Revista con la A

25 de noviembre de 2018
Número coordinado por:
Lucía Melgar y Alicia Gil
60

Acoso, abusos sexuales y violación

La violencia sexual es violencia machista

Tere Sáez Barrao

Desde la denuncia por violación en Sanfermines de 2016 del caso denominado “la manada”, hasta ahora en el que estamos a la espera de nueva sentencia en base a los recursos planteados, el “Nosotras si  te  creemos” y “No es abuso es violación” ha sido el clamor generalizado en las calles

Un 63,5% de las mujeres admiten haber sufrido situaciones de acoso físico o psicológico, mientras un 26% de ellas declaran haber sido en algún momento víctimas de agresiones físicas o sexuales, de las que solo el 8% denuncia ¡Una cada seis horas!. (I Barómetro Feminista en España, para la revista “CTX)

Desde la denuncia por violación en Sanfermines de 2016 del caso denominado “la manada”, hasta ahora en el que estamos a la espera de nueva sentencia en base a los recursos planteados, el “Nosotras si  te  creemos” y “No es abuso es violación” ha sido el clamor generalizado en las calles. Voces diversas desde todos los estamentos y lugares lo han recordado e insistido.

Las respuestas feministas a la violencia sexual No empiezan en 2016, se vienen dando desde hace años, concretamente el colectivo ANDREA desde el 80. Todo este trabajo constante y la unión entre feministas de generaciones distintas, aliándose con el movimiento ciudadano y con algunas instituciones, posibilitaron que la respuesta en julio de 2016 fuera ya espectacular. La fuerza y pujanza del feminismo, demostrada en marzo 2018, ha obligado a tomarse en serio la violencia machista y en particular la violencia sexual. También ha demostrado y denunciado las grandes carencias en los recursos existentes. De todo ello se ha escrito mucho.

La violencia machista es el cruel y trágico reflejo de una enfermedad que nos destruye como sociedad

Este 25N nos gustaría que la violencia sexual como violencia machista sea un clamor en las calles, sin perjuicio de recordar a todas y cada una de las asesinadas, e insistir en que la violencia machista es el cruel y trágico reflejo de una enfermedad que nos destruye como sociedad. Una sociedad  patriarcal, para la que solo existe una vacuna: la Igualdad.

En el 10º aniversario del asesinato de Nagore Laffage, estas fueron nuestras palabras y en esto queremos incidir de nuevo:

”Estamos aquí, para decir NO a un sexo encorsetado en las fronteras patriarcales que hace a muchos  hombres incapaces de imaginar otro sexo que no sea el de la mujer complaciente a la que le gusta exactamente lo mismo que a ellos. Les hace olvidar que nosotras también somos sujetos sexuales, pensantes y sintientes y sobre todo deseantes. Que tenemos un deseo propio y queremos un placer propio.

Estamos hartas  de que A una mitad le toca el placer, y a la otra complacer.

Existe una conexión directa entre un sexo que sitúa en posición subalterna el placer femenino y la cultura de la violación: en ambas, el único sujeto sexual es el hombre, el deseo y las necesidades de la mujer quedan en segundo plano, o no se tienen en cuenta siquiera. El sexo que se practica sin mostrar interés por los gustos y las características eróticas de la mujer, sin mostrar empatía ni una mínima atención al lenguaje no verbal y las reacciones corporales, sin preocuparse por si está disfrutando, sin comunicación de ningún tipo, es una escuela de violación porque se aprende a tratar a la otra persona como un objeto.

Se trata de que las mujeres podamos mantener relaciones sexuales por un único motivo: porque nos apetece. Nunca para probar nuestro amor por nadie, por compasión o sentimiento de culpa, para no hacer sentir mal a nuestra pareja u ofender su “virilidad”, no por ceder al chantaje emocional, por miedo o incapacidad de decir no, jamás para evitar una agresión sexual o que nos maten. Simplemente porque deseamos hacerlo. Queremos proteger las libertades sexuales y apostar, por tanto, por una democratización de las relaciones sexuales. Pasar del sexo consentido, al sexo deseado y consensuado. Recordando que no sólo NO es NO, sino que únicamente Sí es Sí”.

Hay que establecer una fuerte alianza entre las mujeres que se atreven a dar pasos adelante y contar las agresiones que han sufrido y los hombres que se atreven a repensar su masculinidad; existe una nueva sociedad que quiere convivir de otro modo, en igualdad, superando los viejos roles y estereotipos, y caminar hacia un mundo en el que nadie vuelva a tener miedo de llegar a casa.

El  juicio y la decisión actual del TSJN es histórica para conseguir este concepto: la violencia sexual es violencia machista y como tal debe de ser considerada

El  juicio y la decisión actual del TSJN es histórica para conseguir este concepto: La violencia sexual es violencia machista y como tal debe de ser considerada. Este juicio y los  recursos a la sentencia son un ejemplo claro de lo que significa la cultura de la violación, y al ocurrir en un momento en el que las mujeres hemos decidido y podido salir del armario frente a las agresiones sexuales, que todas vivimos por el hecho de ser mujeres, lo siguen convirtiendo  en un momento muy muy especial.

Hemos insistido que en el proceso judicial participen profesionales con formación en género, que entiendan y comprendan las particularidades de las denuncias y procesos judiciales relativos a violencia sexual y que durante todo el proceso judicial, así como posteriormente, las víctimas/supervivientes sean atendidas por los órganos competentes y no se sientan solas. Debemos velar por que las mujeres que se han atrevido a denunciar no salgan perjudicadas por triquiñuelas judiciales. En concreto, garantizándoles la atención psicológica y jurídica gratuita. Que se debe de modificar la ley de 2004 para que incorpore esta realidad: la violencia sexual. También lo hemos hecho en el pacto de Estado.

La cultura de la violación está presente en nuestra sociedad, y es una muestra más del Heteropatriarcado en el que vivimos todas y todos. Por eso, es muy importante un movimiento ciudadano de apoyo general, que entienda las causas y, por tanto, no juzgue ni cuestione las historias de acoso ni las violaciones con preguntas: ¿Por qué denuncian ahora? ¿Por qué ahora todas juntas? ¿No será mentira? ¿Qué hacía a esas horas en la calle y sola? ¿Por qué se fue con ellos? ¿Por qué sale con sus amigas a pesar de lo que le ha sucedido? 

Hay que cuestionar  la educación patriarcal  y preguntarnos por qué un hombre puede abusar de su posición de poder en esta sociedad. Que ellos, los  machistas, presuntos violadores, llegan al juicio siempre impolutos y siendo creíbles. Ellas/nosotras, en cambio, llegamos cargando una maleta de descrédito, sospechas, acusaciones y sólo por ser mujer tienes todo que demostrar.

Hay que conseguir que la vergüenza y la culpa cambien de bando. Que lo sientan quienes realizan agresiones sexistas

Hay que conseguir que la vergüenza y la culpa cambien de bando. Que lo sientan quienes realizan agresiones sexistas. Que la culpabilidad recaiga en el agresor y no en la víctima.

Esta sentencia no queremos que institucionalice la cultura de la violación mandándonos un mensaje a las mujeres de que no podemos confiar en ella. Esta sentencia tiene que estar acorde con el 8 de marzo 2018 y lo que volveremos a repetir el 25 de noviembre y en el próximo 8 de marzo: “No es abuso. Es Violación”. La violencia sexual es violencia machista.

Nosotras lo que queremos es que no se produzcan agresiones contra las mujeres. Queremos que cese la violencia sexista. Como dice la antropóloga argentina Rita Laura Segato «Es indispensable que las mujeres construyan su pacto, formen su cofradía, se muestren articuladas», como el #niunamenos, el “Me Too, el “cuéntalo”… Pero no es suficiente: «Tendríamos que mostrar al hombre su infelicidad, que quizás el rédito de la masculinidad sea más ilusorio que real».

Y para eso son necesarios programas coeducativos como SKOLAE, que nosotras defendemos como básico para educar en igualdad y en unas relaciones basadas en el buen trato, sin violencia machista de ningún tipo.

 

REFERENCIA CURRICULAR

Tere Sáez Barrao es Pedagoga, orientadora escolar. Desde 1997, Técnica de igualdad de oportunidades en Estella-Lizarra. Especialista en políticas de igualdad y prevención de Violencia de Género. Durante los años 90 trabajó en educación medioambiental tema del que es  autora de diversas publicaciones. Concejala en los Ayuntamientos de Burlada y Villava, entre los años 1983 y 1999, pertenece al Movimiento Feminista desde 1975. Cofundadora de la Plataforma de Mujeres contra la Violencia Sexista de Navarra, y fundadora del primer Centro de Atención a la Mujer y Casa de Acogida en Navarra. Preside y coordina, desde 1991, el servicio de atención a la mujer (ANDREA). Miembra de Lunes Lilas. Integrante de la  red de lucha contra la pobreza, Saray  (cáncer de mama), Frida (fibromialgia), ONG “solidaridad directa”, COMFIN y asamblea por el cambio de Navarra. Trabajó en coordinadoras de ONGS en educación para el desarrollo y en la UPNa, en la plaza de técnica de igualdad.  Colaboradora y tertuliana habitual en diferentes medios de comunicación navarros y del País Vasco. Autora de numerosos artículos, programas y ponencias sobre políticas de igualdad y violencia de género, temas sobre los que ha asesorado a Ayuntamientos y grupos de mujeres. En la actualidad es parlamentaria Podemos en el Parlamento Navarro.

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