Periodismo feminista, un derecho ganado
Cómo explicar, en poco más de mil palabras, lo que ha significado diez años de abrir y en ocasiones de dar portazos en los medios de comunicación para colocar en la agenda informativa los derechos humanos de las mujeres
Cuando me invitaron a escribir sobre lo que ha ocurrido en una década en el periodismo feminista, sin duda me retó; cómo explicar, en poco más de mil palabras, lo que ha significado diez años de abrir y en ocasiones de dar portazos en los medios de comunicación para colocar en la agenda informativa los derechos humanos de las mujeres.
Comprenderán que es imposible abordar el mundo, pero sí puedo poner algunos ejemplos que ayuden a ejemplificar, lo que ha ocurrido en esta década.
Diré que no hay recetas, ni historias lineales, han ocurrido muchas cosas y se han tenido respuestas diversas. Lo que sí creo que ha ido ocurriendo es que se ha abierto el espacio para hablar del periodismo feminista, de manera más libre sin tener que excusarse porque la línea editorial que se maneja es feminista.
Esta apertura que hoy vivimos no sólo gracias a jóvenes periodistas, que entran a los medios con un acercamiento al feminismo e incluso asumiéndose feministas, sino también gracias a la fuerza del movimiento feminista que a fuerza de evidencias se ha convertido en fuente de información, y en sinergia, periodistas y movimiento, cada quien, desde su lugar, se metieron en la agenda informativa.
El desarrollo de las tecnologías también ha sido una vía, cada vez más blog, portales, medios por internet abiertamente feministas hacen su trabajo todos los días, aquí hay mucha más producción que en los medios tradicionales donde las resistencias permanecen.
En muchos medios de comunicación de todas las plataformas podemos encontrar al feminismo o a lo que se dice feminismo, aunque no lo sean
Hoy en muchos medios de comunicación de todas las plataformas podemos encontrar al feminismo o a lo que se dice feminismo, aunque no lo sean y eso ha emprendido un gran reto, en la era de la masificación de mensajes.
En una década hemos visto crecer espacios y fuentes en todas las plataformas de comunicación y en los medios tradicionales abrir la puerta para que las mujeres feministas cuenten con un espacio, se les ha invitado como columnistas y podemos verlas más frecuentemente en mesas de debate opinando, por su parte las periodistas infiltradas en los medios siguen colocando la agenda feminista a fuerza de investigación periodística y calidad.
Pese al gran esfuerzo que se hace, en esta década hemos vividos retrocesos y avances, en estos diez años se han realizado dos observatorios mundiales sobre la presencia de las mujeres en los medios de comunicación, observatorios que vienen midiendo, desde 1995, cómo estamos en los medios las mujeres como fuentes y como periodistas.
En 2021 el sexto observatorio nos revela que tardaremos 67 años para lograr la paridad numérica en las noticias, que después de una década de estancamiento, la visibilidad de las mujeres como reporteras aumentó en tres puntos porcentuales en general en las noticias impresas y televisivas. Donde cuatro de cada 10 historias en los medios de comunicación tradicionales son informadas por mujeres y que las voces de las mujeres como fuentes expertas aumentaron 7 puntos en comparación con cinco años atrás.
Las mujeres estamos presentes en los medios sí, pero la agenda feminista tiene aún enormes retos
Las mujeres estamos presentes en los medios sí, pero la agenda feminista, entendiendo por esta la que impulsa la autonomía e independencia de las mujeres, que cuestiona la explotación de las mujeres en cualquier forma, que tiene en el centro la vida y la libertad de ellas, tiene aún enormes retos.
Y en México mucho más porque esta agenda se usa oportunistamente por algunos grupos y, en un país polarizado, esta utilización implica más obstáculos para avanzar e impedir el retroceso.
Por ejemplo en México, cada vez que el presidente arremete contra el feminismo, la violencia contra las mujeres, las exigencias contra personajes agresores, el periodismo tradicional coloca voces de las mujeres opinando al respecto, se desarrollan piezas periodísticas que buscan confirmar que el mandatario no solo se equivoca en la lectura, a esto le llamaría el efecto efervescente; una vez que deja de ser escándalo, la agenda de los derechos humanos de las mujeres regresa a una modesta participación.
El periodismo Feminista, paralelamente tiene una enorme tarea entonces, ir más allá del escándalo y mantener la investigación y la demostración de la enorme desigualdad que vivimos las mujeres. Pero este periodismo está sobreviviendo con más voluntad que recursos que les permita mayores investigaciones y difusión, y aún con todo existen y tienen su público.
Las manifestaciones feministas han sido uno de los fenómenos sociales y políticos que se han impuesto como noticia, los medios tradicionales han respondido de diferente manera ante esto. Por ejemplo, en Argentina florecieron las editoras de género, es el país de todo el mundo que tiene el mayor número de estas figuras tanto en los medios más conservadores como Clarín hasta la agencia del Estado como lo es Telam.
Con ello trataron de darle una lectura a lo que veían en las calles, a las miles de mujeres que exigen al Estado ser agenda política prioritaria de los mandatarios en temas nodales como son una vida libre de violencia para mujeres y niñas, y la despenalización del aborto. Ambas exigencias viejas del movimiento retomadas por la fuerza de las jóvenas.
Las periodistas han roto el silencio y se han organizado para exigir vivir libres de violencia
A la par, las periodistas han roto el silencio y se han organizado para exigir vivir libres de violencia, el movimiento #MeeToo ha sido la vía, para muchas periodistas y trabajadoras de los medios de comunicación, para mostrar que la violencia contra nosotras no es solo por el trabajo periodístico que desarrollamos, sino que la violencia está en nuestra redacciones, en nuestras fuentes de información, entre nuestros compañeros que nos acosan y hostigan como en cualquier otro empleo, y que esto trae consecuencias atroces no solo para nuestras vidas personales, sino para nuestro trabajo porque es difícil construir información cuando tenemos miedo.
En medio de esta vorágine ha crecido el periodismo creado y ejercido por feministas, ahí está La diaria, en Uruguay; LatFem, en Argentina; La Cuerda, en Guatemala; Cimacnoticias, en México; Sem, en América Latina elaborado desde Cuba; Pikara Magazín, en el país Vasco; La Independent, en Barcelona y La poderío en Andalucía; Amecopress, en Madrid; Feminist Perspective, en Suecia y un largo etc,
Este crecimiento de medios de comunicación electrónicos, digitales, se nombran feministas porque ponen en el centro de la información a las mujeres, sus derechos humanos, sus propuestas, exigencias y movimientos.
A la par del crecimiento, estamos viendo cómo se va transformando peligrosamente la lectura de las mujeres como sujetas de las noticias para desdibujarla y colocar la “e” como lo postfeminista, lo de hoy, bajo un argumento que busca confrontar posiciones contra el feminismo y atacarlo.
A las periodistas feministas nos costó años abrir el espacio para que nos nombraran a las mujeres, para que se hablara de las alcaldesas, las médicas, las defensoras, arquitectas, etc., para hablar de mujeres y hombres, de diputadas, y con una facilidad dejamos de ser sujetas y nos convertimos en cuerpos gestantes o menstruantes, desdibujándonos del escenario.
En diez años caminamos sin duda, aún en contra corriente, nos ganamos el derecho a hacer periodismo feminista, a redefinir los valores de las noticias y del periodismo, hablamos de ética feminista para un mejor periodismo, desmontamos la subjetividad masculina que se nombró objetividad en el periodismo, apelamos a que existe una formación feminista para las próximas periodistas para que haya mejor periodismo.
Lo empezamos a colocar como un valor al cual todas y todos debemos aspirar.
REFERENCIA CURRICULAR
Lucía Lagunes Huerta es periodista feminista desde 1991, directora de Comunicación e Información de la Mujer (CIMAC) y de la agencia de noticias Cimacnoticias, coordina el Diplomado Comunicación y Género en colaboración con la UNAM, cofundadora de la Red Nacional de Periodistas y de la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género, representante de CIMAC ante la Alianza por el derecho Humano de las mujeres a Comunicar. Creadora de las columnas Zona de Reflexión y Transgresoras, conductora del programa Análisis Feminista en Violeta Radio, primera radio de uso social comunitario en la CDMX. Comentarista en Radio Ibero, Radio Neza y Radio Educación.