Revista con la A

25 de octubre de 2014
Número coordinado por:
Asociación Mujeres para la Salud
34

Corresponsabilidad y cuidados: ¿quién cuida a las cuidadoras?

Tarazona y Raquel Meller

Si van en época de frío, cojan un mantón. Y si es tan bonito como el de la foto, mejor. Les invito esta vez a un paseo por Tarazona. Forma parte de la comarca de Tarazona y el Moncayo, en Aragón. Hay muchas razones para ir, pero la de hoy es musical. Allí nació Raquel Meller, sí, aquella que cantaba “El relicario” o “La Violetera” del maestro Padilla, la música que copió Charles Chaplin en 1931 en su película “Luces de ciudad” cuidándose de citar la autoría.

Mantón de Raquel Meller en el museo que comparte en Tarazona con la figura de Paco Martínez Soria

Mantón de Raquel Meller en el museo que comparte en Tarazona con la figura de Paco Martínez Soria

Se puede decir que Tarazona está… en medio. Cerca de Pamplona, cerca de Soria y también cerca de La Rioja. Su patrimonio histórico es impresionante porque hay pruebas de su existencia desde el siglo II a.C. En sí misma, merece un buen paseo incluyendo una visita a la Catedral de Nuestra Señora de la Huerta donde, si se fijan, en un púlpito encontrarán las figuras de Virgilio y David huyendo de la Mujer, mientras  “el hombre común” resiste la tentación protegido con un yelmo. Todo un tratado de misoginia. Tampoco se pueden perder callejear por la aljama judía bastante recuperada y evocadora o contemplar la plaza de toros reconvertida en viviendas.

Pero, les decía que allí nació Raquel Meller, por cierto, paisana de Paco Martínez Soria, y por eso, ambos comparten espacio en un pequeño museo en la ciudad. El mantón es una de las piezas expuestas.

Ella nació en 1888 y se llamaba Francisca Marqués López, un nombre menos glamuroso que el que finalmente adoptó. De modistilla para artistas de varietés pasó a ser, primero, “La Bella Raquel”. Debutó en 1906 y triunfó en Barcelona, al principio con su hermana, “Tina Meller”. Ya en 1919 actuaba en solitario en el Olimpia de París, el mismo año, les recuerdo, en el que se firmó el Tratado de Versalles que daba fin a la I Guerra Mundial y, en España, Alfonso XIII y Antonio Maura gobernaban la denominada Restauración que no restauraba nada.

Raquel Meller, como se llamó después, se asocia al cuplé, una palabra que proviene del francés “couplet” o copla. La Real Academia la define como “canción corta y ligera, que se canta en teatros y otros locales de espectáculo”. Está documentada en España desde el siglo XVII, cuando se incluía al final de las obras de teatro hablando tanto de asuntos del corazón como de acontecimientos políticos o sociales del momento. Llegaron después los cafés-cantantes del siglo XIX y el cuplé fue patrimonio de mujeres solistas que cantaban historias populares con un buen estribillo. El cuplé era sicalíptico, es decir, con cierta picardía erótica. Una cupletista del momento, Anita Delgado, llegaría a ser la maharaní de Kapurtala, pero esa es otra historia.

Imagen de Tarazona

Imagen de Tarazona

El caso es que Raquel Meller llegó a Nueva York en 1926, conquistó al público americano y su fama no tuvo fronteras. En España, casi inventó el merchandising porque se hicieron con su imagen corbatas, abanicos, sombreros, productos de belleza o incluso un papel de fumar que se llamaba “Meller”. Una vida amorosa a medio ocultar, incluyendo un hijo secreto; la fama de tener el ego propio de una diva; sus ideas más que conservadoras, hay muchos aspectos que han hecho de esta artista un misterio sin resolver. Ángel Zúñiga, un reconocido periodista de la época, decía de ella: “Gustaba a todos; a las mujeres, a los hombres, a grandes y a chicos; a las clases más encopetadas y a las clases populares sin perder su enorme distinción”. Una artista, sin duda, que murió en 1962, cuando en la música popular los Beatles se abrían camino.

Para saber más:

raquel-mellerUn blog:

http://javierbarreiro.wordpress.com/2012/06/08/raquel-meller-el-misterio-y-la-gloria/

Varias biografías:

  • Barreiro, José (1989): Raquel Meller. Barcelona, Nova Thor.
  • Castellví, José María y José María Varó (1914): Raquel Meller. La mujer y la artista. La tonadilla y el cuplé. Barcelona, Imprenta Hijos de Domingo Casanovas.
  • López Molla, Diego (1918): Raquel Meller. La novela de su vida. El elogio de su arte. Libro de intimidades. Madrid, Tipografía Yagües.


REFERENCIA CURRICULAR

pepaFrancoPepa Franco Rebollar es consultora social; empresaria desde hace más de veinte años; experta en intervención social y políticas de género. Coordina proyectos de investigación, formación y apoyo a las organizaciones sociales, entidades y organismos de la Administración. Además de su profesión, de sus amistades y de su familia, le apasiona la Literatura y la Historia.

 

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