En el año 2011, la Fundación CINDE (una organización española sin ánimo de lucro que trabaja en El Salvador, desde 1989, implementando programas educativos integrales para la infancia y la juventud de sectores sociales excluidos y programas socioeconómicos para mujeres del sector informal) puso en marcha un taller de teatro para mujeres, integrado en el programa “Mujeres Constructoras de Alternativas”, con el objetivo de fomentar el empoderamiento de las participantes, a través de la recuperación de la confianza en sí mismas, de su autoestima, siendo el embrión de La Cachada Teatro, una compañía teatral fundada y dirigida por la directora y actriz salvadoreña Egly Larreynaga.

El elenco artístico de La Cachada Teatro está integrado por Wendy Hernández, Evelyn Chileno, Ruth Vega, Magaly Lemus, Magdalena Henríquez y Mariam Santamaría, mujeres provenientes del sector informal (vendedoras ambulantes, trabajadoras domésticas y de la rebusca), madres solteras algunas de ellas, que armándose de valor y compromiso decidieron visibilizar sus realidades subiéndose a los escenarios de El Salvador, un país en el que la vida de las mujeres, al igual que ocurre en demasiados países del mundo entero, está marcada por la explotación, la pobreza, la exclusión social… por el abuso y la violencia de todo tipo: obstétrica, sexual, laboral, doméstica, social, de género,… rebelándose contra el destino que les esperaba incluso antes de nacer: “Tú harás lo que hizo tu madre y la madre de tu madre y la de ella antes, sin que puedas evitarlo”.

Egly Larreynaga

“Todas nos rebelamos contra aquella sentencia (…) Y fue así como ese grupo de mujeres, que nunca habían asistido a una obra de teatro, procedentes de comunidades urbano-marginales, fieles practicantes de la rebusca, decidieron hacer una compañía de teatro en El Salvador con todo lo que implica hacer teatro en uno de los países más violentos del mundo.” Declaran en el texto de presentación que figura en su web http://cachadateatro.com, en la que dan cuenta de su historia y donde Egly Larreynaga testimonia: “Al principio, cuando las conocí, pensé que sería un taller de los que suelo impartir, un taller intenso, pero de corta duración. ‘Yo soy una sandía, porque soy dura por fuera, pero si me parten con un cuchillo soy dulce y puedo dar dulzura a la gente’ dijo Ruth en una dinámica del taller. A medida que iba conociendo sus historias les propuse una locura: hacer una obra de teatro y que se convirtieran en actrices. Estoy convencida de que sus historias son importantes, porque al hablar de ellas hablaríamos de miles de mujeres salvadoreñas que por lo general no tienen voz. Ellas son ejemplos de vida universales, pero nunca nadie les había dicho algo que las sorprendió: ‘sus historias son importantes’”.

Su primera obra, Algún día, se representó en centros escolares, teatros nacionales y pequeñas salas de El Salvador. Con la segunda, Si vos no hubieras nacido, además cruzaron el Atlántico llegando a presentarla en cuatro festivales de Teatro en España.

La Cachada Teatro no sólo es un teatro de denuncia, que lo es, sino también un ejemplo de que cuando las mujeres excluidas alzan la voz no sólo cambian sus vidas sino que también contribuyen a cambiar el mundo.

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