Revista con la A

25 de noviembre de 2021
Número coordinado por:
Lucía Melgar y Alicia Gil
78

La violencia vicaria: violencia contra las mujeres-madres

María Guerrero

Elena Fernández, en la biografía que realiza sobre la actriz[1] , cuenta que nació en Madrid, en 1867, y falleció en esta misma ciudad a los sesenta y un años, en 1928:

“Actriz y empresaria teatral considerada la mejor intérprete de la escena española decimonónica. Hija de un empresario teatral, María Guerrero se formó bajo la supervisión de la célebre actriz Teodora Lamadrid. En 1885 debutó en el Teatro de la Princesa, donde consiguió sus primeros éxitos con la compañía de Ricardo Calvo.

Posteriormente, durante una estancia en París, perfeccionó su técnica con Coquelin y Sarah Bernhardt, y a su regreso brilló como integrante del Teatro de la Comedia, hasta que creó su propia compañía y se convirtió en propietaria del Teatro Español, denominado en adelante Teatro María Guerrero. (…) Su éxito y prestigio la llevaron de gira por Europa y Latinoamérica; en Buenos Aires creó también su propio teatro, el Teatro Cervantes”.

Prado Campos, con motivo de la celebración del 150 aniversario de la actriz y empresaria, en un artículo publicado en El Confidencial, en 2017[2] , aporta más datos sobre el desarrollo profesional de “La hija del tapicero metido a gestor teatral -algo que les provocó un buen número de chanzas en el mundillo-“:

“Actriz, empresaria y mujer hecha a sí misma, pero también autoritaria, intransigente y dominante. María Guerrero despuntó en un mundo de hombres. Ellos copaban las tablas: eran los autores, los emprendedores, los que ponían el dinero y mandaban hasta que apareció ella. María la Brava, como la apodó Mariano de Cavia y fue conocida en el mundillo con tanta admiración como mala baba, es una de las grandes leyendas de nuestras tablas y una de las primeras mujeres que se convirtió en empresaria teatral. (…) Pero la leyenda teatral se fue construyendo en los siguientes años. En 1892 era ya la primera actriz del Teatro de la Comedia. Dos años después se hace cargo del Teatro Español gracias a una licencia de explotación del Ayuntamiento de Madrid. Al año inaugura su reforma (entre las novedades se estrenaron las plateas que hoy siguen existiendo) abriéndolo a los clásicos españoles del Siglo de Oro. Crea su propia compañía y se casa con el actor, director y aristócrata Fernando Díaz de Mendoza. Fue el golpe de mano definitivo porque María Guerrero pudo hacer realidad sus ambiciones y codearse con la alta burguesía española. Se convirtió en condesa de Balazote y de Lalaing y marquesa de Fontanar.

Con su marido, compra en 1909 el Teatro de la Princesa, hoy llamado María Guerrero y propiedad del Estado. Lo inauguran el mismo mes de noviembre precisamente con ‘Doña María la Brava’, una obra que escribió a la pareja expresamente Marquina, y pocos años después el matrimonio se traslada a vivir a los pisos superiores. Así pudieron afrontar los gastos que supuso abrir en Buenos Aires el lujoso Teatro Cervantes en 1921. Siete años después, el 23 de enero y solo nueve días después de su última función (‘Doña Diabla’, de Fernández Ardavín), fallecía, con honores y rodeada de una comitiva que se contó por miles, de un ataque de uremia.”

NOTAS:

[1] Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «Biografia de María Guerrero». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en https://www.biografiasyvidas.com/biografia/g/guerrero_maria.htm [fecha de acceso: 7 de noviembre de 2021].

[2] https://www.elconfidencial.com/cultura/2017-04-16/maria-guerrero-teatro-fernan-gomez-150-aniversario_1365624/

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