Revista con la A

25 de septiembre de 2022
Número coordinado por:
Lucía Melgar
83

Exiliadas españolas en América Latina

Frutos del exilio

Adela Giral Barnés

Adela Giral Barnés

La Universidad Autónoma Metropolitana, UAM, financió Frutos del exilio (2009), en el que he basado este artículo [1]. La calidad moral de las personas se menciona frecuentemente, bienser diría mi padre

Antaño transterrados

en tierra generosa lograron acampar

y nacieron raíces

con una nueva savia

que pudo germinar.

 

Afinidad de sangres en lenguaje común

conjunción de valores con acierto mezclaron

pudiendo, con trabajo y con tiempo

sus frutos cosechar.

 

Carmen Romero de Rayo

Escrito para Frutos del exilio español

 

La Universidad Autónoma Metropolitana, UAM, financió Frutos del exilio (2009), en el que he basado este artículo [1]. La calidad moral de las personas se menciona frecuentemente, bienser diría mi padre. Si midieran índices de bienser, otros mundos mejores lograrían.

Al exilio republicano, inmigración “de conciencia”, México los recibió y nacionalizó, gracias al Gral. Cárdenas. Un gana-gana dicen, gente preparada útil para un país en desarrollo, solo 1% intelectuales. Por lo tanto, a un nivel más importante, vida vs. muerte, el exilio ganó y a México se le agradece, pues hoy muchas personas -entre ellas yo- no habrían nacido.

Llegaron siete rectores de universidades españolas, uno José Giral, mi abuelo paterno. Buena parte de la universidad española se trasladó a su lugar de exilio, principalmente México, “la ejecución más valiosa llevada a cabo por el exilio cultural en general, y científico en particular, ha sido la creación de grupos, más o menos numerosos de alumnos hispanoamericanos”. La herencia más importante de aquella generación que luchó en la última de las guerras románticas fue la formación de hijos e hijas -de la sangre y del talento, alumnos [2]-. Muchos frutos, hijos, hijas, nietas, nietos y ahora biznietas y biznietos, mexicanos, también dedicados a actividades culturales, docentes. La investigación realizada en el país no tiene precedente en otro grupo de inmigrados.

La República, con las Misiones pedagógicas, duplicó las escuelas en dos años, formó maestros y maestras, y en México crearon varias escuelas.

La importancia a la educación no fue fortuita, sino parte del ideario republicano. Don Francisco Giner de los Ríos, dijo:

“… el niño necesita de su infancia y lo que hay que cultivar cuando se es infante es la puericia; pues solo cuando se ha sido niño se puede ser un hombre completo (…) España no necesita un hombre educado, necesita un pueblo educado”.

Don Manuel B. Cossío -por él la escuela Bartolomé Cossío- enfatizaba saber ver el arte desde niños. Junto a Giner hicieron el primer esfuerzo eficaz por cambiar la educación en su época, siendo el Instituto Escuela la institución -de una amplia red instaurada- dedicada a la formación infantil. Mi abuelo materno Francisco Barnés, ministro de Instrucción Pública durante la República, 1931, maestro de historia, los llevaba a museos y excursiones para explicársela. Cuántos me dijeron lo importante que fue para ellos y ellas ese aprendizaje.

Ser exiliada habiendo nacido en México tiene sus bemoles. Heredé sin haberlo vivido la rabia y amargura de mis mayores, cuando todavía una no entiende nada. Los recuerdos se desvanecen, las emociones crecen, como si el cuerpo tuviera mejor memoria que el cerebro.

Españoles como nuestros padres, nuestras madres, fuimos, aprendimos la lengua materna, hablábamos pronunciando c, zeta y jota. Fruto de aquéllos, que con sus semillas sembraron, florecieron y fructificaron. Unas y unos los trajeron niños y los cultivaron, o fuimos sembrados, nacidos y cultivados; ambos fructificamos en y gracias a México. Descendientes del exilio, frutos.

Añoraron siempre su España querida, apreciando la entrañable acogida que este país maravilloso y las y los mexicanos les dieron al llegar, en refus convirtiéronse; usando los colores de su bandera en todo lo que se podía, flores, platillos, ropa, etc., -nunca regresaron muchos-, si no pregúntenle a Abel Quezada, caricatura donde tenían el dedo índice más corto, de tanto golpearlo: “este año próximo muere Franco”.

No entendíamos nada, ¿por qué México?, ¿por qué barco?, ¿por qué esa cara de angustia cuando simultáneamente intentaban darnos disfrute de la vida? Sólo al tiempo, creciendo y madurando fuimos, si no entendiendo, aclarándonos.

Barnés, decía: “Mis hijas que estudien y mis hijos que se casen”.

“Las Sinsombrero” las llamaban, primer paso para liberarse, quitarse el sombrero e ir a la universidad.

Fuimos a alguno de los colegios del exilio, privilegiados al contar con maestros y maestras profesionistas, con grados y posgrados, nos enseñaron más que la materia que daban, hacernos respetar intelectual y humanamente.  Colegio Madrid, Academia Hispano Mexicana y Colegio Luis Vives principalmente, además de otros [3]. Después, frutos formaron un Instituto Escuela en México.

Himno del Colegio Madrid:

… Las chicas del Madrid avante alegres van y en su vida feliz no lo olvidaran….

En la foto de la bandera republicana, que portan chicos que o son de tercera generación o mexicanos, chilenos, argentinos, dice: “somos nietos de aquellos que no pudisteis matar”.

Muchos exiliados contribuyeron a la concepción de la Universidad Autónoma Metropolitana, donde estudiaron, exiliados y frutos. En 35 años tres rectores generales, cuatro de unidad, investigadores, docentes y administrativos. Uno de los rectores generales llegó a ser subsecretario en la Secretaría de Educación Pública. Fueron docentes en el Instituto Politecnico Nacional [4].

Abuelas, madres -la mayoría anónimas- apoyaron al marido, consolidaron familias, criaron hijos, hijas, nietos y nietas, tejiendo redes y chaquetas vascas, cocinando croquetas y trasmitiendo valores en el duro levantar del exilio. Duro pero alegre, vital, optimista, orgullosas de no haber bajado la cabeza, como sucedió en la otra España. Formaron redes de ayuda a las y los encarcelados en España. No les hemos hecho el homenaje que merecen.

Consiguen el voto con la República, divorcio y leyes como los hombres [5].  El voto en Finlandia 1906 y México en los 50. En el franquismo tuvieron un severo revés con las normas femeninas impuestas.

Mi madre antes de morir me pidió perdón por enseñarme a no bajarle la cabeza a nadie, había costado caro en muchos ámbitos, se lo agradezco.

 “Mujer que sabe latín no tiene buen fin”, decía la abuela.

Época en que la mujer despegaba con conciencia, libertad que no tuvieron sus progenitoras y todavía no contaban con la píldora. Carreras y trabajos que nos permitieran realizarnos profesionalmente y atender deberes familiares. Trabajar medio día requirió hacer caminos en el mar y no moverse pues no había otro.

Con el examen de ingreso, los mejores eran de esos colegios. Mario Molina, premio Nobel, estudió en la Hispano Mexicana, reconociendo la influencia benéfica de maestros exiliados.

Se formó La Gran Familia del Exilio.

También emprendieron, como el Café Villarías como modistas, “Paulette”, empezando desde casa hasta un taller de 25 costureras, codeándose con la alta costura que pudiera haber inspirado “Entre costuras” de María Dueñas, aunque vivió en Tánger, no fue espía.

Serrat cantó lo que los nuestros no pudieron, en catalán, a Miguel Hernández y a Machado estando prohibidos, le costó su pequeño exilio y Paco Ibáñez, Sabina, Raimon y otros. No hemos agradecido.

Perdieron la guerra con una gran derrota militar y material, conquistando la República, a cambio, una victoria moral que se hace patente en las muchas personas e instituciones de calidad universal que, al cabo de tanto tiempo y tanta destrucción en el mundo entero, siguen valorando muy alto la decisión, la firmeza y la valentía de la República al seguir defendiendo su legitimidad en forma pacífica, civil y no violenta.

 

Sonetos de Paulino Masip

La ansiedad de volver no será nada

junto a la certidumbre de haber vuelto

y encontrar que la vuelta no ha resuelto

el drama de tu vida desterrada.

 

Hallarla eternamente enajenada,

ver que partida fue en iguales trozos;

sentir que siempre enturbiara alborozos

de una mitad la otra mitad airada.

 

No desdirás tu estirpe gachupina,

o si mejor te place, perulera

y por sus huellas correrá tu suerte.

 

Tu destino español a ser te inclina

puente tendido de una a otra ribera

a caballo de mar hasta la muerte

Una mayoría supo ser jinete e ir de un mundo a otro y pocos se cayeron del caballo.

Abuelo, ¿yo qué soy? ¿mexicano español o qué? Ciudadano de un mundo libre, donde el humanismo integral impera, contestó.

 

Los Frutos

Amamos en tiempos fáciles

¡Vivimos en libertad!

Sin miedo

Ciudadanos del mundo libre.

Con identidad, acta de nacimiento, nacionalidad, educación, salud, universidad, trabajo y tribuna.

Comemos tacos, tamales y garnachas.

Hacemos negocios y somos maestros e investigadores

Nos tocó vivir mexicanos muy españoles, españoles muy  mexicanos.

Buena semilla hispana en tierra mexicana.

Varias generaciones van diluyendo sus raíces originales, hijos, nietos, biznietos.  

Como el chile, en tierra mexicana, cada generacion más picosa.

A nombre de ellos agradecemos al país y a sus gentes, los acogieron y nos permitieron la vida.

¿Y qué si nuestros padres pierden la flor?

¿y no hay fruto?

Los Frutos del Exilio

Gracias

¡Viva México!

 

NOTAS

[1] Giral Barnés, Adela, Ma. Teresa Márquez Diez-Canedo, Frutos del Exilio, Descendientes del Exilio Español en la Universidad Autónoma Metropolitana. UAM. 2011, ISBN 978-607-477-491-7.

[2] Giral, Francisco, Ciencia Española en el exilio (1939-1989). El exilio de los científicos españoles, Centro de Investigación y Estudios Republicanos/ Anthropos (Memoria Rota, Exilios y Heterodoxias).

[3] Soler, Jordi, Los rojos de ultramar, México, Alfaguara, 2005.

[4] García Bernal, Silvia Mónica. Los Maestros del Exilio Español en el IPN, 2013

[5] Guerra de la Vega, Ramón. Ediciones. Mujeres de la II República, Historia de la Mujer Tomo I 1931- 1939.2013.

 

REFERENCIA CURRICULAR

Adela Giral Barnés es nieta, hija y hermana de refugiados españoles, primera mexicana en la familia nuclear. Madre de cuatro hijos y abuela de ocho nietos. Q.F.B. 1960-64, UNAM, primer promedio de la carrera. Trabajó en I&D, investigación de mercados y mercadotecnia en diversas empresas. Se independizó en 1985 con su propia empresa consultora, gci giral consultoría industrial S.A. de C.V., atendiendo principalmente al sector salud y el desarrollo tecnológico: Organiza cursos sobre mercadotecnia especializada para cada sector y para mujeres. Forma parte de diplomados en negocios tecnológicos con su módulo de mercadotecnia adaptado a cada sector.

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