Hija de la laguna: una historia de mujeres luchadoras
La idea de la mujer débil y cobarde es una de las construcciones del patriarcado más consolidadas, al punto que para los hombres es un insulto que se les confunda con “mujercitas” o que se les nombre así; y para muchas mujeres hay urgencia de ser vistas y respetadas “como hombres”, adquiriendo sus también antojadizas cualidades de valor y coraje.
Sin embargo, las mujeres siempre han luchado y han demostrado su valentía, su coraje, en el infinito ámbito de lo cotidiano y la defensa de la vida. Son las que al día siguiente de una catástrofe natural o una guerra organizan milagrosamente una comida, las que se levantan a atender a las y los niños, las que encuentran fuerzas para seguir adelante cuando sus hijas han sido asesinadas o cuando sus hijos han sido desaparecidos. No me cabe duda de que nuestro presente está forjado por una cadena infinita de mujeres valientes que han quedado en el anonimato y caído en el olvido del tiempo por la soberbia de indiferentes hombre letrados que nunca las entendieron en su heroicidad, una heroicidad no hecha de armas y poder, sino de sabiduría y convicción.
El siglo XX nos ha dejado la impronta de mujeres luchadoras como las Abuelas de Plaza de Mayo que siguen buscando incansables a sus seres queridos, que entienden que mantener viva la memoria sobre los horrendos hechos de la dictadura de Videla es la lección que dan a sus compatriotas y las futuras generaciones. Mujeres humildes organizadas en los Club de Madres (1950) que dieron su trabajo gratuito para mantener activos los programas de asistencia social como el Vaso de leche (1985) y los Comedores populares (1970), que llevaron alimento a millones de niñas y niños hambrientos en los peores años de la crisis económica en el Perú. Mujeres indígenas guatemaltecas que decidieron no callar más y dar su doloroso testimonio sobre las violaciones y la esclavitud sexual que sufrieron, para conseguir así un fallo histórico que condena a los culpables y abre la puerta para la justicia en muchos otros casos todavía silenciados.
Hoy en día se hace más visible la lucha de las mujeres por los recursos naturales, especialmente el agua que se quiere privatizar, ante su ya anunciada escasez, debido en primer lugar a la depredación y la explotación desmedida del capitalismo, especialmente en los países llamados del tercer mundo. A sabiendas de que el agua es indispensable para la vida humana y que es un recurso en peligro, mega proyectos extractivos a lo largo de América Latina pretenden sacrificarla por oro y por plata que abastecerá a los capitales extranjeros y dejará inhabitables extensas zonas agrícolas, verdes campos del que se nutre el campesinado y con ellos alimentan las grandes ciudades.
El mal uso del agua que debería ser un delito perseguido por el Estado es por el contrario fuente de grandes negociaciones que benefician a unos cuantos y perjudican a poblaciones enteras, que matan la vida, que condenan a la muerte y que en el largo plazo afectan a nuestro planeta y la sostenibilidad de la humanidad en él. Hace poco una luchadora medioambientalista de Honduras, Berta Cáceres (1971-2016), que se oponía al proyecto hidroeléctrico de Agua Zarca, fue asesinada dejando bien en claro que el poder y el dinero están aliados con la delincuencia, con la corrupción, con la immoralidad, sin ningún respeto por la dignidad y la vida de las personas.
Problemas similares se viven en el Perú, uno de ellos es el caso del megaproyecto Conga de la Minera Yanacocha que encontró oro debajo de las lagunas que alimentan las cuencas acuíferas de las alturas andinas en Cajamarca y Celendín. Yanachocha ha buscado expropiar terrenos y ha recurrido a la fuerza policial para amedrentar a los legítimos propietarios de la zona, comuneros, campesinos, cuidadores de los campos, de las aguas, de las montañas a las que veneran por ser fuente de vida.
El documental Hija de la laguna es la historia de Nélida, una joven y valiente cajamarquina que enfrenta a una de las empresas mineras más grandes, como es el consorcio Yanacocha, apoyando a su amiga Máxima Acuña, en cuyos terrenos se encontraría el predio que la minera desea expropiar y necesita para concretar la extracción del oro. Máxima Acuña ha recibido este año el premio Medioambiental Goldman por su lucha en Cajamarca en defensa del agua. Pero eso no basta porque la codicia y la immoralidad de estas empresas no ha cesado. Así que la lucha debe seguir.
Hija de la laguna (2015), film realizado por Ernesto Cabellos Damián, busca concientizar a la población sobre los terribles atropellos cometidos, pero a su vez acercarlos a la naturaleza misma, a su infinita generosidad, a su alma, que es la misma alma que alimenta todo lo que vive en nuestro planeta. Cabellos Damián tiene otros trabajos de corte social como Ollas y sueños (2002) y Choropampa, el precio de oro (2009).
Se trata de un documental de imprescincible visión y difusión porque deja claro en primer lugar, que la lucha por la vida y su sostenibilidad hoy en día es encabezada por muchas mujeres, mujeres humildes, a veces analfabetas como Máxima Acuña, pero que son poseedoras de un saber igualmente indispensable como el del amor a la naturaleza. Mujeres también educadas, con sacrificios personales y familiares, como Nélida Ayay que se ha visto en la necesidad de aprender los mecanismos legales que le permitan defender lo que considera justo. Y así como Nélida, Máxima y Berta, muchas otras tantas mujeres que luchan en el África, en Europa, en la India porque el ser humano no destruya este planeta, ni en ello pierda su humanidad y pierda también el vínculo con la tierra que le permite vivir.
Webgrafía:
Abuelas de Plaza de Mayo
Condena histórica contra la esclavitud sexual en Guatemala
http://www.eldiario.es/desalambre/Primer-esclavitud-Guatemala-Dejamos-precedente_0_488551974.html
Hija de la laguna
Bethsabé Huamán
REFERENCIA CURRICULAR
Bethsabé Huamán Andía es Crítica de cine y crítica literaria. Escritora y Feminista. Licenciada en literatura, magister en estudios de género y estudiante del programa de doctorado en español y portugués en la Universidad de Tulane, Nueva Orleans.
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