Influencia del lenguaje en la visibilidad del deporte femenino
El tema del lenguaje es muy importante desde un punto de vista del género y lo es aún más en el caso del uso de un lenguaje no sexista. En muchos ámbitos se notan desigualdades en cuanto a este uso y, en lo relativo al deporte, estos malos usos del lenguaje existen y se puede decir que van hasta crear y reforzar las desigualdades entre las mujeres y los varones. Bien es cierto que el deporte fue creado para los hombres y todo era concebido para ellos y, por eso, está tan presente un lenguaje estereotipado en materia de deporte. Este lenguaje, o bien hace invisible a las mujeres ya que antes no se reconocía su práctica deportiva, o bien las menosprecia.
Al hablar de lenguaje, es importante empezar ante todo con la propia palabra deporte. Esta palabra no tiene género y por lo tanto debería englobar tanto a las prácticas deportivas masculinas como femeninas. No obstante, no es el caso ya que se habla de deporte femenino mientras nunca se escucha hablar de deporte masculino. La única palabra deporte es suficiente para dar a pensar que se está hablando de deporte masculino. Pero en el caso de la práctica deportiva femenina se nota esta obligación de precisar, siempre, que se habla de deporte femenino porque, en el caso de no hacerlo, la gente no imagina ni un segundo que se puede tratar de deporte practicado por mujeres, a no ser que sea un deporte considerado como “femenino”. Con la palabra “femenino” se entiende también un deporte que hace referencia a la dulzura y a la tranquilidad supuestas de las mujeres: un deporte que permite insistir sobre la elegancia y la belleza del cuerpo femenino. Cada vez que se menciona a gente cualquiera que tiene lugar, por ejemplo, un partido de fútbol, la gente contesta hablando de equipos masculinos de fútbol preguntando qué equipos se van a enfrentar. Y no saben qué decir cuando se les explica que se trata de equipos femeninos. Hablar de partido de fútbol, de baloncesto, o cualquier otro deporte sobreentiende en la mente de la gente que es un partido masculino porque, como en muchos otros ámbitos, se emplea el masculino como si fuera el masculino el género universal.
Se puede afirmar que existe un problema de visibilidad y esto empieza ya en la infancia y si no se educan las niñas y los niños con modelos deportivos tanto femeninos como masculinos, seguirán creciendo con estas ideas de que el deporte es algo casi exclusivamente masculino y que las chicas que lo practican se están dedicando a una práctica masculina, y no simplemente a una práctica que debería ser considerada tanto femenina como masculina. Más allá del lenguaje, está claro que si los niños y las niñas no piensan en hablar de deportistas femeninas es porque no tienen referentes ya que en los medios se habla poco de deporte femenino y existen menos figuras femeninas de referencia, sobre todo en los deportes colectivos.
El lenguaje es muy importante para los y las más jóvenes. Muchas veces en la escuela, y durante las clases de deporte, se crean barreras entre chicos y chicas, y esto por medio de un lenguaje que menosprecia a las chicas dándoles menos importancia que a los chicos. A la gente le parece también normal que todos los niños se interesen por el deporte pero no siempre es así. Muchos chicos no tienen ningún interés por el deporte y cuando están obligados a practicar uno sufren mucho por comparaciones con las chicas. Si no les gusta y si lo hacen mal se les compara con chicas. Por ejemplo, si una chica le roba la pelota a un chico durante un partido es una vergüenza para el chico, pues los y las demás le hacen una crítica comparativa como si las chicas jugaran tan mal como para no ser capaz de jugar como, o mejor, que los chicos. Al mismo tiempo que se desprecia al chico, se desprecia también a las chicas. Estas palabras pueden ser muy crueles porque cuando una niña escucha estas palabras se siente tratada como inferior al ser siempre comparada con un chico de manera negativa.
La importancia del lenguaje y del trato tiene mucha influencia en la opinión que las chicas y los chicos van adquiriendo. En el caso de los chicos, se pueden sentir más seguros de sí mismos al ser siempre más valorados. Al contrario, las chicas van interiorizando el hecho de que no tienen ningún talento deportivo y, la mayoría de las veces, las clases de educación física se dividen en dos grupos: los grupos de chicos y de chicas. El profesorado tendría mucho que hacer en este sentido para valorar a las chicas: demostrarles que ellas también pueden practicar el mismo deporte que los chicos, que lo pueden hacer tan bien como ellos y motivarlas para que tomen confianza en sí mismas. Los métodos de enseñanza son muy sexistas y se tendrían que corregir. ¿Cómo se puede justificar, por ejemplo, el hecho de que durante una clase de bádminton se vayan separando los chicos y las chicas en varios terrenos, colocando a las chicas en los terrenos inferiores y los chicos en los superiores con la excusa de que las chicas bajarán de terreno mientras que los chicos irán subiendo? Al actuar de tal forma, las chicas no pueden sentir más que un sentimiento de frustración y de discriminación al saber que nadie cree en sus capacidades deportivas y se sienten muchas veces desmotivadas, no harán nada para probar lo contrario y darán como sabido que no saben jugar y que el deporte es algo reservado a los chicos. En cuanto a los chicos, éstos adquieren una mentalidad que les hace creer que son superiores a las chicas y admiten difícilmente que una chica pueda tener un nivel deportista superior a ellos.
Los varones aparecen siempre como los referentes universales en el deporte. En cuanto al tema de las palabras, se utiliza el masculino como genérico lo que no ayuda y no hace más que reforzar la invisibilidad de las mujeres en el ámbito deportivo. El tema del lenguaje ocupa una gran parte del problema de la falta de visibilidad de la que sufren las deportistas.
Las palabras tienen su importancia y son las que crean también un imaginario en la mente de la gente: un imaginario que influye después sobre toda una vida ya que se consideran luego como una verdad universal.
REFERENCIA CURRICULAR
Agathe Ripoche es titular de un máster de Estudios Hispánicos en Francia (Clermont-Ferrand) y de un máster de Igualdad de género en la universidad Complutense de Madrid. Le interesa mucho el deporte femenino. Convencida de que el deporte debe ser tanto femenino como masculino, está involucrada en este tema para que poco a poco cambien las mentalidades. Ha creado un blog, titulado Balle de sexisme, para informar y denunciar el sexismo y las discriminaciones que sufren las mujeres.