Revista con la A

25 de noviembre de 2018
Número coordinado por:
Lucía Melgar y Alicia Gil
60

Acoso, abusos sexuales y violación

Manuela Escamilla y Monforte de Lemos

El teatro español fue una de las razones por las que al siglo XVII se le atribuye ser de oro. Seguro que no les resultan ajenos autores como Lope de Vega, Calderón, Lope de Rueda, el propio Cervantes, Tirso de Molina, Juan Ruiz de Alarcón, etc. Pero, díganme, ¿podrían nombrar a alguna autora que hubiera compartido gloria con todos ellos? Ojalá me respondieran que sí, pero me temo que, aunque ustedes las conozcan, no es lo común. Así que, al menos, hoy desvelaré la existencia de una de ellas, Manuela Escamilla y, de paso, les invitaré a conocer el lugar donde nació: Monforte de Lemos.

Empezando por el lugar, Manuela nació allí, en la provincia de Lugo, en 1648. Monforte es la capital de una comarca que se conoce como Ribeira Sacra. Los ríos Cabe, Sil y Miño se encajan en esa zona y las laderas cultivadas con vid, los bosques caducifolios y los pinos le dan colores al otoño, una de las mejores épocas para ir, aunque, eso sí, lleven impermeables.

En la Ribeira Sacra, pueden disfrutar visitando los miradores como el de A Cova desde el que se ve el impresionante meandro denominado Cabo do Mundo. También pueden llegar a Portomarín un pueblo que creció con el Camino de Santiago, al borde del río junto a un puente romano, pero que en 1962, cuando se construyó el embalse de Belesar, fue trasladado al vecino Monte do Cristo. Allí reconstruyeron, piedra a piedra, la iglesia de San Nicolás y allí podemos verlo. Y si el río va bajo, es posible que sientan un estremecimiento al contemplar las ruinas del antiguo emplazamiento. Piensen que, si Manuela lo conoció, estaría en su esplendor.

Monforte de Lemos es la localidad más poblada de la zona, le cruza el río Cabe, y su historia se remonta hasta la cultura céltica del Paleolítico. Ahora, en un buen paseo, pueden cruzar el Puente Viejo, recorrer la calle del Cardenal y subir a las almenas de la Torre del Homenaje de la fortaleza construida en el siglo XII por quien era entonces conde de Lemos.

Precisamente, el esplendor de la ciudad coincide con el tiempo de Manuela Escamilla porque uno de los sucesores de ese conde de la Torre, concretamente el séptimo conde de Lemos, además de construir conventos, ser presidente del Consejo de Indias, Virrey de Nápoles y presidente del Consejo Supremo de Italia, impulsó la cultura como mecenas de Cervantes, Góngora, Lope de Vega, los hermanos Argensola y Quevedo. Probablemente a Manuela Escamilla ni la conoció.

Ella era hija de Antonio de Escamilla y Francisca Díaz. Se casó, enviudó y se volvió a casar. Con su primer marido, Miguel Dieste, tuvo un hijo, pero también tuvo otros hijos con un autor teatral, Alonso de Olmedo, y con el poeta Francisco de Monteser.

Su padre tenía una compañía de teatro y ella, como sus hermanastras, era actriz.  La familia Escamilla era una saga teatral en la que en una misma compañía, dirigida por el pater familias, entraron a formar parte en un momento dado todos los miembros de la saga que se dedicaron al oficio teatral, es decir, las hijas del autor con sus respectivos cónyuges, hijas e hijos.

La biografía de Manuela en la Real Academia de la Historia recoge que era actriz, música y directora de compañía y que: “Hay constancia de que, con tan sólo seis años, actuó en la compañía de Pedro de la Rosa en 1654, como tercera dama, es decir, haciendo papeles fundamentalmente cómicos. A lo largo de su trayectoria profesional actuó habitualmente como tercera dama, aunque, en alguna ocasión, hizo primeras damas, trabajando en la compañía de Manuel Vallejo y en la de su padre, Antonio de Escamilla.” Con él, con su padre, trabajó entre 1660 y 1670 colaborando a veces con importantes directores.

Representó habitualmente actos sacramentales en Madrid y actuó en fiestas palaciegas, como la del cumpleaños de la princesa Margarita en 1661. Actuó en el estreno de obras de Calderón de la Barca y era frecuente que hiciera papeles masculinos. A la muerte de su padre se hizo cargo de la compañía y tuvo fama como cantante y música.

Pero, además, como recoge Agustín de la Granja en su obra, dos protocolos fechados en Granada en 1687, que proceden del Archivo de Protocolos Notariales de esa ciudad, documentan la actividad de Manuela como autora de comedias. Como les decía, autoras existieron y están documentadas más de cincuenta de esta época de la que en los libros de texto sólo figuran hombres.

Las últimas noticias de Manuela la sitúan en Valencia, en donde representó con su compañía la temporada 1693-1694. No contamos con ninguna imagen que la recuerde, sólo sabemos que se retiró de la profesión teatral en dicha ciudad y acabó sus días viviendo de la caridad.

¿Volvió a Monforte de Lemos? A saber. Ustedes sí pueden hacerlo ahora y recordarla.

Para saber más:

 

REFERENCIA CURRICULAR

Pepa Franco Rebollar es consultora social; empresaria desde hace más de veinte años; experta en intervención social y políticas de género. Coordina proyectos de investigación, formación y apoyo a las organizaciones sociales, entidades y organismos de la Administración. Además de su profesión, de sus amistades y de su familia, le apasiona la Literatura y la Historia.

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