Limpiadoras de los cristales del techo de cristal que rompen otras mujeres, ante el Coronavirus
Ana Carolina Elías Espinosa es una abogada salvadoreña. Hace diez años llegó a Madrid con una beca de estudios que le fue concedida para realizar un máster de género en la Universidad Complutense y así completar su doctorado. Llegó a España cargada de ilusiones con la conciencia de ser una mujer afortunada… Se le abría el futuro con el que siempre había soñado…
Ana Carolina Elías Espinosa: durante los dos primeros años viví como en una burbuja. En mi condición de estudiante, dentro de la facultad, no percibí discriminación, si bien es cierto que, en ocasiones, me encontré con alguna sorpresa desagradable… Por ejemplo, recuerdo que, en el Metro, sin venir a cuento, una mujer me preguntó si me dedicaba al trabajo de limpieza por horas o si era interna, dando por sentado que una mujer latina no tenía otra opción laboral… Me quedé de piedra y aún más se sorprendió la señora cuando le dije que era abogada… dio media vuelta y no comentó más… Más tarde pude comprobar que las opciones laborales, para mujeres de allá, eran esas…
Con la A: ¿Cuándo comenzaste a trabajar en este sector?
ACEE: cuando se acabó la beca tuve que buscar empleo y ahí comenzaron las dificultades… Fue en ese momento cuando fui consciente, porque comencé a sufrirlo en mi propia persona, de la discriminación que sufrimos las extranjeras, del racismo, la xenofobia y, sobre todo, la discriminación por clase social. Las únicas posibilidades de empleo estaban en el sector de la limpieza y los cuidados con ofertas de trabajo casi de esclavitud: muchas horas, poco salario, en ninguna de las casas en las que trabajé me querían dar de alta en la Seguridad Social… También sufrí, como la mayoría de nosotras, situaciones de acoso sexual; por ejemplo, en una de las casas, el abuelo de la familia intentó besarme dando por sentado que yo iba a aceptar -otras han vivido situaciones más graves-; tuve que dejar el trabajo y comencé a trabajar en lo que salía, sin poder elegir porque las condiciones eran idénticas en todos los trabajos que iba encontrando: muchas horas, salarios injustos, discriminación… Atravesé una época de transición hasta ver qué hacía con mi vida, por lo que acepté un trabajo de interna fija, lo que suponía trabajar 24 horas al día siete días a la semana, pero me permitía tener un lugar estable y tomarme tiempo para reorganizar mi vida.
ClA: ¿Cuándo tomaste contacto con el movimiento feminista?
ACEE: mientras hacía el máster contacté con ACSUR Las Segovias, y con la Asociación de Investigación y Especialización sobre Temas Iberoamericanos (AIETI), una organización no gubernamental de desarrollo dedicada a promover una ciudadanía activa y comprometida con los derechos humanos a nivel global y local. Me suscribí a la Red de Mujeres Latinoamericanas, integrada por diferentes asociaciones (Amalgama, AMUINCA, Asociación Malen Etxea, Brujas migrantes, Casa Colombia, ESCODE, Por ti Mujer, AMINVI, Genera Enlaces, Mujeres Pa’lante, Mujeres Supervivientes de Violencia de Género, Red Hondureña de Mujeres Migrantes y SEDOAC) pues, en mi condición de abogada, me preocupaba el acceso a la justicia laboral de las mujeres migrantes en España. Fue así como contacté con la Asociación SEDOAC (Servicio Doméstico Activo), que se había creado en 2008 y contaban con mucha experiencia en los temas que me interesaban para mis investigaciones… A través de SEDOAC entré a formar parte activa en el Informe Sombra de la CEDAW y es en ese momento cuando se refuerza mi compromiso con el feminismo, que se hace más activo aún cuando me involucro en el trabajo doméstico tanto personal como socialmente, dadas las tremendas condiciones laborales del sector.
ClA: pero gracias a vuestra lucha se han dado muchos avances ya que las condiciones de trabajo son mejores… ¿O no?
ACEE: sin duda hemos avanzado y conseguido algunos derechos, por ejemplo, ahora, si estamos declaradas y nos ponemos enfermas, podemos cobrar de la Seguridad Social, pero sigue habiendo muchas carencias, otro ejemplo: no tenemos derecho a paro si somos despedidas, ni se tienen en cuenta los accidentes laborales, que en el espacio doméstico son numerosos. En relación con los despidos existe la figura de despido por desistimiento, es decir, basta con que las y los empleadores argumenten pérdida de confianza para despedirte. En el caso de que tengan que indemnizar, son 12 días por año trabajado, mientras que en otros sectores son 20 días… Tampoco funciona la inspección de trabajo en el sector, por lo que muchas mujeres trabajan en la economía sumergida… Todo ello hace indispensable que sigamos luchando para tener una incidencia política… Mira, en 2012 se firma el Convenio 189 de la OIT, que en su artículo 13 señala que los y las trabajadoras del hogar y los cuidados deben tener las mismas condiciones laborales que el resto de trabajadoras y trabajadores en otros sectores… En 2013, fuimos invitadas a un Seminario Internacional donde se planteaba esta cuestión, pero el Partido Popular presionó para no ratificar el Convenio. A partir de ahí, en España, comenzamos una lucha de incidencia integrándonos en la Plataforma Grupo Turín, creada en el año 2012, que está compuesta por entidades y personas que, desde diferentes ámbitos y perspectivas, trabajan por la dignificación del sector denominado Empleo del hogar y los cuidados. El Grupo Turín tiene como objetivo conseguir que el Estado español ratifique el Convenio de la OIT y ha venido desarrollando acciones de información, sensibilización e incidencia política, y en ello estamos.
ClA: ¿Con el nuevo gobierno se ha producido algún cambio en este sentido?
ACEE: el actual gobierno ha prometido que va a ratificar el Convenio, lo que aún no se ha producido, retrasándose aún más con la pandemia, por lo que tenemos que continuar luchando… En nuestra lucha, lo que sí hemos conseguido ha sido visibilizar el sector y sus problemáticas. El 29 de marzo fue el día internacional de la trabajadora del hogar, y como todos los años hubiéramos salido a la calle de no ser por el confinamiento…
ClA: ¿Estáis apoyadas por el movimiento feminista español?
ACEE: una de las grandes deudas que tiene el feminismo es el apoyo a las mujeres migrantes en general y a las trabajadoras en el sector de la limpieza y los cuidados en particular. El problema es que hay cierto abandono del movimiento feminista hacia nosotras. Es cierto que se ven mujeres feministas españolas en nuestras concentraciones y marchas, pero asisten de manera individual. Me duele decirlo, pero no hay apoyos reales del movimiento. Las organizaciones feministas no acuden cuando nosotras salimos… ¿cuántas han salido a decir “todas somos empleadas del hogar”? Nosotras sí salimos masivamente a apoyar otras causas… Aunque es cierto que, poco a poco, se van aliando, pero muy lentamente…
ClA: ¿Y a qué crees que se debe?
ACEE: son muchas las causas, entre ellas que se trata de un sector muy atomizado… Date cuenta que valoramos que trabajan en el sector entre 650.000 y 700.000 mujeres migrantes, de las que solo un 49% están dadas de alta, mientras que valoramos que el 35% están en la economía sumergida y hay un porcentaje que no podemos identificar. De estas mujeres, un 45% son internas y es muy complicado que se involucren por varias razones, entre otras debido a sus jornadas leoninas que las deja agotadas, y cuando tienen tiempo libre lo dedican a contactar con sus familias, a hacer trámites… Con todo, estamos consiguiendo buenas respuestas y compromisos, pero es muy complicado… y esto en el caso de las mujeres latinas que tenemos en común la lengua y la cultura lo que nos ayuda a trabajar conjuntamente pero, por ejemplo, en el caso de las mujeres filipinas nos cuesta mucho llegar a ellas porque tienen problemas con el idioma y suelen reunirse entre ellas… En SEDOAC, en el barrio de Orcasur, en el distrito de Usera de Madrid, contamos con un centro de empoderamiento que nos permite contactar con colegas de otras nacionalidades.
ClA: ¿Cómo nace este Centro de Empoderamiento?
ACEE: con el apoyo del anterior ayuntamiento. El proyecto comienza a tomar forma en 2015 y pedimos una reunión con la alcaldesa, Manuela Carmena, para explicárselo y, desde ese momento, contamos con el apoyo de la concejala del distrito de Usera, Romy Arce. De estas reuniones surgió el 1º congreso de Empleadas del Hogar, que tuvo lugar en octubre de 2016. Fue muy importante porque gracias a este congreso nacieron asociaciones donde no había. El proyecto, que tenía un presupuesto de 200.000 euros con cargo al Fondo de Reequilibrio Territorial (FRT), nació tomando como referencia una iniciativa brasileña donde se creó un centro de atención integral. La iniciativa surgió a través de la Plataforma Grupo Turín, pero se decidió que firmase el convenio SEDOAC por cuestiones formales. La idea básica era disponer de un espacio que pudiera servir tanto de local de referencia para el asociacionismo y sindicación de empleadas de hogar, del distrito y la ciudad, como para contar con un lugar de descanso y encuentro para empleadas de hogar que trabajan como internas.
Como en el año 2018 hubo recortes en los presupuestos municipales, finalmente se aprobó en 2019. El 11 de junio pasado se pudo inaugurar y en julio lo pusimos en marcha. El proyecto tiene una duración de cuatro años. Disponemos de un local con unas instalaciones estupendas. Damos una atención integral a las trabajadoras del hogar. El centro abre de jueves a lunes, con mayor incidencia los fines de semana. Realizamos actividades de todo tipo: talleres (coaching, teatro, cocina, sexualidad, informática, etc.); asesorías (jurídica, derechos laborales, extranjería, sociolaboral, búsqueda activa de empleo…); asistencia psicológica, donde acuden muchas mujeres debido a los problemas causados por la soledad, por la maternidad transnacional (muchas mujeres han tenido que dejar a sus criaturas en sus países de origen), problemas de autoestima, duelos, aislamiento… pero con el cambio político en el Ayuntamiento de Madrid han surgido problemas… Y eso que el 14 y 15 de diciembre del año pasado tuvimos nuestro 2º Congreso al que asistieron 150 mujeres (que dadas las condiciones laborales del sector son bastantes) y estuvieron representadas entre 35 y 40 entidades de toda España…
ClA: ¿Y cuál es el problema?
ACEE: pues que el actual ayuntamiento nos ha retirado la financiación. Estamos intentando reunirnos con la actual concejala del distrito de Usera, sin éxito… nos dejan de lado. Pero seguimos en la lucha aun cuando no tenemos apoyos. Colaboramos con otras asociaciones, lo que nos permite mantenernos, hacemos talleres sobre salarios, pero hemos tenido que acabar con las asesorías, lo que supone un problema ya que éramos la única fuente de información a la que las mujeres migrantes, sin recursos, podían acceder. Estamos teniendo acercamientos con los sindicatos e intentando establecer alianzas estratégicas con ellos, pero si no se afilian mujeres al sindicato estos no prestan apoyo a personas extrañas. Los sindicatos trabajan con “sus mujeres” y no parecen estar interesados en hacer intermediación… y ahora menos.
ClA: ¿Cómo está afectando la pandemia a vuestro colectivo?
ACEE: en primer lugar, la pandemia ha puesto en evidencia la fragilidad del estado de cuidados en España, especialmente en lo que afecta a las trabajadoras del hogar y los cuidados. Muchas estaban cuidando a mayores que han fallecido. El empleo del hogar está dentro de los trabajos esenciales. La limpieza se restringió pero se mantuvo el trabajo de cuidados, lo que no hacen las familias lo hacemos las empleadas. Como no tenemos una ley de riesgos laborales, nos encontramos con que muchas trabajadoras tenían que desplazarse sin ninguna protección, poniendo en riesgo su vida y a las personas que cuidan, sobre todo mayores. La demanda de cuidadoras ha aumentado porque hay gente que no quiere llevar a sus mayores a residencias. Ellas tenían que proveerse de los materiales de protección con sus propios recursos a pesar de tener salarios precarios, aun así, muchos de sus empleadores las han contagiado porque no siempre se protegían en atención a ellas. Te cuento un caso: una empleadora llamó a la trabajadora y le dijo: el padre de mi marido -que vivía en la misma casa- se ha contagiado pero venga a trabajar. A pesar de las medidas de protección, que eran las básicas, dado que para cuidarle tenía que tener un trato cercano, la contagió. Tras la baja por enfermedad, que no le quedó más remedio que tomar, la despidieron.
ClA: ¿Qué papel ha jugado SEDOAC ante esta situación de confinamiento?
ACEE: nosotras lo que hemos estado haciendo, a pesar de tener que cerrar temporalmente el centro, ha sido coordinar con otras entidades y desarrollar una campaña de incidencia política, porque las medidas de ayuda excluyeron a las empleadas de hogar. Tuvimos que hacer campañas en los medios y gracias a la presión pública sacamos el subsidio… Gracias a la presión de los medios… un trabajo arduo, sobre todo en marzo y abril, es desesperanzador. Se trata de un subsidio temporal parecido al paro: muy celebrado pero temporal, aunque después queremos conseguir que haya paro permanente como en cualquier trabajo. Por otra parte, en este sector hay demasiada economía sumergida, entre el 20% y el 30% según la OIT, aunque nosotras calculamos que supera el 40%. Las razones para que se produzca esta situación son varias: bien el empleador o la empleadora no quiere darles de alta, prefieren pagar en negro y ahorrarse la cuota del seguro, o bien ellas no tienen los recursos legales que no siempre son fáciles de conseguir, me refiero al permiso de trabajo, residencia y demás, y los trámites para conseguirlos son muy lentos y farragosos.
La situación de las internas es peor, pues la carga de trabajo se incrementó: tienen que cuidar a las niñas y los niños porque no hay escuela y las madres y los padres están en teletrabajo. Te cuento otro caso de una mujer que cuida a una abuelita… la hija se fue a vivir con ella. Desde el día 8 hasta el fin del estado de alarma no pudo salir de casa ni le dieron permiso cuando la fase lo permitió para que ella saliera a otra cosa que no fuera a hacer los recados con el argumento de que podía contagiarse y contagiarlas, no le dejaron ni salir a pasear en sus horas, lo que impidió que pudiera descansar, incrementándose la carga de trabajo porque además de cuidar a la abuelita tuvo que cuidar a su hija que, además, no solo no le pagó sino que cuando reclamó el dinero que le correspondía la insultó y la empezó a pegar. Esto ha sucedido en el barrio de Chamartín. Llevaba dos años trabajando en la casa sin papeles. Al final se quedó en la calle, sin dinero y sin lugar dónde ir porque no la dejaron ni sacar sus pertenencias. Denunció en comisaría y le abrieron un expediente. Gracias a unas amigas que la acogieron en su casa… Durante el confinamiento muchas trabajadoras del hogar y los cuidados han sufrido maltrato psicológico. La mayor parte de la gente ante las y los niños se estresan y lo pagan con las trabajadoras… también algunas trabajadoras han desarrollado agorafobia… Se ha sufrido mucho… Se está sufriendo mucho.
Por eso, otra de las acciones que hemos puesto en marcha han sido reuniones telemáticas con las compañeras los sábados por la tarde, y hemos contado con el apoyo de una psicóloga, aunque muchas no han logrado conectarse. Para paliarlo hemos conectado también desde Facebook, pero algunas no tienen capacidad tecnológica y otras no tienen privacidad si son internas porque no pueden explicar los problemas que sufren si está merodeando la empleadora o el empleador…
ClA: ¿Habéis recibido algún tipo de ayuda? ¿Crees que la nueva situación ralentizará la ratificación del Convenio prometida por el gobierno?
ACEE: será lo más probable, porque la ratificación del Convenio significa dinero: aumentar las cuotas de la Seguridad Social… pero no podemos retardarlo mucho, aunque la nueva normalidad va a provocar retrasos. Nuestro argumento es que si ya se logró un subsidio temporal este puede ser el precedente argumental para conseguir el desempleo… Desde luego vamos a pelearlo.
ClA: ¿Y qué expectativas de futuro tenéis?
ACEE: quiero ser positiva. Tengo mucha confianza en que el nuevo gobierno cumpla su compromiso rápidamente para que las promesas no queden en papel mojado… Somos el grupo que aúna lo que más odia la extrema derecha: mujeres, migrantes y pobres… Respecto al feminismo, que se vertebra en torno a los cuidados, pedimos que tomen conciencia sobre nuestra situación de precariedad y nos apoyen. Mira, entre nosotras tenemos un dicho: “Nosotras las empleadas del hogar limpiamos los cristales que caen del techo de cristal que rompen otras mujeres.”
Entrevista realizada por: Redacción