡Así que, a pesar de la disolución de la Asociación con la A, espero que solo sea un hasta luego!
Gracias a todas y todos.
NOTA
[1] Aprovecho para insertar enlaces a unas mujeres afgana e iraníes
https://www.shamsiahassani.net
https://efeminista.com/muerte-joven-detenida-llevar-mal-velo/
https://es.wikipedia.org/wiki/Masih_Alinejad
REFERENCIA CURRICULAR
Marie Caraj es Feminista. Miembra del Grupo Consultivo España de la Asociación con la A. Experta en protección de defensores y defensoras de derechos humanos. Intérprete y traductora internacional. Postgrado en Malestares de género -su prevención e impacto en la salud integral de las mujeres- por Asociación de Mujeres para la Salud (Madrid). Ha coordinado, con la asociación feminista belga Angela.D, la integración de género en el proyecto de cohousing CALICO (Care and Living in Community) https://calico.brussels/