Revista con la A

25 de marzo de 2021
Número coordinado por:
Bethsabé Huamán y Danilo Assis Clímaco
74

Laberintos de la masculinidad

Chaska Mori: El apellido comienza conmigo

La historia

Lo que nos cuenta El apellido comienza conmigo, de la artista peruana Chaska Mori, surge de la conjunción de una multiplicidad de elementos: la muerte del padre, la herencia recibida, la usurpación de un terreno y el reencuentro con familiares paternos perdidos en el tiempo. Como en otros casos, la realidad supera a la ficción, en cuanto las coincidencias, las tramas siniestras y la frustración, no anticipan en qué magnitud estar de lado de la verdad y lo legal no significa nada, simplemente no importa.

Luis Mori, el padre de Chaska, muere dejando en ella muchas preguntas, interrogantes sobre ese hombre que la había engendrado, pero a quien el tiempo había vuelto huraño y extraño, al punto de sentirlo como un desconocido. Es así como, en su rol de hija, Chaska decide empezar la búsqueda de su padre, la línea de su apellido, un apellido extraño, poco común, que no le había dejado más que una modesta herencia con la que decide comprar un terreno en la playa, al sur de la ciudad de Lima.

Lamentablemente, tres meses después de lo que en principio era un añorado proyecto de tener una casa propia, una mafia de invasores de terreno usurpa lo que legítimamente le pertenecía. Desde la noche en que los guardianes de su terreno le avisaron de la inminente invasión, Chaska no tuvo descanso, por cuatro años, los que duró el juicio para desalojar a los usurpadores y recuperar lo que legalmente le pertenecía, todo su tiempo y energía estuvo absorbido en ese propósito, utópico y por momentos descabellado, de lograr justicia. De la manera más abrupta, Chaska se enfrenta con todos los niveles de la corrupción institucionalizada del país: abogados, jueces, policías, cientos de personas involucradas en una red que no podría funcionar si es que la verdad, la ley y la razón valieran algo en el Perú.

Sin embargo, aunque el proceso termina con una orden de desalojo, las formas de hacer cumplir la ley, irónicamente, requieren de formas fuera de la ley. Es así que entra en contacto con una persona, recomendada, que se ocupa de ese tipo de asuntos: recuperar por la fuerza lo que en los papeles es ya suyo. El hombre a quien le presentan con una única inicial, termina siendo su tío, el hermano de su papá. Es así que esa búsqueda inconclusa por la historia de su padre y su familia paterna resurge de las cenizas de un conflicto que la tuvo ardiendo de rabia e impotencia por cuatro años. Se destapan secretos, silencios, límites a los que una mujer no puede llegar por ser mujer, porque el apellido paterno, como la tierra, se discute y se disputa entre hombres.

En este recorrido por intríngulis familiares, no por casualidad engarzados en la corrupción organizada del país, Chaska descubre la repetición de una misma historia de abandono, la del padre al hijo, la del hijo al padre, que ella irrumpe en y con su ser mujer. Sólo otro Luis Mori puede mantener el apellido, pero ella lo detiene, o lo reinicia, en esa búsqueda desesperada por justicia, pero también por el amor de un padre a quien la distancia y la muerte privó.

Las variaciones

El apellido empieza conmigo es en realidad (hasta el momento) tres piezas: una obra de teatro, un documental y una técnica mixta que conjuga teatro virtual y documental. En cada una de las variaciones se destaca un aspecto de la historia antes resumida. En la variación uno, la obra de teatro, se pone el foco en el proceso judicial para recuperar el terreno usurpado, en las dificultades de enfrentar un sistema machista y patriarcal, dirigido por hombres, desempeñado por hombres y en el que las mujeres no tienen cabida porque el lenguaje que vale es el de la violencia. La variación dos, el documental que se puede ver en Youtube[1], se enfoca en la relación con el padre, los recuerdos de infancia y luego la distancia impuesta por el divorcio de los padres, el exilio y la muerte. La variación tres, técnica mixta, nos aventura en el padre en su rol de militante del APRA (Alianza Popular Revolucionaria Americana), en sus lecturas, en sus ideales, en los que al parecer la reivindicación de la mujer no tenía cabida.

El padre

Chaska constata que no hay ningún libro escrito por una mujer en la biblioteca que dejó su padre, la misma que se va empolvando en una habitación de la que fuera su casa. Tal vez por ello la búsqueda por el padre, la historia detrás del apellido, es tan esquiva como el litigio para recuperar su terreno. Ambos son legítimamente suyos -el apellido y la tierra- y, sin embargo, ella no puede dejar de sentirse fuera de lugar, ajena, extraña en un espacio en el que su lenguaje no es escuchado y sólo los brutales silencios y la violencia a voz en cuello importan.

El amor nos lleva a lugares desconocidos, a personas opuestas, a sueños irrealizables. El misterio de lo que pensó y sintió Luis Mori, las verdades de su vida y su memoria quedarán para siempre fuera del alcance de la hija, así como del espectador, absorbidos por la muerte, la distancia y las normas de género que entorpecen el lenguaje del amor filial haciéndolo un pecado, un secreto o simplemente una incógnita. Pero Chaska Mori, como lo ha demostrado su tenacidad y terquedad por recuperar su terreno, no es de las personas que se detiene ante los obstáculos. Ella está empeñada en iniciar una estirpe, en dar continuidad a un apellido, aunque le haya dado la espalda. Así va haciendo su camino experimentando diferentes formas de expresión artística que le permitan exorcizar fantasmas, comunicar lo incomunicable, sanar heridas y dotar de un nuevo lenguaje a la relación padre-hija. El título precisamente nos habla de esa necesidad fundacional, si el apellido comienza con ella significa que ella tiene la capacidad de reinventar el pasado, de rearmarlo para descifrar las incógnitas de la vida, porque ella está ahora y aquí, donde ya no hay nadie más.

La hija

Diplomada del Instituto de Estudios Políticos de Grenoble, Francia. Chaska Mori se ha formado en diferentes talleres de teatro en Lima y en España. En 2002, obtuvo una beca de la Casa de América en Madrid para el Curso de Dramaturgia y Dirección de Teatro para profesionales iberoamericanos. Publicó su primer texto teatral “En los pasillos del olvido» en los Cuadernos escénicos de la Casa de América.

Ha trabajado como guionista y directora en videos y películas documentales en España y en el Perú. Es cofundadora de la productora audiovisual Fílmico, con la cual ha hecho realidad el corto La búsqueda, premiado en varios festivales. Entre 2016 y 2018, fue coordinadora académica de los cursos de especialización de dramaturgia en Teatro y Memoria y en Autoficciones, ambos organizados por el Goethe-Institute y el Centro Cultural de la Universidad del Pacífico, con el apoyo del Centro Cultural de España en Lima.

Además de dramaturga, es también directora, guionista y productora de documentales. Ha trabajado en el guión del film Boliviana (2015), donde el director Mariano Agudo habla sobre Bolivia, a partir de las historias personales de una serie de mujeres que vivieron en ese país. Respecto de El apellido comienza conmigo, podemos suponer que seguirán las variaciones.

NOTA

[1] https://www.youtube.com/watch?v=rHrnlmSoPf4&t=26s

Referencias

 

REFERENCIA CURRICULAR

Bethsabé Huamán Andía es crítica de cine y crítica literaria. Escritora, Feminista y pescetariana. Licenciada en Literatura, magister en Estudios de Género y Doctora en Literatura.

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