Revista con la A

25 de mayo de 2015
Número coordinado por:
Pepa Franco Rebollar
39

Políticas locales y perspectiva de género

Abriendo nuevas ventanas

Eran los primeros pasos de una labor de alfabetización digital comparable, en sus objetivos, a la que las administraciones locales llevaron a cabo en los años 80 para reducir los altos índices de analfabetismo que teníamos en España

Era otoño de 2002 cuando iba conduciendo por una carretera de montaña de la provincia de Granada con 10 ordenadores en la parte de atrás de mi furgoneta, camino de uno de los más de 21 pueblos en los que tendría la oportunidad de trabajar con las asociaciones de mujeres de las áreas rurales en un programa, que llamamos “Ventanas abiertas”, impulsado por la Delegación de Igualdad de la Diputación Provincial.

En aquella ocasión prácticamente ninguno de los municipios en los que se desarrolló el programa tenía conexión a internet, así que nos tocó abordar la enseñanza de destrezas básicas durante los cuatro días de formación que duraba cada curso: que aprendieran a utilizar el ratón (por supuesto no existían los ratones digitales), conocer las partes de un ordenador y cómo se encendía y apagaba. Instalamos en cada máquina una captura de pantallas procedentes de distintas webs que les permitiera conocer lo que podían encontrar en internet si tuvieran conexión a la red. Algunos de estos pueblos estaban en poblaciones montañosas que quedan incomunicadas en invierno a causa de la nieve. Aún puedo recordar las caras de sorpresa e interés de las mujeres al ver las imágenes que ilustraban artículos sobre salud y menopausia, o sobre el uso de anticonceptivos procedentes de la web del Instituto Andaluz de la Mujer, o cuando leían algunos artículos de nodo50 (red de pensamiento feminista y sede virtual de diversas asociaciones y colectivos sociales) que habíamos instalado en las computadoras y que trataban sobre las mujeres que trabajaban en el campo sin estar dadas de alta en Régimen Agrario. Todas quedaban decepcionadas al hacer “click” en el botón “Siguiente” y les aparecía una pantalla en negro porque no había conexión a internet. Tomaban conciencia de las posibilidades que podían encontrar con esta nueva forma de comunicación. Eran los primeros pasos de una labor de alfabetización digital comparable, en sus objetivos, a la que las administraciones locales llevaron a cabo en los años 80 para reducir los altos índices de analfabetismo que teníamos en España. En este caso, el objetivo principal era romper esa brecha digital de género en el uso de las tecnologías a la vista de unas estadísticas que nos indicaban que este podía ser un nuevo elemento de exclusión y de desigualdad en el que, de nuevo, la cuestión de género volvía a ser indicador de grandes diferencias con respecto a los hombres.

A partir de esa experiencia seguimos avanzando y el programa continuó en años posteriores para, así, llegar a incorporar todos los pueblos de una provincia que se caracteriza por ser una de las que más municipios tienen en España, en torno a 173 por aquél entonces. Hubo un impulso importante de apoyo a las administraciones locales con la creación, en 2003, de un programa financiado en parte por la Comunidad de Andalucía y, de otra, por las Diputaciones Provinciales para abrir en municipios de menos de 20.000 habitantes los llamados centros Guadalinfo. En ellos se instalaban puntos de acceso a internet y había una persona que era la encargada de dinamizar la actividad con cursos de formación sobre uso de tecnologías y difusión del servicio entre las vecinas y los vecinos de cada municipio.

Actualmente se trata de una red de 800 centros por todo el territorio andaluz. Se aunaron esfuerzos con esta iniciativa y seguimos trabajando con las asociaciones de mujeres de las zonas rurales contando con una mejor infraestructura para nuestros programas de formación. Organizamos un curso para que cada asociación tuviera su blog y lo utilizara como escaparate de sus acciones y, también, como forma de interactuar con otras compañeras de otros municipios haciendo de esta herramienta el medio para conseguirlo. Aquel pueblo en el que las mujeres no podían seguir viendo lo que internet les ofrecía, dos años más tarde disponía de uno de estos centros públicos de acceso a internet. Aun con esa posibilidad, eran muchas las mujeres que no utilizaban este servicio, de ahí que seguía siendo importante activar medios para que hubiera oportunidades de acceder y hacer de ese lugar una herramienta de conocimiento y participación. Sus caras ahora eran de mayor sorpresa al comprobar el mundo de posibilidades que les ofrecía esta nueva forma de comunicación, eran los inicios de la Web 2.0 que rompía la unidireccionalidad en la comunicación en internet para dar paso a la interacción entre internautas. Era una nueva forma de compartir información, de contactar, de hacer red, de contribuir y aportar contenidos.

Una de las cuestiones que tratábamos en los cursos era la velocidad a la que avanzaba este nuevo momento y la importancia que, con el tiempo, adquirirían los smartphones y su uso no solo para comunicarnos con llamadas sino también para acceder a la información y para interrelacionarnos mediante redes 39-con-ellossociales. Lo que podía parecer ciencia ficción en esos momentos ha resultado ser una realidad en la actualidad. Según el informe de Telefónica sobre la Sociedad de la Información 2014 hay un dato que es muy significativo: un 88,8% de los hogares españoles tienen un smartphone. Comparativamente con otros países de la Unión Europea es España uno de los países líderes en el uso de estos dispositivos con un 81% frente al 67% de Francia o Alemania. Es un dato a tener muy en cuenta a la hora de abordar acciones desde la administración local y, sin duda, lo es también a la hora de poder entender la capacidad organizativa que puede significar este dato en lo que tiene que ver con organización de acciones y en lo que tiene que ver con interacción social, teniendo en cuenta que casi un 78% de la población utiliza la mensajería instantánea y, de este porcentaje, un 46% la utiliza como medio de comunicación con familiares y amigos.

El acceso a la tecnología se convierte, por tanto, en un factor más que incide en los niveles de igualdad y, aunque algún político haya criticado que la gente que no tiene empleo ni recursos económicos mantiene su contrato de uso del móvil, podemos entender perfectamente el porqué es, en muchos casos, algo imprescindible. Este tipo de dispositivo es, en buena parte de las situaciones, el nexo de unión con la realidad y la forma de existir e interactuar en un mundo digital en el que la red nos hace visibles y no estar en ella puede cerrarnos posibilidades.

En España hay varios ejemplos claros del poder que estas redes tecnológicas han desarrollado: los movimientos sociales que tuvieron lugar con el 15M y sus convocatorias hechas por correo electrónico y mensajería móvil; o las distintas marchas de protesta que vienen sucediéndose desde entonces; o la generación de plataformas y nuevas formas de organización política que tienen en el uso de las tecnologías su núcleo de acción como es el caso de Podemos. Se trata de una herramienta que ha revolucionado las formas de organización. Facilita y agiliza la comunicación a gran escala desde dispositivos individuales. A la vez, asistimos a la preocupación que esto genera en determinados círculos de poder que se sienten amenazados por esta capacidad de organización espontánea que tiene la sociedad -valga como ejemplo la ley aprobada recientemente en el Parlamento para criminalizar a quienes hacen uso de las redes sociales con fines de movilización o protesta contra medidas del gobierno-. Es la primera vez que se recoge esta cuestión en una ley con la significación que ello tiene en este momento. El hecho de que sea España quien lo hace tiene su explicación tras haber hablado del número de personas usuarias que tiene internet en nuestro país. Estamos en un nuevo momento histórico que ha redefinido formas de organización laboral, formas de organización política y de relaciones personales, formas de relacionarnos con la administración y también formas de controlar.

Ya en la década de los 90, Manuel Castells reflexionó sobre todas estas cuestiones con la trilogía sobre La era de la Información donde habló de las consecuencias sociales que vendrían a consecuencia del desarrollo de estas nuevas tecnologías de la comunicación. Analizó el papel del Estado, de la ciudadanía, de las instituciones y sobre cuales eran los nuevos roles en esta era digital. Sin duda que mucho de lo que planteaba Castells en aquel estudio está ocurriendo en la actualidad y es en este momento donde cobra sentido el papel que las administraciones locales han de desempeñar en esta nueva era. También la ciudadanía, que nunca como ahora ha tenido herramientas tan potentes para interrelacionarse y organizarse. Nunca antes se había tenido una oportunidad tan clara de colaboración en tiempo real entre la ciudadanía y quienes tienen responsabilidades públicas. Nunca hubo una infraestructura tecnológica para facilitar las redes sociales como la existente ahora y es precisamente esto lo que han de poner en valor las organizaciones sociales y la administración en un esfuerzo común para romper las brechas digitales existentes. La importancia de incorporar a las personas mayores, la necesidad de hacer programas de formación específicos para las mujeres y, sobre todo, para aquellas que no están dentro del mercado laboral; la importancia de llevar a cabo programas con asociaciones para que a través de las tecnologías amplíen su presencia y visibilidad en el mundo digital; garantizar el derecho universal de acceso a internet o desarrollar puntos públicos de acceso para la mayor parte de la población son cuestiones que han de incorporarse al debate por la igualdad en esta nueva sociedad del conocimiento. Hoy cobra sentido aquel viaje por las montañas de la provincia de Granada, como ejemplo de un paso adelante en esa lucha por garantizar la mayor igualdad de oportunidades para aquellas personas que están en condiciones de desigualdad con respecto a otras, y es aquí donde y es el momento de iniciar nuevos viajes que permitan hacer de las tecnologías las aliadas indispensables en esa lucha por mejorar y garantizar los derechos y la igualdad de oportunidades.

Hay que seguir abriendo ventanas y no permitir que esos colectivos sociales, que tienen menos posibilidad de formar parte activa de este nuevo mundo, tengan acceso y sepan hacer de él un aliado más y no su enemigo.  

 

J Manuel Morcillo

José Manuel Morcillo

REFERENCIA CURRICULAR

José Manuel Morcillo Gómez es pedagogo, dedicado a la formación desde hace más de 20 años con especial dedicación en programas de alfabetización digital, diseño de materiales y formación en comunicación y desarrollo de estrategias en la red. Desde el inicio de su carrera profesional ha trabajado por la Igualdad a través de la educación y la formación. Actualmente está en EEUU haciendo un doctorado en Literatura y Español en la Florida International University. Abandonó España en el año 2013 a consecuencia de la falta de oportunidades con motivo de la crisis económica.

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