Revista con la A

25 de mayo de 2016
Número coordinado por:
Lucía Melgar
45

Cambio climático y género

Defiendo la tierra

mediambiente-45“Defiendo la tierra, defiendo el agua, porque ellas son la vida. No tengo miedo al poder de las empresas, seguiré luchando. Dedico este premio a los compañeros que murieron en Celendín y en Bambamarca y a todos los que estamos en lucha en Cajamarca”, decía en su discurso de agradecimiento la galardonada Máxima Acuña de Chaupe en la gala de los premios Goldman que tuvo lugar el pasado abril.

El Nobel Verde, como se le conoce entre el activismo medioambiental, fue instituido por el matrimonio formado por Richard N. Goldman y Rhoda H. Goldman en 1990, con el objeto de premiar a las personas que trabajan en la defensa de la naturaleza y el medio ambiente.

El procedimiento de elección de las galardonadas es muy democrático. Las diversas nominaciones proceden de múltiples instituciones que trabajan en temas ambientales en todo el mundo, dichas nominaciones son confidenciales. Estas llegan a un grupo de 150 expertos de más de 70 naciones que, tras evaluarlas, designan a las premiadas.

Se galardona a una representante de cada una de las 6 grandes regiones del planeta (África, Asia, Europa, Naciones isleñas, América del Sur y América del Norte). Los galardones recaen en cada edición en tres mujeres y tres hombres atendiendo a consideraciones de equidad de género.

La dotación económica de cada premio es de 175.000 dólares y una estatuilla de bronce que representa a una serpiente mordiéndose la cola, como símbolo de la capacidad regeneradora de la naturaleza, Ouroboros.

Los premios reconocen los esfuerzos en pro de la protección de ecosistemas y especies en peligro, en combatir proyectos mineros a cielo abierto destructivos para el agua y el aire de las comunidades indígenas, en promover la sostenibilidad ambiental y luchar por la justicia ecológica.

El anuncio de los premiados se produce en abril, coincidiendo con el Día Internacional de la Tierra, a fin de visibilizar a aquellas personas que entregan su vida a la sostenibilidad de la tierra y que luchan, cara a cara, con las multinacionales extractivas que no reparan en medios para obtener que sus intereses prevalezcan.

El activismo indígena, en pequeñas poblaciones remotas, es uno de los más beneficiados a lo largo de las 26 ediciones de este premio. Con ello se pretende amplificar las voces de personas indígenas, darles una mayor credibilidad y visibilizar las causas que defienden, ante los medios de comunicación y en encuentros que se desarrollan a lo largo de 10 días donde se programan encuentros con líderes ecologistas y políticos.

Entre las mujeres que han obtenido dicho galardón la más conocida puede ser Wangari Maathai, que lo recibió en 1991 por su proyecto Movimiento del Cinturón Verde, o Green Belt Movement, una organización no gubernamental ambiental enfocada en la reforestación, conservación del ambiente y los derechos de las mujeres en los años 70.

Hasta el pasado tres de marzo, cuando una de las galardonadas en la edición de 2015, Berta Cáceres, de la comunidad indígena Lenca, la mayor etnia indígena de Honduras, a la que pertenecía, puso en valor la tradición Lenca en la que los espíritus femeninos están en los ríos y las mujeres son sus principales guardianas.

Luchó contra proyectos hidroeléctricos, mineros y madereros, siendo la más reconocida su lucha contra la presa hidroeléctrica en el río Gualcarque. Luchó hasta que fue asesinada, de nada le sirvió hacer públicos sus temores una semana antes en rueda de prensa.

El activismo medioambiental, en algunas regiones del mundo, empieza a ser de una actividad arriesgada para quienes luchan por mantener la biodiversidad, los recursos naturales de las comunidades indígenas,… y esa lucha desigual la mantienen contra las empresas transnacionales, los gobiernos corruptos… pero siguen y se lo debemos, son nuestra llama frente a la oscuridad y por ello necesitamos mantenerla viva.

 

REFERENCIA CURRICULAR

araceli-benitoAraceli Benito de la Torre es Socióloga e Informática de profesión. Le apasiona la naturaleza y cree en la ecología política y en la egoecología -la necesidad de gestionar de forma más natural nuestro yo interior-. Por eso, imparte cursos de  Inteligencia Emocional y Técnicas de Autoconocimiento. Disfruta aprendiendo de las y los demás y realizando cosas nuevas, por lo que considera que este espacio es una oportunidad para seguir disfrutando y creciendo.

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