Revista con la A

25 de septiembre de 2019
Número coordinado por:
Violeta Doval
65

Mujeres mauritanas. Feministas en un país profundamente patriarcal

Llevando la educación a los barrios desfavorecidos de Mauritania

Foto realizada en la entrevista Nouakchott, junio 2019

Salka Hmedia. Desde mi infancia, tuve la ocasión de ver mucha discriminación contra las mujeres en el sur de Mauritania. La dominación de los hombres en todos los sectores, y las mujeres en una situación recesiva.

Violeta Doval.- ¿Cómo surge tu motivación para trabajar sobre el derecho de las mujeres?

Salka Hmedia.- Mi madre y mi padre son muy abiertos, quizás porque mi padre estudió en un país extranjero y mi madre es muy autónoma y trabaja en el sector privado. Sin embargo, desde mi infancia, tuve la ocasión de ver mucha discriminación contra las mujeres en el sur de Mauritania. La dominación de los hombres en todos los sectores, y las mujeres en una situación recesiva.

Por eso, en 2015, creé la Asociación “Taghadoum” y empecé a trabajar para la cuestión de la mujer con un equipo llegando a 22 miembros. También he seguido mis estudios porque pienso que para nosotras las mujeres, en Mauritania, es muy, muy importante estudiar, hacer sobre todo estudios superiores, porque somos las que más sufrimos la presión social.

VD.- ¿Qué actividades realizáis en “Voz de Mujeres”?

SH.- Desde 2014 que creamos nuestra asociación, hemos hecho muchas actividades, manifestaciones, sensibilizaciones puerta a puerta… Después, cuando nos unimos a Voz de Mujeres, en 2015, este partenariado nos ha permitido evolucionar y mejorar, encontrarnos, intercambiar… para mejorar nuestro trabajo. Tratamos temas como planificación familiar, la violencia sobre las mujeres, el abuso sobre las mujeres. Desde que tenemos financiación de SCOC (Cooperación francesa), hemos alquilado un lugar para nuestras sesiones. Y con esa financiación, hemos tenido la ocasión de permitir que jóvenes hagan documentales, entrevistas a mujeres víctimas de abusos o violencia, etc. Hemos hecho un reportaje sobre la violación a una mujer.

Salka en un taller educativo en un barrio de la capital

Nuestra estrategia es siempre captar 20 ó 30 mujeres de entre 16 y 25 años. Preferimos los grupos pequeños porque nuestro objetivo es que las mujeres tengan tiempo para expresarse, compartir sus preocupaciones y aprender juntas. También hacemos sensibilizaciones puerta a puerta sobre temas como la planificación familiar o la violencia de género, la mutilación femenina, el sida…

Esto es muy necesario, especialmente en los barrios periféricos más pobres, porque en estas zonas las mujeres sufren mucho, hay muchos casos de madres que cuidan solas a sus hijos e hijas, dónde el hombre se ha ido para casarse con otra mujer.

VD.- ¿Encontráis resistencias u obstáculos para realizar los talleres?

SH.- En las charlas donde hablamos de todos los métodos anticonceptivos, para toda la familia, a veces las mujeres les dicen a sus hijas “Id a vuestra habitación, esto no es para que lo escuchen las niñas”, pero nosotras insistimos que es para toda la familia. Aquí hay una gran falta de educación sexual, sobre todo falta educación para las y los adolescentes.

Por otra parte, las familias más cerradas, consideran tabú hablar sobre las escisión o mutilación genital. Entre estas familias, la escisión es muy importante para que las mujeres disminuyan su deseo. Está enraizado en la cultura en el sur del país mientras que, en el norte, hace 20 años que desapareció. La mutilación genital es más común entre los negro-mauritanos, los soninkés, que mantienen aún hoy tasas muy elevadas. Aquí se hace como el aborto, en casa, con medios tradicionales, y a veces las chicas sufren situaciones de problemas de salud. Después de nuestra sensibilización, personas que iban a hacerlo han parado citas para no hacerlo.

VD.- ¿Qué problemáticas existen en los barrios en los que trabajas?

SH.- Cuando trabajamos en los barrios periféricos de la capital encontramos muchos niños y niñas que no tienen los papeles porque son hijos e hijas fuera del matrimonio, por lo que no tienen derechos ni pueden estudiar. Son “hijos de Zina”, a veces hijos e hijas de violación, pero para los jueces son hijos e hijas de relaciones sexuales fuera del matrimonio por lo que no se registran.

También vemos casos de mujeres que se quedan embarazadas, fuera del matrimonio, y se ven obligadas a ir a abortar a lugares con métodos tradicionales y no seguros, y su vida no es segura. Pueden perder su vida. La píldora es muy cara y no autorizada tampoco. Yo creo que es necesario que, en casos de violación, se permita el aborto.

En los grupos, les pedimos a las chicas con las que trabajamos que escriban sus sueños… y nos sorprendió ver el nivel elevado de estos… ver que las jóvenes y adolescentes quieren romper la foto clásica de casarse o estar en casa. Hemos visto que el espíritu empieza a cambiar. Las chicas que han estado con nosotras, desde 2015, se han convertido en más feministas y se expresan bien, sus ideas y sus combates, y eso es gracias a las sesiones y a los trabajos conjuntos, los videos, etc. Es gratificante.

VD.- ¿Cómo valoras la situación de las mujeres actualmente en Mauritania?

SH.- La situación actual de las mujeres tiene más puntos negativos que positivos. Respecto a las leyes, se las ve como un ciudadano de segunda categoría. Por ejemplo, la herencia, o en casos como en los que la mujer no puede casarse sin la aprobación de su padre o de un hombre de su familia porque así se dice en el Código de Estatuto Personal. Hay muchas cuestiones a resolver y una de las más importantes es que no hay leyes específicas que protejan a las mujeres de las violencias o de los abusos sexuales.

También, para demandar el divorcio el hombre lo puede hacer libremente, pero ella no puede hacerlo. Para los religiosos, una mujer que pide el divorcio va directa al infierno… Es decir, hay que pasar por el juez…hay que demostrarlo… e incluso cuando hay testimonios que muestran lo que ha pasado, que el hombre ha pegado, o ha hecho algo, si el hombre lo niega, el juez considera la palabra del marido.

 

REFERENCIA CURRICULAR

Salka Hmedia nace en Rosso, en el sur de Mauritania en 1992, en una ciudad frontera con Senegal. Allí estudia hasta la secundaria. Posteriormente viaja por primera vez a la capital para estudiar en la facultad de Derecho en la Universidad de Nouakschott dónde finaliza un Máster en Derecho. Salka Hmeida es presidenta de la Asociación “Taghadoum pour le bien être”. Actualmente coordina también las actividades educativas en los barrios desfavorecidos en coordinación con la Asociación Voz de las Mujeres (Voix de Femmes), en la región de Ryadh y Nouadhibou, sobre derechos sexuales y reproductivos, mutilación genital, entre otros temas. En breve iniciará sus estudios de Doctorado.

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