Revista con la A

25 de noviembre de 2021
Número coordinado por:
Lucía Melgar y Alicia Gil
78

La violencia vicaria: violencia contra las mujeres-madres

La necesidad de la educación crítica y comprometida

Consol Aguilar

Consol Aguilar

Cuando defendemos un modelo determinado de educación, también estamos defendiendo un modelo determinado de sociedad

Paulo Freire defendía que todo acto educativo es un acto político, porque la vida en la escuela (podemos incluir cualquier otro nivel del sistema educativo) implica práctica y una práctica nunca es neutral; así lo evidenciaba por ejemplo en Pedagogía del compromiso (2009). Cuando defendemos un modelo determinado de educación, también estamos defendiendo un modelo determinado de sociedad.

Hace un tiempo viendo un telediario una imagen estalló en la pantalla, una arenga contra las personas de religión judía de una mujer muy joven, con camisa azul falangista. Posteriormente la prensa informaba de otro contenido del discurso de esta mujer, neonazi, antidemocrático, homófobo y machista. Las imágenes en la pantalla parecían sacadas de un NODO franquista, pero el color las situaba en la ficción cinematográfica. Pero no era ficción. Era realidad. Está pasando ahora. En un contexto de crisis mundial originada por una pandemia, que agrava todos los problemas que ya existían.

Las falangistas eran el contramodelo de la mujer republicana, y querían abolir cualquier corriente emancipatoria de la mujer devolviéndola a la domesticidad y a la sumisión patriarcal

En octubre de 1934 en el I Congreso Nacional de Falange se instituye la Sección Femenina, y José Antonio declara el “no feminismo” de Falange y la abnegación como cualidad propia de la mujer. Las falangistas eran el contramodelo de la mujer republicana, y querían abolir cualquier corriente emancipatoria de la mujer devolviéndola a la domesticidad y a la sumisión patriarcal. Para ello, impulsaron una educación con un ideario de mujer acorde al falangismo, construyendo una identidad femenina desde el control del lenguaje y del cuerpo, de la comunicación no verbal, de las emociones, desde el recato gestual y desde el silencio. Una magnífica y documentadísima tesis doctoral de Begoña Barrera La Sección femenina 1934-1977. Historia de una tutela Emocional (2019) expone, entre muchas otras cosas, que la finalidad era “generar subjetividades femeninas sobre las que sostener la continuidad de su sistema y que, a la vez, imposibilitara la aparición de identidades disidentes que pudieran quebrar un orden social cada vez más precario”. En su ideario educativo la Sección Femenina contó con asesoramiento de nazis y fascistas italianos.

La mujer falangista que se dirigió a su audiencia de ultraderecha, y que empezó en 2019 (eso señala la prensa) sus estudios universitarios, posiblemente si hubiera nacido en la época cuyo ideario defiende no hubiera podido llegar a la universidad o, de haberlo logrado, hubiera tenido que centrarse en su papel de esposa y madre, que era la única finalidad que se aceptaba de los estudios superiores femeninos: mejorar la vida doméstica de la familia.

Con la recuperación de la historia se busca “dar voz a los que nunca ocuparon ninguna página en los libros de historia”

Enrique Díez, en La asignatura pendiente (2020), aborda la memoria histórica democrática en los textos escolares recordándonos que, incluirla en el currículum, es la manera de educar a una ciudadanía comprometida; evidenciando que la normalidad democrática implica poder dialogar sobre nuestro pasado, ofrecer a las nuevas generaciones toda la información y conocimientos necesarios para que adquieran una visión crítica de nuestra propia historia, es decir, es el “derecho a saber” que acordó el 17 de abril de 1998 la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, una memoria colectiva que, independientemente de quién gobierne, debería trabajarse en los centro educativos. Díez señala que con la recuperación de la historia se busca “dar voz a los que nunca ocuparon ninguna página en los libros de historia”. Esta misma necesidad de inclusión curricular la señalan Jaume Carbonell y Jaume Martínez Bonafé cuando, en Otra educación con cine, literatura y canciones (2020), recuerdan que “El problema no reside en la documentación, sino en la actitud y el compromiso docente para trabajarlas en las aulas”.

Todo lo que está ocurriendo visibiliza la necesidad de una educación que plasme en el día a día, en los currículums, en cada clase, el contenido legislativo y normativo que protege a las mujeres y mejora sus condiciones de vida. Por eso es tan necesaria la formación del profesorado, para evitar discursos de odio de todo tipo, dirigidos contra cualquier persona. Porque estos discursos pueden, además, transformarse en acciones concretas, en violencia real. Necesitamos una educación que favorezca el desarrollo de personas críticas, reflexivas, comprometidas con la transformación social, que no acepten las desigualdades de ningún tipo, ni las injusticias, personas solidarias.

El 8-M de 2021 muchas personas recibimos un video en el wahtsapp en el que una voz de mujer, entrecortada, contaba que las niñas y los niños de Madrid, del barrio de La Concepción, que iban a ir a ver ese día el mural feminista «La unión hace la fuerza» del distrito de Ciudad Lineal, con la finalidad de hablar sobre lo que cada una de estas mujeres importantes ha aportado en la historia, no lo iban a poder hacer porque lo habían destrozado por la noche. Decía que lo que iban a aprender estos niños y niñas ese 8-M era que vamos a tener que seguir trabajando contra todo lo que produce ese odio y que, más adelante cuando se hagan mayores, será a ellos y a ellas a quienes les tocará hacer lo mismo. Eran los niños y niñas de segundo los que iban a hacer esa excursión para celebrar el 8-M, informa el AMPA del CEIP San Benito. El arte y la educación unidos para plantear dudas, interrogantes, visibilizar, desde muchas voces dialogando. Una manera de trabajar contra el analfabetismo cívico.

 Las caras del mural habían amanecido cubiertas de pintura negra  y,  también, había un manifiesto pegado con cinta adhesiva firmado por un grupo de ultraderecha , posteriormente este grupo niega su participación en la destrucción de los murales; en el texto se señala que “el feminismo lo apoyan miles de engañadas y es fruto del rencor” , y que defienden “la familia, la tradición y una alternativa al sistema de valores que rigen nuestro tiempo y que el feminismo capitanea”. Lo que demuestra que, si hay personas jóvenes que defienden estas ideas, la educación feminista es más necesaria que nunca.

Visibilizar los logros de las mujeres nunca debería ser objeto de ataques. No en una democracia

Otro mural igual al de Ciudad Lineal, que se pintó en Alcalá de Henares, también  amaneció destruido  el día anterior; este segundo mural se había inaugurado dos días antes. Los vecinos y vecinas pegaron encima del muro un cartel con los rostros de las 15 mujeres y, a mediodía, hicieron una pequeña concentración espontánea de rechazo al destrozo del mural y a actos  similares que, defienden,  solo alientan el odio y perjudican a los derechos de las mujeres. Visibilizar los logros de las mujeres nunca debería ser objeto de ataques. No en una democracia. ¿Quiénes son estas mujeres que molestan tanto a quienes han destrozado los dos murales?, he seguido los nombres que aparecen en diversos artículos: Clara Campoamor (1888-1072) abogada, escritora, política e impulsora del voto femenino en España; Frida Kahlo, artista plástica mexicana (1907-1954); Rosa Parks (1913-2005), activista de los derechos civiles contra el racismo en EEUU; Nina Simone (1933-2003), cantante , compositora y pianista, que se opuso al racismo en EEUU; Rigoberta Menchú (1959), líder indígena y activista social guatemalteca, miembra del grupo maya quiché, Premio Nobel de la Paz en 1992; Lyudmila Pavliachenko (1916-1974), ucraniana que luchó contra los nazis en la II Guerra Mundial  y que, junto a Eleanor Roosevelt, organizó una gira por EEUU para dar charlas y promocionar el papel de la mujer en el conflicto armado;  Maria Zambrano (1904-1991), filósofa y ensayista, Premio Príncipe de Asturias en 1991 y doctora honoris causa por la Universidad de Málaga; Federica Montseny (1905-1994), la primera mujer ministra en España y escritora; Margarita Salas (1938-2019), bioquímica, investigadora en la Universidad de Nueva York, discípula de Severo Ochoa, en 2007 se convirtió en la primera mujer española que ingresó en la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos,  inició el desarrollo de la biología molecular en España; Isidra de Guzmán (1767-1803), la primera mujer con título de doctora en Alcalá; Catalina de Aragón (1485- 1536), defensora de la educación de la mujer, embajadora para la Corte Española en Inglaterra, convirtiéndose en la primera mujer embajadora de la historia europea, fue reina consorte de Inglaterra y regente de Inglaterra durante seis meses; Blanca Fernández Ochoa (1963- 2019), medalla olímpica de esquí; Gata Cattana (1991-2017),  artista rapera y  poeta feminista; Ana María Matute (1925-2014), escritora, propuesta para el Nobel de literatura, en 2007 recibió el Premio Nacional de las Letras y en  2010 el Premio Cervantes; Francisca de Pedraza (finales siglo XVI – principios siglo XVII), vecina de Alcalá que sufrió violencia  de género y consiguió que la justicia lo reconociera en 1624; Dolors Aleu (1857–1913), la primera mujer licenciada en medicina y la segunda en conseguir el título de doctora en España, fue la primera mujer en ejercer la medicina en España durante la segunda mitad del siglo XIX; la oscarizada actriz Emma Stone (1988) en el papel de la exjugadora de tenis Billie Jean King(1943), una de las jugadoras más grandes del tenis y una de las mejores deportistas de toda la historia; Kanno Sugako (1881-1911), periodista japonesa defensora de la igualdad entre hombres y mujeres, se posicionó junto a las personas que carecían de derechos; Chimamanda Ngozi Adichie (1977), escritora, novelista y dramaturga feminista nigeriana; Valentina Tereshkova (1937), cosmonauta, la primera mujer en viajar al espacio; Angela Davis (1944), filósofa, profesora y activista afroamericana antirracista, feminista, defensora de los derechos humanos; Rosa Arauzo (1945), política, activista feminista y de los derechos de los colectivos LGTBIQ; Lucía Sánchez Saornil (1895-1970), escritora y cofundadora de la organización Mujeres Libres; Comandanta Ramona (1959-2006), mujer tzotzil, una de las figuras públicas más importantes del Movimiento de mujeres zapatistas en México.

Perseguir, anular, invisibilizar a estas mujeres, deja claro qué ideas defienden quienes han destrozado los murales. Una visibilización de mujeres desde el arte, desde unos murales que, además, la vecindad había hecho suyos. Son proyectos artísticos que generan cultura comunitaria basada en la participación y la inclusión, porque el arte también tiene una función social. En Alcalá fueron las vecinas y vecinos quienes decidieron, dentro del programa municipal Compartiendo Muros, en las reuniones vecinales, que querían un mural que representara la igualdad, querían dar visibilidad al papel de la mujer en la historia. Los artistas son alcalaínos y, además, se habían implicado niñas y niños de la ciudad en una construcción participativa de arte en la calle. En la mañana del 8-M en Alcalá las vecinas pintaron por encima de las manchas el mensaje «Somos libres”.

Según avanzan los cursos y las asignaturas profundizan en los contenidos curriculares, las mujeres se invisibilizan cada vez más, están prácticamente ausentes

En 2013, en el I+D «Las mujeres en los contenidos de la ESO» se demostró que, según avanzan los cursos y las asignaturas profundizan en los contenidos curriculares, las mujeres se invisibilizan cada vez más, están prácticamente ausentes. Se demostró la práctica exclusión de la visión del mundo que se traslada desde la enseñanza y, por tanto, la falta de rigor en los contenidos académicos.

El feminismo nunca será fruto del rencor, porque supone posibilidad de transformación, es un movimiento que ayuda a todas las personas a avanzar. Si hemos llegado hasta aquí es gracias a quienes nos precedieron en contextos, en la mayoría de las ocasiones, muy difíciles. No vamos a dejar de trabajar para que quienes vienen detrás tengan una vida mejor. Porque el feminismo forma parte de los Derechos Humanos, y estos derechos nunca son negociables en democracia.

Es importante una educación crítica que favorezca el compromiso cívico para evitar que el discurso del odio, la violencia y la vulneración de los derechos humanos sigan invadiendo nuestras vidas.

 

REFERENCIA CURRICULAR

Consol Aguilar Ródenas es catedrática de Escuela Universitaria del Departamento de Pedagogía y Didáctica de las CC.Sociales, la Lengua y la Literatura de la Universitat Jaume I (UJI).  Directora del Grupo de Investigación «Didáctica de la Lengua y la Literatura y Pedagogía Crítica» de la UJI. 

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