Ingredientes:

• 400 gr. de harina
• 50 gr. de azúcar
• 1 cucharadita de sal
• 1 huevo L
• 1 cucharadita de levadura
• 200 ml yogur natural para beber o 200 ml de kéfir
• 20 g o 2 cucharadas de aceite
• Ralladura de un limón (opcional)
• Azúcar glas para poner por encima

• 0,5 l aceite girasol para freírlas

Elaboración:

Poner en un recipiente el yogur o el kéfir. Añadimos el huevo, el azúcar, la sal y con la ayuda de una varilla removemos todo muy bien.

Tamizamos la harina junto con el polvo de hornear y añadimos a la mezcla anterior removiendo bien, terminamos añadiendo el aceite a la masa y lo integramos todo. Hacemos una bola con las manos.

Nos quedara una masa bastante pegajosa por sus ingredientes húmedos, pero no hay problema ya que no la vamos a amasar. Pero la dejaremos reposar en la nevera unos 15 minutos.

Ahora viene como formar los Khvorost:

Espolvoreamos la mesa con harina y volcamos la masa sobre ella. Con ayuda de un rodillo estiramos la masa en una lámina de 0,5 – 0,7 cm de grosor.

Cortamos la masa en tiras de 4 – 5 cm de ancho y luego en rombos, en cada rombo hacemos un corte en el centro. Cogemos el rombo y metemos la punta por el agujero y los colocamos en una tabla cubierta con un paño.

Ponemos a fuego medio la sartén con el aceite y una vez que esté caliente freímos el Khvorost, vigilando que no se dore demasiado, ya que se fríen muy rápido.

Los sacamos y los colocamos en una fuente con papel absorbente.

Los espolvoreamos con azúcar glas y a comer.

NOTA: Estas galletas me recuerdan a las rosquillas, ya que la masa es más parecida y hay que freírlas. Lo de la ralladura de limón no es original de la receta, pero a mí me gusta ese puntito. Sea como sea, merece la pena hacerlas y degustarlas. Son sencillas de elaborar, vistosas y están realmente ricas.

REFERENCIA CURRICULAR

Toñi Morera Sánchez. Aunque cocinar nada tiene que ver con su formación ni con su profesión, es una afición muy importante para ella. La cocina le conecta a la tierra, a lo básico, a lo fundamental, a la vez que le da alas para crear, innovar, experimentar o sencillamente reproducir. Disfruta aprendiendo continuamente, como disfruta jugando/enseñando. Y esto es lo que nos ofrece: comida saludable para hacer, aprender, jugar, degustar y agasajar.

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