La poeta del país sin invierno (Un acercamiento al espacio autobiográfico de la poesía de Aralia López)
La escritura ensayística de Aralia López es vasta, continua y justa con otras escrituras de autoras latinoamericanas que ella se ha empeñado en estudiar celosamente
Fue en una reunión entre amigos, en agosto de 2002, en la que con su generosidad habitual Aralia López (La Habana, Cuba, 1934), me regaló su poemario Un país sin invierno (Praxis, 1998), acompañado de una dedicatoria muy singular: «Para Cynthia, este libro de una ex poeta; con todo mi amor, Aralia».
Es cierto que después de ese libro, Aralia López se retiró de la poesía y, en ese sentido, quizá, habría que entender su posicionamiento como ex poeta, es decir, la que ya no ejerce la escritura poética. Sin embargo, la escritura ensayística de Aralia López es vasta, continua y justa con otras escrituras de autoras latinoamericanas que ella se ha empeñado en estudiar celosamente. Aralia López, académica reconocida, feminista de siempre, impulsora de los Estudios Feministas en México, ha dedicado muchos libros a las palabras de otras y, por ello, este texto sirve como homenaje a su escritura poética pues justo este año Un país sin invierno, su último poemario, cumple veinte años de haber sido publicado.
Un país sin invierno es un libro potente, en donde el ejercicio de la poesía presenta ese mundo propio que propicia la apertura metafórica de las palabras y donde se reconoce el ejercicio feminista de la escritura autobiográfica situada que no persigue mostrar la veracidad de los hechos en sí mismos, sino las posibilidades poéticas de la escritura que la poeta utiliza como estrategia de auto-representación, desde una subjetividad que se manifiesta de distintas maneras y en distintos tiempos espacio-temporales a partir de la figura del Yo.
No hay que olvidar que la autobiografía desborda los límites literarios convencionales y apuesta por formas narrativas como son los diarios personales, los autorretratos, las memorias y otros dispositivos narrativos fronterizos como puede ser la poesía en clave autorreferencial. En este sentido, la poesía de Aralia López traza los bordes de una memoria narrada y en donde el sujeto de la enunciación -a partir del Yo-, se establece como personaje central de esa voz que evoca su propio vivir y, así, hace de su poesía una especie de historia de vida en cada una de las imágenes poéticas que crea. Sin duda, en Un país sin invierno, el interés de la poeta por ir redefiniéndose se manifiesta en los versos que imprimen una necesidad de fondo: el dilema de una subjetividad propia a partir del eje conceptual de la intimidad que queda al descubierto en el plano de la revelación.
La autobiografía, como género literario, ha sido utilizado por muchas mujeres que ven en él una estrategia feminista y, por ello, es a partir de este género que las mujeres se han posicionado para hablar de sí mismas y hacer circular sus vidas fuera del ámbito de lo obsceno y, con ello, reivindicar lo íntimo como la clave temática de sus discursos. Sin duda, la autobiografía tiene mucho de provocación pues es “un discurso lleno de paradojas, paradójico, en sí mismo, moviliza las terminaciones de la sensibilidad intelectual, moral, ideológica y psicológica de sus lectores, les interpela en los quiebres de una escritura que pugna a menudo por ser más que lenguaje y rebasar las figuraciones de la voz, el cuerpo, la vida, o la muerte” (Amícola y Fernández Prieto, 2005: 7)
Un país sin invierno es el espacio autobiográfico al que la propia poeta nos acerca, nos adentra y nos conduce en cada uno de los versos que conforman las seis partes en que se divide el libro y que funcionan, estratégicamente, como instantáneas de una memoria que escribe sobre sí misma.
Así, en la primera parte, “Trazos interiores”, la voz de Aralia comienza nombrándose por la manía que tiene de contarse que su «abuela Trinidad teje con aire/ los colores de otras islas;/ y en un bautizo tardío/ me nombraron Ángeles …» y así, su madre, su padre, el mar, los pescadores, y en cada verso, un recuerdo por esa Cuba que traza en el interior de su escritura y que ella, como las mujeres de su isla, es una costa… En la segunda parte, “Cercanías y barcos”, el agua fluye para lavar su alma, «Reconocer los pensamientos en la piel,/ las miradas que se hospedan en la luna,/ los susurros de las generaciones del espejo» y sentir, deteniéndose en el recuerdo del postre de la abuela, que la mujer errante no consigue aceptar su condición de viajera… En la tercera, “De soles y palabras”, la piel, la herida, el tatuaje, el cuerpo… están ahí, recordando «los vínculos añosos,/ los sentimientos torpes,/ los ires/ los venires/ tantas cosas». En la cuarta parte, “…Y en el pretil de un puente”, el agua, la isla, su tierra, está en cada signo, buscando con ello «anclar las rocas para que no las desaferre el mar» para calmar el llanto por las luces de los barcos y el pasado que pesa más que el presente y entonces, las plazas sólo están en los recuerdos que a veces, sólo a veces, no alcanzan cuando el tiempo renace… En la quinta parte, “Cicatrices”, la poeta galopa imágenes escarlata para decirle a sus hijos: «Si fuera cierto el amor/ amanecería la hebra de la oruga/ sobre la hierbabuena». Por último, en la sexta parte, que lleva el título que da nombre al poemario, Un país sin invierno, se entrecruzan recuerdos, pensamientos: el tío Alejandro y los pescadores de esa orilla y hasta Cervantes, el escritor y como referencia de un hotel donde «después de mucha sal/ vuelves a escribir sobre mi cuerpo/ tan escabroso/ ya/ para tu cuerpo».
La autobiografía es un territorio feminista, una forma narrativa que permite la visualización y la reivindicación de lo privado como fuente discursiva
El espacio autobiográfico es también territorio feminista no sólo porque su condición narrativa por excelencia es la de auto-referencialidad, sino porque es un espacio dinámico en donde es posible el debate intelectual y la reflexión, al mismo tiempo que quien piensa, debate y escribe, sabemos, de manera implícita, que está allí. De tal manera que la autobiografía es un “arte de decir la propia vida, la memoria, la intimidad” (Amícola y Fernández Prieto, 2005: 7), y por ello, una forma narrativa que permite la visualización y la reivindicación de lo privado como fuente discursiva.
Según el filósofo español José Luis Pardo, “la intimidad aparece en el lenguaje como lo que el lenguaje no puede (sino que quiere) decir. O sea, como la resonancia del lenguaje sobre sí mismo, su propio espesor lingual, su ser”. (Pardo, 1996: 54-55.) Así que la intimidad no es condición sino efecto del lenguaje. Y en este sentido, estos seis momentos de Un país sin invierno van zurciendo en cada poema el universo cifrado de una intimidad.
Sin duda, la intimidad es el tema del espacio biográfico porque toda autobiografía remite a un sí mismo a partir del cual se piensa y al cual se quiere llegar. En ese sentido, la poesía de Aralia López es íntima, autobiográfica en cada verso y tan cercana cuando escribe: «Podría ser,/ seguro,/ que las arecas niñas y los setos de aralias/ que ocultan y protegen esta casa,/ la luz y sombras del traspatio,/ el cuarto de mis padres/ sus ardores,/ estén clamando en mí/ en este día que anochece.»
En el país sin invierno de Aralia López la nieve no cae, sólo las sombras que «vuelven con prisa al hogar,/ entran,/ eligen sus lugares alrededor de la isla que resplandece» en una escritura de sal, agua y siempre ese país en el Caribe que no se agota. La poesía es su delta.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
AMÍCOLA, José y FERNÁNDEZ PRIETO, Celia. “Autobiografía como provocación”, en Archipiélago, Cuadernos de Crítica de la Cultura, No. 69, Editorial Archipiélago, Barcelona, 2005, pp. 7-9.
LÓPEZ, Aralia. Un país sin invierno, Editorial Praxis, México, 1998.
PARDO, José Luis. La intimidad, Editorial Pre-textos, España, 1996.
REFERENCIA CURRICULAR
Cynthia Pech Salvador es poeta, ensayista y académica. Es comunicóloga por la UNAM y Doctora en Filosofía por la Universidad de Barcelona, España. Desde 2004 es Profesora-Investigadora de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. Entre sus temas de investigación está el de poesía escrita por mujeres en México. Cuenta con diversas publicaciones académicas y de poesía.