Revista con la A

25 de mayo de 2020
Número coordinado por:
Lucía Melgar y Alicia Gil
69

Feminismo ante el coronavirus

Otra vida, política, para osar vivir

Pep Aparicio

Pep Aparicio

Múltiples virus silenciosos pueblan esta silenciosa primavera y el comúnmente llamado covid-19, es un virus más, que procede a infectar no solo los cuerpos disciplinados de mujeres y hombres – especialmente centrado en las personas de mayor edad, en las más pobres y vulnerables… – que habitan infelices y no gozosas, pero plenamente consumidoras a todo tiempo, en los barrios, comarcas, territorios y, muy substancialmente, en las zonas urbanas depauperadas y excluidas de las grandes metrópolis, o en las zonas rurales vaciadas, empobrecidas, envejecidas…

También, muy especialmente, infeccionan, impropiamente, cualesquiera de los tejidos sociales, culturales, sexuales, políticos…  que hayamos sido capaces de engendrar -en grupos políticos, sindicatos, en colectivos… en instituciones legislativas… en gobiernos…-, no solo desde un ámbitz meramente analógico (micro y macromicroscópico, cuerpos, pulsiones…) que establece leyes, confinamientos… sino también desde un ámbito virtual (digital y/o nano-molecular y tecnológico-lingüístico, conectivo, relacional y mediacional, simulacional…), a través de una dinámica disciplinaria y/o de control que hacen proliferar unos dispositivos, unos procedimientos y unas prácticas de gobernanza microautoritarias y tanatopolíticas,  plenamente incorporadas, pero sobre todo inmunes a una actividad de gobierno democrática y autónoma, avanzada y absoluta… operando, al mismo tiempo, una neutralización tanto de las políticas y prácticas de igualdad de sexo-género y de inclusividad social, económica, cultural… así como obturando cualquier salida como una transición morfogenética, sociopolítica, no-normalizadora… a esta crisis estructural, sistémica… -que tiene el coronavirus SARS-CoV-2 como agente accidental sedicioso- que haga posible, real y actual las luchas de las mujeres, especialmente, de los hombres, singularmente… para osar vivir la vida de una manera otra.

La carga vírica del SARS-CoV-2 determina la acción humana pero, también, son nuestras acciones, humanas e inhumanas, las que determinan la biología

Así pues, podríamos considerar que no solo las toxinas propias que genera el agente vírico covid-19 infectan los organismos, instituciones… sino también nos emponzoñan pútridamente las producciones venenosas que nuestros cuerpos materiales e inmateriales y nuestros cuerpos sociales e institucionales generan y, muy especialmente, las respuestas-medidas-réplicas-… que se han puesto en marcha pues, la mayoría de ellas, siguen sin tener en cuenta, por una parte, que el virus, cualquier virus es tremendamente selectivo pero arbitrario y, por lo tanto, el cuento de que el virus no entiende de fronteras, clase, género…, es eso: simplemente un cuento que nos cuentan unos cuentistas no se si profesionales; por otra parte, siguen sin atender-entender-comprender que la biología, es decir, la carga vírica del SARS-CoV-2, determina la acción humana pero, también, que son nuestras acciones, humanas e inhumanas, las que determinan la biología -es decir la no servidumbre de la carga vírica no-accidental del covid 19-, en un bucle perenne.

Considero que, en estos momentos, se ha inaugurado un tiempo de malestar, más o menos permanente, tanto respecto del pasado como del presente, ambos patriarcales neta e indiscutiblemente, dinámicamente inseguros (cabria analizar la multiplicación de atentados, crímenes… contra las mujeres en estos días… contra las minorías culturales, religiosas, étnicas… tanto institucional como socialmente) que, en cierta manera, nos van incapacitando para construir-edificar un presente futuro no-patriarcal, no-militar, no-crediticio, no-autoritario… y, esa va a ser, en estos días,  la profusa ‘nueva normalidad’ que comienza, por otra parte, a imperar como una modalidad esencial y reglada -patriarcal, militar, crediticia, autoritaria…- que cancela la apuesta por una transición a una vida y a unas sociedades fuera de la lógica totalitaria del confinamiento -es decir de la condena a estar y vivir aislado-, de la razón del mercantilismo… y, sobre todo, de la esfera de recombinación de disciplinamiento y/o automatización de las funciones lógico-psico-biogenéticas de control: just in time, prozac economy, just do it, embodiment, pre-emption (y la suma de los diversos programas de vigilancia electrónica…), entre otras más.

No es impertinente la pregunta del cuándo va acabar la peste del covid-19 sino, muy especialmente, cómo no va a afectar a la sociedad de bien vivir -profundamente democrática, dialógica, hospitalaria, acogedora, convivencial…- que quisiéramos edificar

Las actuaciones implementadas, en casi la totalidad de Estados, han llevado, en general, a una intensa y dinámica  extensión-expansión del virus propiciada, en el pasado, por el modelo mercantilista neoliberal, privatizador, depredador y neo-asistencial, por ejemplo, en las residencias geriátricas -totalmente construidas, en general, como establecimientos de almacenaje de las personas mayores, a pesar de las trabajadoras…- pero también de los establecimientos destinados-dedicados a jóvenes excluidos, menores…, a mujeres vulnerables y con riesgo de exclusión, mujeres con atentados de violencia de género, personas ‘nouvingudes’ recluidas en los ilegales CIES…; y, en el presente, por unas políticas que han buscado y conseguido, por activa o por pasiva, la proliferación del agente vírico, por ejemplo, la negativa, en el Estado español, a cerrar Madrid haciendo posible el aislamiento, la no propagación del virus y una atención primaria y primordial a las personas afectadas con tests seguimiento personal… -como se ha hecho en algunos otros pocos Estados- y propiciando el actual escenario en el cual no es impertinente la pregunta del cuándo va acabar la peste del covid-19 (a la cual henos respondido como si estuviésemos anclados, en muchos aspectos, en la edad media) sino, muy especialmente, cómo va acabar y, sobre todo, cómo no va a afectar a la sociedad de bien vivir -profundamente democrática, dialógica, hospitalaria, acogedora, convivencial…- que, algunas, quisiéramos edificar.

Tal vez no habrá día después… pues todos los días serán como hasta la fecha, cualquiera que deseemos fijar, y serán días después, cada día, en un escenario terrorífico de vigilancia inteligente digital, de recentralización y usurpación de competencias, en aquellas sociedades y Estados que las tengan redistribuidas, de formalismos constitucionalistas, de excepcionalidad completa y de un extremado perfil a-constituyente, etc. En el caso del Estado español, la aparición de militares, policías, políticos, médicos… en una. Vana apariencia de dar cuentas, denota, per ejemplo, la vertiente militarizada, terapéutica, centralista… del poder, un poder que observamos y comprobamos, día tras día, como un poder agónico incapacitado-inhabilitado para prevenir, planificar, investigar, actuar, avanzar… en la lucha contra el SARS-CoV-2, siempre a la defensiva y con una perspectiva jacobina en su programa contra la nueva peste vírica.

Pero siempre tendremos la potencialidad actual, las mujeres y los hombres, de romper con esas nuevas servidumbres, desde una lógica de la autonomía de los seres vivientes, que viven en interdependencia con la naturaleza y la cultura, desde una lógica de las desprivatizaciones de los servicios y bienes, de la creacción de una nueva economía de producción de bienes, servicios… y de uso compartido, de promover la convivencialidad y la liberación de tiempo para la cultura, los afectos, los deseos… la creación de zonas de resistencia humana… la puesta en marcha de una lógica destituyente que aborde todo el espectro político, sociocultural, institucional, tecnoneurológico, etc. recompositivamente y conjuntivamente, y sabiendo que el futuro permanece ya preñado en este presente y, como sabemos, especialmente las mujeres y otros movimientos de emancipación, primero es el movimiento, luego las estructuras….

En definitiva, no solo atreverse a pensar sino también y, sobre todo, a actuar, a relacionarse, a afectarse, a querer… es decir constituir otra vida, política, para osar vivirla, como desafío, como querer vivir… sin virus alguno…

 

REFERENCIA CURRICULAR

Pep Aparicio Guadas es profesor de formación de personas adultas y formador de formadores; miembro del “Seminario Permanente de Educación de Adultos”, ICE-Universitat de València; editor –L’Ullal Edicions; revista DIÁLOGOS. Educación y formación de personas adultas (1994-2015) y de sus colecciones (Redes y territorios; Aprendizajes, posiciones y procesos); revista Quaderns d’educació contínua-; colaborador de la Confederació Sindical y de la Federació de Ensenyament de Comissions Obreres del País Valencià en temas relacionados con la educación permanente; coordinador del Centre de Recursos i Educació Contínua de la Diputació de València y editor de sus colecciones editoriales (1998-2013); presidente del Instituto Paulo Freire de España y editor de: ESTUDIS, biblioteca Paulo Freire, sendas y travesías del pensamiento… y de la revista en línea rizoma freireano.

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