Revista con la A

25 de marzo de 2021
Número coordinado por:
Bethsabé Huamán y Danilo Assis Clímaco
74

Laberintos de la masculinidad

¿Habla Negrão? Sobre la necesidad de abordar las masculinidades negras [1]

Vinicius Dias

Vinicius Dias

Paíque Duques Santarém

Paíque Duques Santarém

Por lo tanto honra tu raza, honra tu color
No tengas miedo de hablar, habla con mucho amor
Soy negro, jei / soy negro, jou
Canción “Sou Negrão” [Soy un gran negro], de Rappin Hood[2]

Escribimos sobre nosotros porque queremos hablar y también porque oímos. Somos dos hombres negros. Venimos de diferentes lugares, historias, trayectorias y singularidades. Tenemos opiniones, formaciones y vivencias distintas. Normal, así somos las personas

La mano de obra masculina del Brasil esclavista. Quienes más mueren. Quienes desertan antes de la escuela. Líderes en el ranking de encarcelamiento y desempleo. Los más vulnerables al COVID-19. Mayoría en el mercado informal, en el sector de servicios o en los más precarizados. Los más sometidos a la uberización del trabajo. Hombres negros, aquellos de quienes mucho se habla y poco se escucha.

Escribimos sobre nosotros porque queremos hablar y también porque oímos. Somos dos hombres negros. Venimos de diferentes lugares, historias, trayectorias y singularidades. Tenemos opiniones, formaciones y vivencias distintas. Normal, así somos las personas. Nos juntamos, sin embargo, a partir de la experiencia común de ser negros brasileños, compartimos estas relaciones sociales nacionales desde nuestra afromasculinidad, a la cual conectamos en algunos espacios de reflexión, especialmente la Rueda de Hombres Negros que tiene lugar en el Distrito Federal desde hace tres años.

Este artículo es fruto de estos diálogos, de nuestra búsqueda por la comprensión de lo que tenemos en común y de cuál es nuestro propósito como masculinidades negras. No es solo un apunte de agenda académica, plataforma política, acogimiento o intimidad. Es también esto. Es una construcción ávida y desesperada, por toda nuestra potencia creativa en muerte y vida.

Brasil es un país en donde la muerte de hombres negros es agenda continua del Estado

Ser hombre negro en Brasil es necesariamente hablar de muerte y vida. La posibilidad de la propia muerte determina nuestra significación en el mundo. Estamos hablando de un país en donde la muerte de hombres negros es agenda continua del Estado; donde cada veintitrés minutos un joven hombre negro muere asesinado; donde las cárceles son destinadas mayoritariamente para nosotros. Con algún estudio acabamos por entender que hay una estructura y proyecto de genocidio de la población negra en curso, desde por lo menos un siglo y medio, y que este proyecto de exterminio tiene en la muerte del hombre negro una etapa importante de su desarrollo. Tenemos entonces que luchar por la vida mientras significamos nuestra muerte.

El Anuario de Seguridad Pública del 2020 (Warmling Barros & Marques) registra un aumento significativo de la violencia en relación al año anterior. Eso ocurrió pese a la pandemia del coronavirus que, entre otras cosas, disminuyó la circulación de personas en las calles. Según el mismo Anuario, los datos referidos a crímenes contra la vida (sin recorte de raza) disminuyeron entre los años 2017 y 2019, al mismo tiempo que se mantuvo estable la contratación de vigilantes privados y hubo aumento de ingresos de las empresas de seguridad privada. O sea la disminución de los datos de violencia no siempre indican una menor inversión y ganancias en la seguridad privada. Los procesos violentos y las muertes tienen un precio objetivo de noventa y dos mil millones y doscientos millones de reales (aproximadamente 400 millones de dólares) por año para las arcas públicas. Se trata de una alta inversión, crecimiento del lucro del mercado privado de seguridad y un crecimiento de las muertes negras en un año pandémico.

El carácter estructural y estructurante del racismo en nuestra sociedad está influenciando profundamente nuestra forma de significar el mundo. Los conceptos de Racismo Institucional y Racismo Estructural no son abstracciones de nuestra experiencia, son designaciones de lo que vemos en el cotidiano. Estudiando el racismo en el Sistema de Salud brasileño, Werneck (2016) analiza prácticas organizativas, políticas y normas que resultan en principios de universalidad, equidad e integralidad. Las prácticas cotidianas del sector tienen funcionamientos discriminatorios en la punta, configurando dispositivos de poder perpetuadores del racismo. Eso va desde el racismo clínico y obstétrico, pasando por la negligencia en los cuestionarios de atención, del registro de la raza/color de la persona atendida, con consecuentemente poca producción de datos para monitoreo y evaluación racial de las políticas públicas.

Los mecanismos de diferenciación racial que experimentamos en todo momento operan con agilidad e influyen en todas nuestras diferencias, no solo en tanto hombres negros, sino también sobre nuestras franjas etarias, rentas, sexualidades, segmentaciones sociales. Estamos hablando aquí del entendimiento pleno de que somos una comunidad negra. Tenemos género, tenemos orientación sexual, tenemos edad, tenemos olor y color. Hacia más allá de los estereotipos.

La comunidad negra es de mujeres y hombres, cis y trans. Tanto con nuestros roles ancestrales como también en nuestra experiencia frente al colonialismo

Así, cuando nos enfocamos en este texto y en nuestra reflexión directamente en la experiencia del hombre negro, no podemos, en absoluto, hablar solamente de nosotros. La comunidad negra es de mujeres y hombres, cis y trans. Tanto con nuestros roles ancestrales como también en nuestra experiencia frente al colonialismo. Nuestras familias fueron dilaceradas. Nuestra inestabilidad fue llevada al límite. Las oportunidades que nos aparecieron vinieron con una promesa fantasiosa. El patriarcado nos prometió la oportunidad del éxito, pidiendo de nosotros el comportamiento machista, el abandono de nuestra comunidad, la abdicación de nuestro deseo, la performance de nuestra supuesta virilidad. Cuando nos ponemos vanidosos y aceptamos este trato -esperando a cambio algún establecimiento institucional y crecimiento personal- la caída tiene doble impacto: el racismo boicotea violentamente el éxito prometido por el machismo en las instituciones blancas y quedamos sin suelo en el retorno, pues nuestra comunidad perdió confianza en nosotros tras romper el lazo inicial. Esta es la dinámica de una masculinidad subalternizada frente al patriarcado racista.

Buscando interconectar fenómenos de raza, masculinidades y desarrollo económico, Michael S. Kimmel (2018) propone a partir de los conceptos de desarrollo y subdesarrollo las nociones de masculinidad hegemónica y masculinidad subalterna, llamando la atención hacia un efecto impositivo entre grupos y sus relaciones de poder. Kimmel resalta procesos concomitantes, en el caso del desarrollo europeo impactando al subdesarrollo de América Latina, así como la creación de metrópolis y periferia. El autor sugiere que no sería diferente con la masculinidad, que es construida socialmente por disputas ideológicas, narrativas e imposiciones. Al hombre negro estaría dado el lugar del piso de fábrica, de los cargos subalternos y del desempleo. Pero si nos detenemos ahí, estaremos haciendo un análisis superficial. Nuestro trabajo también es llamar la atención hacia una formación del lugar del negro masculino como categoría construida por el otro, desnaturalizando los datos de muerte y violencia que nos alcanzan. Restier (2019) ubica la llegada de casi cinco millones de esclavizadas y esclavizados africanos a tierras brasileñas, una mayoría de jóvenes negros del sexo masculino, que tenían en su fuerza física y vitalidad corporal la objetivación necesaria para ser transformados en mercancía. En este momento se instauran en Brasil dos movimientos fundantes para los estudios de las masculinidades: la virilidad y el mestizaje.

¿La masculinidad negra poseería entonces sus propias reglas o sería ella una versión deficitaria de una masculinidad blanca? Reflexionar sobre eso lleva a algunos aspectos que nos parecen importantes. Primero, ella está vinculada a una ancestralidad africana que tiene sus propios caminos, conflictos, alegrías y axé (ashé)[3]. Segundo, choca con procesos coloniales diaspóricos que poseen su lucha, sus espejos, sus máscaras y transfluencias. Por último, ella tiene un proceso histórico nacional en el cual la colonialidad interna entra en relación con los conflictos territoriales que constituyen las naciones colonizadas.

Es relevante destacar la ideología dominante que forjó al hombre negro como una especie de no hombre

En el caso brasileño, creemos que es relevante destacar la ideología dominante que forjó al hombre negro como una especie de no hombre, sirviéndonos de las cuestiones generales de la masculinidad negra ya largamente analizadas por Frantz Fanon. La fantasía de la virilidad negra posibilita la animalización, la sumisión a los espacios más hostiles, el escarnio y la facilidad de ejecución de este tipo de cuerpo. La fantasía del mestizaje, en realidad una propuesta de emblanquecimiento de la población, es un elemento de domesticación, deshumanización y ruptura con la ancestralidad. Estas dos fantasías son necesarias al proyecto racista para imprimir sobre la sociedad políticas de exterminio negro y emblanquecimiento de la sociedad, la valorización, atracción emigratorias y supremacía del hombre blanco. Estas fantasías son determinantes sobre la agenda pública racista nacional, que también produce imaginarios mediante sus instituciones.

Pero los hombres negros no fueron plenamente capturados ni por el sistema esclavista,ni por fantasías racistas, políticas emblanquecedoras, ni mucho menos por el genocidio. Los quilombos, capoeiras, hermandades, clubes sociales, tercios negros, terreiros (casas de santo/orixás), batallas de rima, ruedas de samba y diversos otros espacios con contrapoderes y fuerzas donde nuestra energía ancestral se mantuvo, fortaleciéndonos a nosotros y a nuestra comunidad. Estos espacios, cuyas voces son poco reverberadas, son aquellos que queremos fortalecer, al destinar nuestros esfuerzos para seguir la jornada y agenda negras. Estamos orgullosos de ser hombres negros y emanamos nuestra fuerza en forma de vida.

Siguiendo los pasos que vienen de lejos, creemos que el retorno es nuestro verdadero avance. Necesitamos retornar para no olvidar enseñanzas de nuestros y nuestras mayores. Trabajar en comunidad oyendo a las mujeres negras y construyendo juntos el camino de nuestra sobrevivencia. Tenemos pistas de un camino ya recorrido al mirar las marcas en la tierra hechas por Abdias, Malcolm, Mestre Pastinha, Mestre Bimba, Mestre Canjiquinha, Zé Pilintra, Cartola[4] y tantos otros que, anónimamente, nos dejan ejemplos a ser seguidos. Mirando los diversos hombres negros a nuestro alrededor, reafirmamos nuestro compromiso con la vida… creyendo en cuan poderoso es cargar el color de la tierra en nuestra piel.

Tradución del portugués hecha por Danilo Assis Clímaco

NOTAS

[1] El sufijo aumentatitvo -ão (Negrão) hace referencia a este orgullo negro que los autores buscan resaltar.

[2] Portanto honre sua raça, honre sua cor
      Não tenha medo de falar, fale com muito amor
      Sou negrão, hei / Sou negrão, hou”
   Música “Sou Negrão” de Rappin Hood. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=LNoV96QhDVk

[3] Axé en las religiones y prácticas con elementos espirituales brasileños (en la santería de Cuba Ashé o Asé) se refiere a una energía constituidora de los seres del universo.

[4] Abdias do Nascimento fue un importante filósofo negro brasileño, iniciador del Teatro Experimental del Negro en los años 40; Malcolm X; Mestre Pastinha, Mestre Bimba y Mestre Canjiquinha fueron maestros del arte de la capoeira; Zé Pilintra es una entidad de la religión afrobrasileña Umbanda; Cartola es un sambista de Rio de Janeiro (N.del T.).

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Warmling Barros, Betina y David Marques. O impacto da pandemia no crime e na violência no Brasil – análise do primeiro semestre de 2020. Anuário Brasileiro de Segurança Pública, 27(14). Fórum Brasileiro de Segurança Pública, 2020.

Cavalcanti Miranda, Carolina. Resenha bibliográfica do livro “Instituições, mudança institucional e desempenho econômico”. História econômica & história de empresas, 22(1), 2019: 259-268.

Fanon, Frantz. Pele Negra, Máscaras Brancas. Salvador: EDUFBA, 2008.

Gomes,  Laurentino. Escravidão – Do primeiro leilão de cativos em Portugal até a morte de Zumbi dos Palmares. Vol. I. Rio de Janeiro: Ed. Globo livros, 2019.

Kimmel, Michael S.. A produção simultânea de masculinidades hegemônicas e subalternas. Porto Alegre: Horiz. antropol., 4(9), 1998: 103-117.  

Paixao, Marcelo J.P. Desenvolvimento humano e relações raciais. Os negros e os determinantes das desigualdades sociais no Brasil. RJ: Ed. DP&A, 2003.

Restier, Henrique. “O duelo viril: confrontos entre masculinidades no Brasil mestiço”. In: Diálogos contemporâneos sobre homens negros e masculinidades.  São Paulo: Ed. Ciclo Contínuo, 2019.

Werneck, Jurema. “Racismo institucional e saúde da população negra». Saude soc.,  São Paulo,  25(3), 2016: 535-549.  https://doi.org/10.1590/s0104-129020162610

 

REFERENCIAS CURRICULARES

Paíque Duques Santarém es un hombre negro que lucha madingando por la construcción del poder popular. Maestro en antropología y doctor en Arquitectura y Urbanismo (ambos por la Universidad de Brasilia). Milita en varias áreas, especialmente en el Movimiento Negro, por el Derecho a la Ciudad, Movilidad Urbana y Culturas Populares/Tradicionales. Se graduó en Ciencias Sociales, con licenciatura en Antropología, por la Universidad de Brasilia.

Vinicius Dias Cunha es un hombre negro, nacido en la periferia de Rio de Janeiro. Psicólogo, posee especialización en gestión de políticas públicas en género y raza por la Facultad de Educación de la Universidad de Brasilia. Su trayectoria profesional recorre los campos de la salud mental en territorios tratados con negligencia por el poder público, atención clínica, comunitaria y actuación en movimientos sociales. Forma parte de la Rueda de Conversación de Hombres Negros de Brasilia y de la Articulación Nacional de Psicólogos(as) Negros(as) e Investigadores(as) -ANPSINEP, por sus siglas en portugués-. Actualmente realiza una maestría en Desarrollo, Sociedad y Cooperación Internacional (Universidad de Brasilia), donde estudia la salud del hombre negro en el contexto brasileño.

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