Revista con la A

25 de marzo de 2017
Número coordinado por:
Rosario Segura Graiño
50

Mujeres gitanas luchando por la igualdad

Soraya Giménez Clavería: Mujer, gitana, política y feminista

Soraya Giménez

En un vago recuerdo, creo que tenía 23 años y en mi condición de joven, mujer y gitana hice una elección y por tanto, tome una decisión. Quise trabajar por y para mi pueblo desde otra perspectiva, ese fue el comienzo de mi participación política. En 2005 me afilie a las JJSS de Aragón, participé activamente en diferentes procesos, elaborando y gestionando estrategias etc. En 2006 me afilie al Partido Socialista Obrero Español, desde el 2008 a 2011 fui miembra de la Organización Sectorial de Participación Ciudadana Federal en Madrid trabajando en la comisión de Derechos Civiles y actualmente soy miembra del Grupo Federal del Pueblo Gitano. Considero que por el propio proceso de mi vida, tengo un compromiso con mi pueblo. Participo, activamente, en el movimiento social, feminista y por los derechos civiles, colaboro con diferentes asociaciones de mujeres gitanas a nivel nacional, así como, en los diferentes órganos políticos, formando parte de tan necesario núcleo para el cambio generacional. En la actualidad soy Gerente Adjunta de la Fundación Pública Instituto de Cultura Gitana, del Ministerio de Cultura, Educación y Deporte.

Sé quién soy, de donde vengo, donde estoy y hacia donde quiero ir y no por ello dejo de ser gitana. Sé que para muchos de los hombres gitanos esto es inentendible, pero es más fácil de lo que se piensa, y es que cuando una persona tiene sus raíces identificadas sabe perfectamente que, por más elementos externos que asuma en la construcción de su personalidad, “La identidad gitana no se distorsiona”.

Las mujeres gitanas nos encontramos en un fuerte proceso de transformación que afecta a nuestras formas de vida y nuestros valores de referencia, teniendo como reto lograr una redefinición de nuestra identidad cultural, para que sea compatible con el ejercicio de ciudadanía plena y activa.

Al igual que en la sociedad mayoritaria, somos un gran potencial de transformación y representamos una parte importante también dentro de la comunidad gitana, como referentes positivos y agentes de cambio para nuestro pueblo y la sociedad mayoritaria.

Nuestra participación en el activismo social constituye un factor esencial del progreso, significa estar presentes en espacios públicos y privados. Me refiero a que expresar nuestras ideas e inquietudes, nuestras demandas, nuestras formas de ver las relaciones y nuestras reivindicaciones, empoderadas, cada una de nosotras, servimos de instrumento efectivo y eficiente que facilita la consecución de estos fines.

El medio en el que nos desenvolvemos es muy diferente al de una mujer “no gitana” porque, bien es cierto, existen una serie de limitaciones y condicionamientos, los cuales afortunadamente y con el paso del tiempo se encuentran en decadencia, porque al igual que las familias “no gitanas” se promocionan mejorando su calidad de vida, nosotras también lo hicimos, lo estamos haciendo y lo seguiremos haciendo, aunque a una frecuencia menos intensa.

Generacionalmente, han sido tantas las mujeres gitanas que a nosotras nos han servido de referente, que en su honor siempre me gusta dejar constancia de que gracias a ellas el horizonte para encaminar nuestro futuro es más amplio y extenso.

Las jóvenes gitanas de la actualidad somos un ejemplo del proceso completo de “promoción” que sabe conservar sus valores sin renunciar más que a lo estrictamente obligado, ya que para alimentar la llama de una verdadera promoción social se exige una renovación en algunos aspectos, en cuanto a las costumbres gitanas y no de su cultura, dando lugar a un mayor horizonte cultural.

Nos encontramos ante un gran acontecimiento para el desarrollo de la vida gitana en muchos siglos, pues se ha creado “La mujer gitana evolucionada” teniendo una liberación de costumbres cotidianas, no dedicándose única y exclusivamente al cuidado de la casa y los familiares.

Como he dicho antes, han sido muchas las mujeres gitanas de generaciones anteriores, luchadoras y reivindicativas. En esa “nuestra 1ª ola de feminismo” se creó “La mujer revolucionaria” y, como bien sabemos, una revolución da lugar a una evolución; así pues no se trata de que nos veáis como mutantes de tres ojos que evolucionan sino, más bien, que nos visualicéis como individuas que se van adaptando poco a poco a la sociedad cambiante de la actualidad.

El pueblo gitano no tiene un único color político. Pero la conformación de las listas de las elecciones, municipales y autonómicas, demuestran que sigue existiendo una falta de perfiles políticos gitanos que se posicionen en puestos de salida y, por tanto, de poder.

Trabajadores y trabajadoras, del tejido social y de entidades gitanas desarrollan un papel fundamental, en sus puestos de trabajo para la consecución de objetivos que mejoran la calidad de vida del pueblo gitano, pero solo un pequeño porcentaje ha entendido y sabe que, a través del compromiso político, se pueden cambiar las cosas desde otra perspectiva. Quienes aspiran a ser representantes políticos, en su mayoría, lo hacen en pequeños pueblos de todo el territorio nacional. Sin embargo, se considera que la participación de la comunidad gitana en los partidos políticos es escasa porque “siempre estamos en la cola, somos los últimos en las listas”.

Ha habido mejoras en la situación social de las y los gitanos en las últimas décadas gracias a la incansable lucha de un pueblo excluido y estigmatizado. Pero no nos pueden inscribir en la izquierda, centro o derecha. Nuestra insistencia en la reivindicación social no tiene partido, pero bien es cierto que los partidos políticos deben abrir aún más las puertas al pueblo gitano, para tener representación a nivel nacional y permitirle “cargos de verdadera representación, como por ejemplo en las Cortes Generales”.

Hay diversidad de participación política, quizás haya más cercanía con el PSOE y la razón sea por las medidas aprobadas el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, como el plan de acción para el desarrollo de la población gitana, la creación del Instituto de Cultura Gitana y el Consejo Estatal del Pueblo Gitano.

En la actualidad, en el Parlamento, el pasado día 08/03/2017 se presentaron dos PNL por parte del grupo parlamentario del PSOE, en la comisión de Sanidad y Servicios Sociales nº 8,  en las que el Congreso de los Diputados insta al Gobierno, en colaboración con las CCAA, en el ámbito de sus respectivas competencias, a apoyar a la comunidad gitana, adoptando, entre otras las siguientes actuaciones:

  1. Dotar de contenidos y financiación a la “Estrategia para la inclusión de la población gitana en España 2012-2020”.
  2. Crear la Delegación del Gobierno para el Pueblo Gitano como órgano político y administrativo.
  3. Declarar el 8 de abril como Día Internacional del Pueblo Gitano, reconociendo la bandera gitana azul y verde con una rueda roja de 16 radios y el Gelem Gelem como himno del Pueblo Gitano.

Tras la correspondiente votación se aprobó tan solo el tercer punto por mayoría simple.

Aquí tenéis el video resumen:

https://www.youtube.com/watch?v=ivy4CMaqZ4k&feature=share

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