La mirada de Nuria Mendoza recorre Nueva York
Nuria Mendoza (@nuriamo22), nacida en Huelva, pasó su juventud en Sevilla, España. Es pediatra de profesión, pero ahora es intérprete y profesora de español médico en la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York (NYU) donde descubrió que le encanta la docencia. Yo la conocí hace más o menos diez años, en Nueva York, enee la maeeestría de literatura creativa en NYU y desde entonces la sigo los medios sociales. Un día empezaron a aparecer enigmáticas fotografías que más que retratar una cara, o un evento, te contaban una historia.
Para mí ha sido una gran oportunidad poder hablar con ella sobre su desarrollo como fotógrafa ya que la he visto crecer en este ámbito y soy una de sus más asiduas seguidoras. Tiene una sensibilidad especial y creo que sus fotos cuentan buenas historias. En lo peersonal no sé mucho de fotografía, pero es una forma artística que me apasiona. Esta entrevista se inclina más al aspecto humano y a la capacidad de contar historias a través del lente de la cámara, lo cual Nuria logra en su actividad como fotógrafa.
RE Toledo: Para mí Nueva York siempre estuvo en el mapa de mi vida. Desde muy chica supe que algún día viviría ahí y me perseguía en mis sueños. ¿Qué te trajo a Nueva York? ¿Por qué Nueva York? ¿Desde cuándo Nueva York?
Nuria Mendoza: Llegué a Nueva York en el año 2011, para hacer una maestría de escritura creativa en NYU. Pensaba quedarme dos años y volver a mi tierra y a mi profesión, pero aquí sigo. Escribo relatos breves y siempre pienso que esos “fogonazos” que son mis cuentos se parecen mucho a disparar con una cámara, aunque el medio sea distinto.
RET: ¿Crees que Nueva York fue una pieza, o tal vez LA pieza clave en tu tarea como fotógrafa o serías fotógrafa independientemente del lugar?
NM: Creo que fue esencial. De repente me vi en una ciudad desconocida y con tiempo para descubrirla (y para documentar ese proceso). Nueva York tiene mucha vida en las calles, así que mi inclinación por la fotografía callejera fue una consecuencia de mis paseos, y creo que también de mi personalidad: soy curiosa, me atraen las personas y sus historias, y soy un poco impaciente, por lo que no me veo esperando varias horas en un lugar para una fotografía nocturna, por ejemplo.
RET: ¿Cómo y cuándo te iniciaste en la fotografía?
NM: Hace casi treinta años mis padres me regalaron mi primera cámara réflex. Aprendí a manejarla en modo manual, aunque no fui mucho más allá. Solía hacer fotos cuando viajaba, pero no tenía una rutina.
RET: Y, ¿siempre has hecho el mismo tipo de fotografía?
NM: Las primeras fotos eran de aprendizaje, para probar (y equivocarme). Y luego fotografías de viajes y en el ámbito familiar. Cuando llegué a Nueva York me lo tomé más en serio: mejoré mi equipo, hice cursos, practiqué más. En parte ocurrió porque tenía tiempo y en parte porque la cámara me ayudaba a mirar y a conocer la ciudad. Pero sigo siendo una aprendiz.
RET: ¿Qué es la fotografía callejera y cómo te inicias en ella?
NM: Para los más puristas, es la fotografía que se hace en espacios públicos, habitualmente urbanos, con gente. Yo prefiero una definición más amplia, sin restricciones: creo que una foto sin personas o sin ciudades puede ser también fotografía callejera.
Me inicio aquí en Nueva York. Me divierte mucho revisar esas primeras fotos porque se ve la mirada de alguien fascinada por la ciudad. Tengo, por ejemplo, cientos de fotos de la nieve, porque donde yo vivía antes no nevaba nunca. Y noto que esa fotógrafa que yo era tiene algo de turista, mientras que ahora, después de nueve años aquí, vivo y entiendo la ciudad de otra manera.
RET: ¿Cada cuánto sales a hacer fotos? Cuando sales ¿llevas algo en mente, se hilan los días de alguna forma?
NM: Antes solía salir los fines de semana: cuando tenía tiempo libre o cuando había algún evento que me apetecía fotografiar (en Nueva York hay muchos desfiles y marchas, y son una oportunidad excelente para practicar y hacer fotos interesantes, y también, como fui descubriendo, para conocer a otros fotógrafos de la calle). Ahora la pandemia ha cambiado las cosas: el primer mes apenas salí de casa, pero luego comencé a dar paseos con la cámara a diario. Eso me mantuvo activa y creativa, me ayudó a vencer preocupaciones. Y luego llegaron las protestas contra el racismo. Tuve algunas dudas, porque al fin y al cabo seguimos en una pandemia, pero finalmente me animé a acudir y documentar lo que pasaba en las calles. Y me alegro de haber estado ahí.
RET: Como escritora sé muy bien que hay días en que nada sale bien. Como que falta la inspiración o una no logra escribir nada y la página se queda en blanco. Sin embargo, por alguna razón no me puedo imaginar que eso ocurra en la fotografía. ¿Crees que esto es verdad para ti? ¿Qué haces cuando esto sucede?
NM: Me temo que eso también ocurre en fotografía. O al menos a mí me ocurre. Me gusta que la calle me sorprenda, así que muchas veces salgo sin ningún plan previo. Y siempre sucede algo interesante… o casi siempre. Es cierto que hay días que no estás muy inspirada, o que no estás en el lugar adecuado o en el momento decisivo, o que lo que sucede a tu alrededor no te interesa lo suficiente. Pero creo que, aun así, hay que persistir. Muchos de esos días mi foto favorita ha aparecido justo al final, cuando volvía a casa decepcionada.
RET: ¿Qué te inspira como fotógrafa? ¿Qué otros fotógrafos (y en especial mujeres) callejeros debemos de conocer?
NM: Me inspiran la luz, las sombras, los contrastes, las yuxtaposiciones, los murales, los grafitis y el arte en general, la gente con cierto magnetismo, las miradas, los niños, los gestos mínimos que cuentan mucho más de lo que se ve. Tengo cierta predilección por hacer fotos de gente leyendo (y abrazándose, también).
Vivian Maier me parece un gran referente. Tiene fotos increíbles y su historia es muy poderosa. Helen Levitt y Rebecca Norris Webb son otras fotógrafas que admiro. De Helen Levitt, destacaría especialmente sus fotografías de niños.
RET: ¿Qué es lo más importante para ti cuando recorres las calles para realizar tu tarea?
NM: Pues algo bastante prosaico: estar cómoda. Cómoda con mi equipo (que es reducido: llevo solo una cámara y una lente, a menudo es una cámara pequeña, sin espejo, que es muy silenciosa y discreta, lo que la hace ideal para la calle), y con la ropa y el calzado, porque en la calle se camina mucho.
También prefiero ir sola. Me gusta moverme a mi aire y pasar desapercibida. Pero hay una comunidad muy estimulante de fotógrafos de calle en Nueva York y es divertido coincidir, así que hay una parte más social. También al compartir las fotos en Instagram (@nuriamo22) aparecen conexiones, he conocido a gente estupenda así.
RET: ¿Qué otros tipos de fotografía te interesan?
NM: Cada vez más, me interesa contar historias, eso que llaman storytelling. Es algo que me atrae de forma natural, y mis fotos favoritas son las que precisamente hacen eso. También me interesan los retratos, aunque apenas los he practicado. Los autorretratos intimistas y poderosos de Francesca Woodman me resultan inspiradores, aunque nunca he hecho nada similar. Como espectadora me atrae muchísimo la poesía visual. Hay un fotógrafo español al que admiro, Chema Madoz, que crea unas imágenes muy poéticas y a veces perturbadoras. Es fabuloso. Con el movimiento Black Lives Matter me he acercado al fotoperiodismo, y mi reto es aprender a documentar estos tiempos.
RET: Como fotógrafa, presencias día a día eventos que documentas a través del ojo de la cámara. ¿Cómo te afectan de manera personal las protestas, los efectos del COVID-19, y el trato a las minorías en la Gran Manzana? ¿Hay una responsabilidad social que te motiva?
NM: Tengo afinidad por los temas sociales, sin duda. Pero poder documentarlos es algo nuevo para mí. Me siento responsable en el sentido de no alterar lo que veo, de ser lo más transparente posible. Tampoco quiero juzgar a nadie, tan solo presentar un pedazo de realidad, aunque es cierto que esa realidad pasa por la mirada personal de cada una. Últimamente presto más atención a las fotografías que se publican en prensa, eso me ayuda a crear un criterio propio. Admiro a fotoperiodistas como Emilio Morenatti, que consigue informar y, además, contar historias.
RET: ¿Qué le aconsejas a alguien que quiera iniciarse en esta tarea?
NM: Que eduque la mirada: que vaya a exposiciones, que lea libros de fotografía, que aprenda de las y los grandes. Que salga y empiece a fotografiar con la cámara que tenga a mano, o con el móvil: todo vale para iniciarse. Luego ya habrá tiempo de hacerse con un equipo más sofisticado. Que aprenda a manejar la cámara. Y que disfrute. Creo que eso se transmite en lo que haces.
RET: Cuéntame una anécdota interesante que te gustaría compartir.
NM: Mi proyecto durante este verano consiste en fotografiar a Julian (en la foto, con su gran sonrisa y su traje rojo). Es un vecino que se sienta cada tarde en la esquina de mi edificio, muy elegante, con ropa y complementos de un solo color. Empecé a fotografiarle desde lejos, cuando lo veía al volver a casa, hasta que un día me animé a hablar con él y ahora somos amigos. Es apasionante ir aprendiendo detalles de su vida y ya lo he retratado vestido de todos los colores que puedas imaginar.
Entrevista realizada por RE Toledo.