Revista con la A

25 de marzo de 2017
Número coordinado por:
Rosario Segura Graiño
50

Mujeres gitanas luchando por la igualdad

El papel de la mujer gitana en el mercado laboral

Marian Santiago

Si al hecho de ser mujer, le añadimos ser gitana, la discriminación y dificultades de inserción y promoción laboral se agravan, encontrándonos con una serie de desventajas por pertenecer a una minoría étnica poco considerada en la sociedad mayoritaria

Según datos del INE (Instituto Nacional de Estadística), en España en el año 2010, la brecha de género (diferencia entre las tasa masculina y femenina en la categoría de una variable) en las tasas de empleo de la población de 16 y más años alcanzaba un valor de 12,8 puntos. En el periodo 2010-2015 disminuyó 1,8 puntos, alcanzando un valor de 11,0 puntos en el año 2015; en este descenso de la brecha de género influyó de manera notable la menor tasa de empleo de los hombres como consecuencia de la crisis.

Los datos de 2015, a pesar de ser “más alentadores”, y entrecomillo porque alentador sería conseguir hacer desaparecer esa brecha, siguen demostrando la discriminación y dificultades de inserción y promoción laboral que sufren las mujeres en general. Si al hecho de ser mujer, le añadimos ser gitana, esta discriminación y dificultades de inserción y promoción laboral se agravan, encontrándonos con una serie de desventajas por pertenecer a una minoría étnica poco considerada en la sociedad mayoritaria.

La mujer gitana parte de una triple discriminación: por ser mujer en una sociedad patriarcal, por ser mujer dentro de su propia cultura y por pertenecer a una minoría étnica que es muy discriminada en nuestro país. Esta discriminación puede aumentar si hablamos de mujeres gitanas con una baja cualificación académica además de escasa formación básica, necesaria para acceder al mundo del trabajo y a otros ámbitos de participación social y ciudadana, mujeres con algún tipo de discapacidad y/o pertenecientes al colectivo LGTBI.

Las mujeres gitanas con baja cualificación son las que tienen mayores dificultades de acceso al mercado laboral. En muchas ocasiones, además de la baja cualificación, este perfil puede contar con bajos niveles de autoestima y motivación, un grado elevado de dependencia y proteccionismo familiar y escasas habilidades para acceder al mercado laboral y a otros ámbitos de participación social y ciudadana, lo cual dificulta la búsqueda de empleo. Unido a esto, los prejuicios en el tejido empresarial hacia el pueblo gitano, en general y hacia la mujer gitana en particular, basados en estereotipos y mitos extendidos a nivel social, también impiden y/o dificultan el acceso normalizado al mercado de trabajo. En cuanto a la ocupación que desempeñan en relación a las ramas de actividad en las que se ubican, el comercio en la venta ambulante o mercadillo es el de mayor ocupación por cuenta propia. Según el estudio realizado por la Fundación Secretariado Gitano en relación a la población gitana ocupada, en primer lugar, como ya he nombrado anteriormente, la mayor ocupación se encuentra en la venta ambulante, seguida de la limpieza, dependientas de comercio, mediadoras interculturales y camareras.

Las mujeres gitanas están dando pasos para formase y promocionarse para tener un empleo y desarrollarse profesionalmente en lo que elijan, ocupando puestos de mayor cualificación y responsabilidad

Existen programas de empleo como Acceder, de la Fundación Secretariado Gitano, donde se trabaja para disminuir la elevadísima tasa de paro, promover la asalarización de la población gitana y la incorporación de la mujer gitana a la actividad económica regularizada. Gracias a programas como este, se consigue motivar y capacitar a las mujeres gitanas para conseguir su acceso al mercado de trabajo. Las mujeres gitanas también se encuentran en proceso de evolución y, en consecuencia, sus necesidades también están cambiando; ahora, ya no solo quieren acceder al mercado laboral por necesidades económicas, ni entre sus principales proyectos de futuro está solo el casarse y tener hijos, las mujeres gitanas están dando pasos para formase y promocionarse para tener un empleo y desarrollarse profesionalmente en lo que elijan, ocupando puestos de mayor cualificación y responsabilidad. No obstante, todavía encuentran algunas barreras dentro de su entorno familiar y por parte de la sociedad en general, que continúa manteniendo estereotipos y prejuicios negativos hacia la población gitana. La mujer gitana se encuentra en un proceso de cambio y en un momento favorable para el empoderamiento de las mujeres: cada vez más presentes y participativas en la sociedad, aportando nuevos significados de la identidad gitana, rompiendo estereotipos, convirtiéndose en referentes para las generaciones futuras.

El empoderamiento es un proceso personal que va realizando cada mujer y que tiene repercusiones sociales y políticas que favorecen la construcción de una sociedad más equitativa e inclusiva. Mujeres como: Pepi Fernández Camacho, técnica del departamento de inclusión social de la Fundación Secretariado Gitano; Vanesa Pastor Santiago, enfermera en traumatología en el Hospital de Alicante; María Fernanda Muñoz Fernández, Diplomada en educación infantil y Licenciada en Antropología social y cultural por la universidad de Granada además de un experto y un máster en Estudios Romanies y es educadora social y coordinadora de un Plan Integral para la Comunidad Gitana en el Consorcio para el Desarrollo de la Vega Sierra Elvira; María del Mar Fernández Rodríguez, auxiliar de enfermería en una clínica dental que compagina con sus estudios como higienista bucodental; Dolores Blesa Fernández, abogada; Asunción Cortés Escudero, azafata de vuelo; Consuelo Vargas Alcácer, auxiliar administrativa, emprendedora y empresaria; Carmen Salazar Cruz, trabajadora social en Akherdi I Tromipen; Lita Cabellut, pintora españolas más reconocida a nivel mundial, y cientos de mujeres gitanas que ocupan puestos como profesoras en colegios, institutos y universidades, médicas, antropólogas, periodistas, biólogas, químicas, escultoras, diseñadoras de moda… y hasta torera, demuestran que la mujer gitana está cada vez más preparada, formativa y laboralmente, para acceder a puestos de mayor cualificación y responsabilidad y, además, va adquiriendo un compromiso de visibilización positiva del pueblo gitano y de los procesos de empoderamiento de la mujer gitana quien, cada vez más, lucha por conquistar su lugar en los espacios públicos, reservados históricamente a los hombres.

 

REFERENCIA CURRICULAR

Mariana Santiago Vargas, Alicante, tiene 29 años. Estudió Gestión Administrativa y se especializó en Contabilidad y análisis de balances en el Instituto Empresarial de Contabilidad y Economía de Alicante. Inició su actividad laboral como administrativa compaginándolo con trabajos temporales de azafata de congresos; más tarde trabajó de comercial de seguros compaginando este trabajo con el de dependienta. En febrero de 2008 comienza a trabajar en la Fundación Secretariado Gitano como técnica de apoyo a los programas. En ese mismo año, realiza diferentes cursos, pasando en junio de ese mismo año al puesto de prosectora de empleo, el cual sigue ocupando en la actualidad. En 2010-2011 realiza el curso de Diplomada en Intervención Social con la Comunidad Gitana. Universidad Pública de Navarra (UPNA). En 2011 trabaja de forma autónoma como docente de un curso de búsqueda de empleo a través de las nuevas tecnologías en la Obra Social de la CAM. En 2012 realiza la prueba de acceso a la universidad para mayores de 25 años, en 2013 realiza formación en Diseño Gráfico y emprende junto a su socia, “Recuerdos de Lola”, un proyecto de diseño gráfico y comercio online de artículos de regalo con marca propia. En 2015 realiza un de Máster Publicidad y Marketing en el Campus Universitario Europeo y actualmente se encuentra en segundo curso del Grado de Magisterio en Educación Primaria, mientras continua desarrollando su actividad laboral como prosectora de empleo en la Fundación Secretariado Gitano y como activista que lucha en pro de los derechos de la mujeres y por la incorporación al mercado laboral de las mujeres gitanas.

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