Revista con la A

25 de julio de 2017
Número coordinado por:
Bethsabé Huamán
52

Presidentas: Las mujeres en el poder

Glosario

PODER

El poder como concepto absoluto no existe, lo que sí existe es su práctica, su ejercicio, se trata de una categoría que no es un atributo con el que algunas personas nacen o llegan a “a tener”, no está en nada ni en nadie, es relacional (Foucault) y fundamentalmente tiene que ver con recursos cuya valoración es definitoria y situacional. Ninguna persona ejercemos, sufrimos, usamos o abusamos del poder sin recursos (información, dinero, Estado, puesto de trabajo, amistades, pertenencias…). Son estos recursos constitutivos del poder y se usan y “manejan” en el proceso del ejercicio del poder. Pero la valoración mayor o menor de ellos está dada, a su vez, por el grupo dominante y se circunscribe a patrones culturales por lo que también el poder es “situacional”.  Algo determinante en una época no lo es en otra, etc., por lo que también decimos que el poder es fluctuante. Algunos autores y autoras hablan también del poder como un “proceso”. 

Todos esos adjetivos o sustantivos adjetivados: relacional, situacional, fluctuante, proceso… nos indican una realidad más “humana” y menos divina. “Estamos bajando al poder de su pedestal, dándole un rostro que podemos nombrar y eso es fundamental. Hemos aprendido que no es absoluto y que no es para siempre, aspectos que al patriarcado le resultan muy convenientes de fijar en las conciencias de las personas y esto por distintos medios, discursos y prácticas. Para el movimiento feminista comprender esta dinámica es vital porque al tratarse de una construcción social que no corresponde al orden natural que la cultura quiere asignarle, se vuelve posible y necesaria su deconstrucción y desmitificación. Justamente es ese el poder que el patriarcado ejerce para asegurar la subordinación femenina”.

PODER SIMBÓLICO

Pierre Bourdieu entiende el Poder simbólico como “el Poder de constituir el dato a través del enunciado, de hacer ver y creer, de confirmar o transformar la visión del mundo y, mediante eso, la acción sobre el mundo, por consiguiente el mundo, poder cuasimágico que permite obtener el equivalente de lo que se obtiene por la fuerza (física o económica), gracias al efecto específico de la movilización, no se ejerce más que si es reconocido, es decir desconocido como arbitrario. Esto significa que el poder simbólico no reside en los «sistemas simbólicos» bajo la forma de una «illucotionary forcé» sino que se define en y por una relación determinada entre quienes ejercen el poder y quienes lo sufren, es decir, en la estructura misma del campo donde se produce y reproduce la creencia (…) El poder simbólico, poder subordinado, es una forma transformada, es decir irreconocible, transfigurada y legitimada, de otras formas de poder (…) es una especie de círculo cuyo centro está en todas partes y en ninguna; debemos saber descubrirlo allí donde menos se deja ver, allí donde es más perfectamente desconocido, y por tanto reconocido: el poder simbólico es, en efecto, este poder invisible que sólo puede ejercerse con la complicidad de quienes no quieren saber que lo sufren o que incluso lo ejercen”.

TAXONOMÍA DEL PODER

Clara Murguialday realiza una taxonomía reduciéndolas definiciones generales a lo que ella denomina “tres interpretaciones (…) y todas ellas tienen en común entenderlo como un ejercicio de dominio sobre otros”

A) El poder visible: el poder para producir los cambios.
B) El poder oculto: el poder de decidir sobre qué se decide.
C) El poder invisible: el poder de negar los intereses ajenos

 

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