Revista con la A

25 de marzo de 2021
Número coordinado por:
Bethsabé Huamán y Danilo Assis Clímaco
74

Laberintos de la masculinidad

Experiencia de las mujeres de la Red Peruana de Masculinidades en el trabajo con hombres y masculinidades por la igualdad de género

Red peruana de masculinidades

Damos un lugar especial a la transgresión, que es una acción clave y cotidiana que como mujeres venimos ejerciendo desde siempre y cada día, ante un mundo patriarcal y machista que quiere mantenernos en un lugar de subordinación, que nos violenta cuando transgredimos lo que «deberíamos ser», según sus parámetros

Para iniciar a contar esta experiencia es importante compartir que, en el marco de un proceso de construcción participativa, planteamos que para nosotras el activismo es «una acción pública y política por una causa colectiva para lograr una transformación social» (Rodríguez 2018, 64). Y al hablar de nuestro activismo feminista anti-patriarcal lo traducimos como «una acción personal, pública y política transgresora para la eliminación de las desigualdades de género y la violencia machista»‘ (Idem).

En esta definición, damos un lugar especial a la transgresión, que es una acción clave y cotidiana que como mujeres venimos ejerciendo desde siempre y cada día, ante un mundo patriarcal y machista que quiere mantenernos en un lugar de subordinación, que nos violenta cuando transgredimos lo que «deberíamos ser», según sus parámetros. Por ejemplo, cuando nos acosan en las calles por sentirnos libres en ellas, cuando nos controlan por ejercer nuestra autonomía, cuando exigimos tener soberanía de nuestros cuerpos, cuando nos golpean, violan y matan por rebelarnos abiertamente ante la violencia machista. Entonces, esta transgresión en nuestro activismo viene justamente de estas experiencias de vida, y se convierte en un proceso de lucha consciente y constante contra este sistema que nos oprime, en donde, además, como compañeras, nos sostenemos, fortalecemos y liberamos para juntas eliminar la violencia machista que todas las mujeres vivimos.

Ahora, ¿por qué nos involucramos en el activismo anti-patriarcal desde el trabajo con hombres y masculinidades? Es una pregunta recurrente hacia nosotras o hacia otras compañeras que trabajan estos temas. Esta pregunta ha sido planteada desde una posición que busca averiguar y conocer sobre nuestra experiencia y/o el tema, pero también es una pregunta que nos han hecho cuestionando nuestra decisión y lugar en estos espacios.

Desde los hombres, el cuestionamiento viene al observar o poner en duda nuestra capacidad para abordar este tema en el trabajo directo con hombres. Este cuestionamiento, si bien plantea diferencias en las metodologías y desarrollo de procesos, no nos imposibilita realizar un trabajo que contribuya a la generación de cambios y transformaciones. Al contrario, desde nuestra experiencia como mujeres, alimentamos nuestras capacidades y podemos generar procesos diferentes para el abordaje del trabajo con hombres.

Por otro lado, especialmente compañeras activistas mujeres, nos han cuestionado que con nuestro activismo «les hacemos el trabajo a los hombres» y que «nos estamos poniendo de nuevo a su servicio». Por un lado, comprendemos el porqué de esta mirada, pues como mujeres, históricamente, hemos mantenido este rol; por tanto, es fácil poder percibir la réplica de esta figura también en estos espacios. Por ello, mantenemos un estado de alerta constante para identificar la vivencia de situaciones de opresión.

A partir de nuestras experiencias de vida, elegimos desde dónde queremos y qué queremos transformar

Sin embargo, en este espacio les expresamos, compañeras y compañeros, que nosotras no estamos brindando un servicio a nuestros compañeros activistas o a los hombres. A partir de nuestras experiencias de vida, elegimos desde dónde queremos y qué queremos transformar. Nuestro activismo es por la igualdad de género, por la eliminación de la violencia basada en género, por la liberación de las mujeres.

Al ir pasando por diferentes vivencias, nos hemos identificado con la importancia del trabajo de interpelar e involucrar a los hombres en esta lucha, pues ellos tienen la gran responsabilidad de hacerse cargo de sus violencias y de iniciar procesos de cambio hacia ellos mismos y hacia otros hombres. En particular, trabajar el tema de masculinidades, además, ha significado comprender las relaciones de poder desde otro ángulo. Trabajar sobre cómo desestructurar lógicas patriarcales con los varones da luces sobre cómo se leen las estructuras de poder desde su posición y, a su vez, da pie para establecer una conversación en la que se evidencian las distintas posiciones en las que nos encontramos hombres y mujeres.

Desde ahí, se pueden desarmar narrativas que tienden a victimizar a los varones cuando se habla de que las estructuras de género «nos afectan a todos por igual»; permite visibilizar las estrategias de complicidad masculina con las que trabajan y, a partir de ello, reflexionar en conjunto sobre cómo construir relaciones más igualitarias. Para nosotras, es fundamental trabajar con varones, pues permite conocer (e interpelar) las narrativas y concepciones con las que han sido socializados, así como exponer las diferencias de posición y reflejarles sus privilegios que, muchas veces, no son percibidos como tales por ellos. Esta es nuestra elección: comprender y trabajar, desde una visión anti patriarcal y desde el enfoque de género, los procesos de construcción de ser hombres y las vivencias de masculinidades para, desde ahí, eliminar la violencia contra nosotras las mujeres, promover paternidades corresponsables, eliminar la lesbotransbifobia, y luchar contra todas las desigualdades de género y otras categorías de opresión. Nos afirmamos como mujeres feministas y, desde los feminismos que vivimos, no vemos la limitación de trabajar desde diferentes temas o públicos, no juzgamos desde dónde cada compañera actúa, sino que nos encontramos y fortalecemos para continuar en la lucha por la caída del patriarcado y nuestra liberación.

En nuestro colectivo, desde nuestras experiencias como mujeres, cumplimos un rol activo y clave de interpelación y cuestionamiento de los privilegios machistas y situaciones de desigualdad

Ahora bien, como mujeres en la Red Peruana de Masculinidades, vivimos un proceso de aprendizaje y desarrollo sentipensante y personal-colectivo constante, no solo sobre esta temática y el trabajo que realizamos. Nuestra experiencia en el colectivo aporta, sobre todo, a nuestro proceso de liberación, y nos transforma a nosotras y a nuestras relaciones. Además, en nuestro colectivo, desde nuestras experiencias como mujeres, cumplimos un rol activo y clave de interpelación y cuestionamiento de los privilegios machistas y situaciones de desigualdad. Esto no es un servicio, es parte de nuestro proceso colectivo de trabajo y cambio que se da siempre en relación.

Creemos que la importancia de mantenernos en un espacio mixto de activismo tiene que ver con el aspecto relacional del movimiento feminista y el cuestionamiento de las relaciones patriarcales. Nuestro papel como compañeras de colectivo tiene que ver con acompañar(nos) en el proceso de transformación de las relaciones inequitativas de género, pero también es fundamental el papel interpelador a nuestros compañeros, poner énfasis en que deben respetar nuestros procesos y espacios, deben respetar los compromisos acordados referentes a la revisión de sus acciones y reproducción de privilegios. No nos planteamos como vigilantes del comportamiento de nuestros compañeros, pero sí como interpeladoras cuando se quiebran esos compromisos. El género es relacional y, como tal, nosotras tenemos mucho que aportar al proceso de los compañeros.

En esa relación entre compañeras y compañeros del colectivo y en ese proceso constante de cambio, tenemos claridad en nuestro posicionamiento y demanda hacia nuestros compañeros; lo que esperamos de ellos no es que sean perfectos en su proceso, pues para todas las personas es un camino de ida y vuelta. Sin embargo, por estar en el colectivo y en activismo especialmente en temas de género, sí les llamamos a comprometerse con tener un proceso de revisión constante, donde se miren para reconocer y no continuar reproduciendo privilegios ni las violencias que han ejercido; les llamamos a romper con la complicidad entre hombres, no callando cuando observan que están ejerciendo violencia; les llamamos a convocar a esos hombres a cuestionarse e involucrarse en esta lucha; especialmente, a llevar el activismo a sus casas y a lo privado, donde no se ve qué hacen, donde no les reconocen por ser «hombres igualitarios»; y, finalmente, les llamamos al diálogo con nosotras y a respetar los espacios que son solo de nosotras.

 

 

REFERENCIA CURRICULAR

Red Peruana de Masculinidades. Mujeres feministas y activistas de la Red Peruana de Masculinidades que apostamos por la lucha antipatriarcal para eliminar todo tipo de violencia de género y alcanzar la igualdad. Está integrada por: Cynthia Cano Andrade, Pamela Saavedra Castro, Milena Reynalte Bautista, María José Barajas de la Vega, Sofía Mondragón Miranda, Paola Villa Aguilar y Nadia Agurto Romero.

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