Las impresoras valencianas
Una visita a Valencia incluirá con seguridad la Catedral, la Lonja, las Torres de Quart y de Serrano, sus iglesias, monasterios y palacios y la Ciutat de les Arts y les Ciències. Lo que recomendamos ahora es un lugar no tan conocido pero de un interés indudable: el Museo de la Imprenta y de las Artes Gráficas, alojado en Monasterio de Santa María del Puig. Allí podemos contemplar una reproducción de la prensa de Gutemberg y toda una serie de maquinaria que muestra la evolución técnica del arte de imprimir. El museo cuenta también con una importante colección de facsímiles, como los de la Biblia de 42 líneas de Gutemberg o Les Troves en Lahors de la Verge María, y obra gráfica de artistas contemporáneos como Miró, Tapies y el Equipo Crónica.
Valencia era en el siglo XV una ciudad próspera, culta y avanzada y prueba de ello es que, posiblemente -pues Segovia es otra candidata a ese honor-, la primera imprenta española se instaló allí. Lo que sí sabemos es que en 1474, el comerciante alemán Jacobo Vizlant instaló una prensa junto al Portal de Valldigna y que en su taller el maestro Lambert Palmart imprimió en ese mismo año Les obres e trobes davall scrítes les cuals tracten de lahors de la sacratíssima Verge María, considerada por muchos especialistas la primera obra literaria impresa en España.
A finales del siglo XV y principios del XVI, Valencia era el más importante centro editorial de España, llegando a contar con treinta y dos impresores, además de encuadernadores, curtidores e ilustradores de prestigio. Apellidos como Joffre, Costilla, Macia, Romano o Juan Mey son bien conocidos por cualquier aficionado a la bibliografía. No tan populares, en cambio, son las mujeres impresoras. Como ha ocurrido con tantas otras profesiones, una selección arbitraria de los personajes que han de pasar a la historia, las ha desterrado de la memoria, haciendo de la imprenta una profesión falsamente limitada al ámbito masculino.
En general, las mujeres aparecen en los colofones como viudas o hijas de un impresor fallecido, por lo que de muchas de ellas, ni siquiera conocemos el nombre. Lo que podemos deducir es que trabajaban en las imprentas junto con sus esposos o padres y conocían la profesión tan bien como ellos. Encontramos ejemplos de esto en Salamanca, Madrid o Sevilla, En Valencia, tenemos noticia de varios talleres dirigidos por mujeres. Margarita Veo fue la viuda del impresor y erudito Antonio Bordazar y se hizo cargo del negocio desde 1744 hasta su fallecimiento en 1759, imprimió un gran número de obras y tuvo el título de Impresora de la Ciudad. Precisamente en su taller se inició José Jaime de Orga, quien se casó con Antonia Gómez, hija del impresor Manuel Gómez. Orga se trasladó desde Valencia a Salamanca y luego a Madrid, donde publicaba El mercurio y donde murió. Obligada por las deudas, Antonia Gómez regresó entonces a Valencia, instaló allí su taller y publicó clásicos latinos, obras del Siglo de Oro español y, sobre todo, comedias que le proporcionaron estabilidad económica.
Para quienes aman los libros, es agradable pasear por Valencia imaginando lo que no está a la vista: los talleres de impresión en los que hombres y mujeres se afanaban por convertir en obras hermosas e imperecederas las palabras que otras personas habían escrito siglos antes. Sería saludable que, del mismo modo que sabemos tanto gracias a su trabajo y su pasión, recordáramos también todos sus nombres: los de los hombres y los de las olvidadas mujeres.
REFERENCIA CURRICULAR
Montserrat Cano Guitarte es escritora. Además ha sido Coordinadora del Comité de Escritoras del Club PEN de España; Jefa de Prensa de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles; Codirectora del Aula de Cine de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles; Colaboradora del Departamento de Comunicación de las Editoriales Espasa Calpe y Ediciones B y Profesora de Creación Literaria en distintas entidades públicas y privadas. En 2006, dirigió y organizó el I Congreso Internacional de Escritoras del Club PEN de España “La mujer, artífice y Tema literario”, celebrado en Las Palmas de Gran Canaria. Ha realizado numerosas colaboraciones con la Secretaría de Igualdad de UGT Madrid y ha dictado conferencias sobre temas literarios y cinematográficos, siendo Jurado en certámenes literarios y de teatro. Asiduamente ha colaborado con la Dirección General de Cooperación y Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias. También fue responsable de la Candidatura ante la UNESCO para la inclusión en la Lista de Patrimonio Cultural Inmaterial del Silbo Gomero. Literariamente, es autora de numerosas publicaciones por las que ha sido premiada tanto en el ámbito nacional como internacional.