El soto del grillo, o cómo otras políticas municipales son posibles
“Al fin y al cabo, actuar sobre la realidad y cambiarla, aunque sea un poquito, es la única manera de probar que la realidad es transformable”
(Eduardo Galeano)
Uno de los recuerdos más maravillosos de mi infancia son esos domingos de primavera y verano, junto a mis primos, primas y mi tía Julia, la alegre, la cantarina, en los que, tras la reunión para comer por alguna celebración, salíamos todas y todos cogidos de la mano, cantando canciones de Fórmula V que habíamos interiorizado de tantas veces oídas en su tocadiscos, a dar un paseo por el campo sembrado de trigo y chupábamos los dientes de león y nos comíamos las semillas de trigo fresco y mordisqueábamos cualquier rama.
Hablamos de finales de la década de los 70. Y esto ocurría en un barrio de Madrid, bueno, barrio ahora, antes pueblo: Pueblo de Vallecas.
Poco a poco el campo, la agricultura urbana, fue desapareciendo por otra especie que tenía mejores cosechas, aunque solo para algunos: el ladrillo, el asfalto, la construcción. Casi ningún municipio se sustrajo a la posibilidad de recalificar terreno y plantar edificios y chalets…
Tras la crisis sistémica, muchos miran al campo, a los pueblos y algunos municipios miran a su entorno más cercano y deciden crear espacios donde volver a colonizar con verduras y hortalizas y biodiversidad el perímetro de nuestros barrios urbanos.
Ese es el caso que os paso a contar: en 2012, el ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid decidió apostar por eso que se ha dado en llamar agricultura urbana o periurbana, por un desarrollo local sostenible, por la economía social y por la soberanía alimentaria, poniendo a disposición de la comunidad 40 Ha de terrenos agrarios municipales ubicadas dentro del Parque Regional del Sureste.
Desde esa fecha se han incorporado más de 20 emprendedores de producción hortofrutícola, junto a una ganadería extensiva de vacuno cuyo alimento base es el cereal que se cultiva de forma ecológica en otra parcela de este proyecto.
La iniciativa pretende poner en valor el sector primario como oportunidad profesional en época de crisis, y entre sus principios básicos se encuentran la recuperación económica y social del Soto del Grillo, la regeneración medioambiental del espacio y la divulgación a la ciudadanía de los valores de este entorno natural, su flora y su fauna. En definitiva, la creación de empleo verde en el sector primario.
Las condiciones de participación pasaban por ser personas desempleadas del municipio y que adoptaran fórmulas jurídicas de empresas de economía social. La concesión fue de cinco años a razón de 200 euros por Ha y año para las y los arrendadores.
El ayuntamiento, por su parte, se comprometía a actuar en proyectos de formación, asesoramiento y análisis de viabilidad de los proyectos, apoyo institucional durante los primeros años de vida del negocio, consecución de certificaciones o sellos de calidad agrupados, canales de comercialización y organización de eventos comerciales, ferias y mercados ecológicos.
El pasado mes de abril, se presentó la marca de PRODUCTO FRESCO DEL PARQUE ECOLÓGICO SOTO DEL GRILLO como un paso importante para conseguir la soberanía alimentaria en este municipio de Madrid.
Algunas personas recordaremos algunos sabores y aromas de nuestra infancia, la infancia del municipio adquirirá una cultura de consumidor responsable desde la escuela un poco más allá de sus huertos escolares…
Otras políticas municipales son posibles… ¡¡¡¡Apostemos por el empleo verde!!!!
Araceli Benito de la Torre es Socióloga e Informática de profesión. Le apasiona la naturaleza y cree en la ecología política y en la egoecología -la necesidad de gestionar de forma más natural nuestro yo interior-. Por eso, imparte cursos de Inteligencia Emocional y Técnicas de Autoconocimiento. Disfruta aprendiendo de las y los demás y realizando cosas nuevas, por lo que considera que este espacio es una oportunidad para seguir disfrutando y creciendo.