Derechos de las mujeres y deporte femenino
Como cada año, el mes de marzo, y en particular el día 8, es sinónimo de derechos de las mujeres. Este día 8 es la ocasión de hacer un balance de los progresos realizados y de los que quedan por hacer, sin olvidar la reivindicación de la igualdad y la lucha contra la violencia machista. En numerosas ciudades, aprovechan esta fecha para organizar eventos en relación al tema de las mujeres y de sus derechos.
Este mes, me interesa compartir con vosotras un evento que tuvo lugar en Francia, en la ciudad de Clermont-Ferrand, entre el 6 y el 12 de marzo, dedicado exclusivamente al deporte femenino.
Los objetivos de esta semana son los de difundir una cultura de la igualdad entre mujeres y hombres, luchar en contra de los estereotipos de género y favorecer la diversidad. Me parece muy importante dedicarse al tema del deporte porque si se pueden notar avances significativos, aún queda mucho por hacer antes de lograr una igualdad real entre mujeres y hombres en el ámbito deportivo. Y no sólo hablo de igualdad en el deporte profesional. El tema del deporte va mucho más allá, empezando con el hecho de que las mujeres practican menos deporte que los hombres.
Existen varias razones para justificar esta afirmación: tienen menos tiempo que los hombres (cuando sabemos que las tareas domésticas siguen en gran parte a cargo de las mujeres, entendemos mejor este argumento); se atreven menos a ocupar algunos espacios públicos (no solemos ver a muchas mujeres ocupar una cancha de baloncesto como lo hacen los hombres) y, claro, desde la infancia tienen que hacer frente a estereotipos de género que pueden limitar sus capacidades. Por ejemplo, no se anima tanto a una niña a jugar al rugby o a boxear como se anima a un niño, porque se supone que son deportes agresivos o/y que convienen mejor al género masculino. El peso de los estereotipos sigue muy presente en las mentalidades y es un gran freno a la práctica deportiva.
Programa de la semana
La semana dedicada al deporte femenino se articuló alrededor de sesiones de deporte, abiertas a todas, para que las mujeres pudieran familiarizarse con diferentes deportes, pero también tuvieron lugar debates, conferencias, espectáculos etc. Los debates ofrecieron momentos de reflexiones muy interesantes sobre temas como el de los estereotipos de género que influyen sobre la elección de los chicos y de las chicas en su práctica deportiva; las ideas recibidas sobre el cuerpo femenino; la cuestión de la laicidad en el deporte o el sexismo que sufren las deportistas. Tuvo lugar también la proyección en el cine del documental “Free to run” de Pierre Morath, que relata la lucha de las mujeres en el acceso a las carreras, en los años 70 en Estados Unidos, y en particular después de la participación (no autorizada), en 1967, de Kathrine Switzer a una carrera reservada a los hombres. Los organizadores intentaron pararla pero, con la ayuda de un amigo, ella logró terminar la carrera.
Otra acción interesante: la operación dirigida por diferentes asociaciones de mujeres con el apoyo de la ciudad de Clermont-Ferrand. Un grupo de mujeres (y hombres) se han reunido para «cambiar» el nombre de los diferentes gimnasios de la ciudad con nombres de deportistas y pioneras del deporte, desconocidas del gran público, como Kathrine Switzer, Yoreli Rincón, Alice Milliat, Fanny Blankers Koen…
Sólo un 2% de las calles tiene un nombre de mujer en Francia, y en París sólo 3 estaciones de metro tienen un nombre de mujer. Esta invisibilidad es insoportable. Por eso, aunque fuese una iniciativa simbólica, permitió, por lo menos, sensibilizar a la gente a estas enormes desigualdades y dar a conocer a algunas figuras del deporte femenino.
Aunque la igualdad en el deporte, o el trato en un mismo nivel de igualdad entre mujeres y hombres en este ámbito, puede no aparecer como el tema más importante en la lucha feminista por los derechos de las mujeres, no lo debemos negar. De la misma manera que es importante desarrollar, por ejemplo, la visibilidad de las mujeres en el cine, me parece primordial favorecerla también en el deporte porque permite influir en el imaginario colectivo. Se trata de una base de la igualdad y es necesario que las mujeres estén valorizadas en estos ámbitos como lo recordaba Najat Vallaud-Belkacem [1] en su discurso de apertura de los primeros Estados Generales del Deporte Femenino colectivo (en Bourges, mayo de 2013):
“Cuanto más se expone de forma mediática un deporte, más personas atrae ese deporte. Cuanto más se expone de forma mediática un deporte, más patrocinadores atrae ese deporte. Cuanto más se expone de forma mediática un deporte, más influirá en el imaginario colectivo. No lo logramos. ¿Quién sabe que hoy en Francia hay más futbolistas que bailarinas? Nadie. Los medios no son empresas como las otras, influyen en la visibilidad del deporte femenino y deberíamos incitarlos a mostrar los resultados deportivos de las mujeres de manera equitativa con la de los hombres.”
NOTA:
[1] Actual ministra de Educación Nacional en Francia. Ocupaba el cargo de ministra de los derechos de las mujeres cuando pronunció este discurso.
REFERENCIA CURRICULAR
Agathe Ripoche es titular de un máster de Estudios Hispánicos en Francia (Clermont-Ferrand) y de un máster de Igualdad de género en la universidad Complutense de Madrid. Le interesa mucho el deporte femenino. Convencida de que el deporte debe ser tanto femenino como masculino, está involucrada en este tema para que poco a poco cambien las mentalidades. Ha creado un blog titulado Balle de sexisme para informar y denunciar el sexismo y las discriminaciones que sufren las mujeres.