Revista con la A

23 de marzo de 2016
Número coordinado por:
Gloria Poyatos Matas
44

Juezas en femenino

Tu nombre en internet

Ana Portal

Ana Portal

Hoy lo he buscado. Tu nombre en google solo aparece en mi pantalla una única vez.

Sabes, he echado la cuenta y han pasado veinte años desde nuestra última conversación.

A ver, es fácil saber el tiempo que ha pasado pero prefiero ahora ir al momento en que nos encontramos por primera vez.

¡Pues claro! nos conocimos en el instituto el año anterior a la Universidad. Tú con veinte años y yo con dieciséis. ¿No te acuerdas de nuestra conversación? ¡Qué risa!

Fue allí en el aula. Desde el inicio nos sentábamos juntas, primero de forma casual porque entonces había orden de lista de apellidos y los nuestros iban contiguos, después ya no nos separamos en todo el curso. Eras de las mayores, claro habías vivido un montón de cosas que te habían entretenido hasta regresar para sentarte delante de los libros para preparar la selectividad. Cada día te escuchaba atónita y curiosa relatarme tus experiencias recién vividas.

Siempre fuiste muy buena estudiante, con sobresalientes y matrículas de honor en todo; me costó enterarme bien de que eras empollona por necesidad porque sin la beca lo tenías crudo, viviendo en casa con tu madre recién separada y tu hermano en la cárcel de Carabanchel esperando la amnistía.

Uy! Pues no estabas tú ocupada ni ná en esos días de finales de los setenta, además de estudiar tenías tiempo para tu noviete Ángel Luis que era el chico más guapo y más hippie del instituto, era clavadito a uno de los hijos de una famosa actriz americana que salía en la revistas. Con él y más amigos nuestros íbamos aquel año a muchas manis que hubo en Madrid.

Te lo he dicho otras veces y lo sabes de sobra. Al conocerte se abrieron muchas puertas que dejaron pasar vendavales necesarios para airear rincones en todas partes. No sé qué era más asombroso para mí, si saber que habías vivido con un interesante chico alemán pero que habías estado además con otra gente sin necesidad de amor romántico por medio, que habías viajado muchísimo hasta el punto de que un piojo tuyo estaba en un museo nórdico porque en aquel momento hacía años que allí habían desaparecido, que conocías el nombre de cantidad de islas griegas que habías visitado, que fumabas canutos gratis, que me podías traducir la letra en inglés muchas canciones ¡ah, Janis, Patti, Jimmy! Disfrutaba tanto con mi perplejidad a cuestas aquellos primeros días a tu lado porque eras reflexiva y alegre de una forma nueva que traía muchos colores.

No llevabas encima nunca ni un duro y desde cerca era hermoso tu pelo castaño oscuro largo y fuerte, muchas veces peinado en una trenza densa. A diario te envolvías dentro de un extraño jersey de lana con tonos amarillos coral negro y verde con mínimas cenefas horizontales que alguien te había regalado procedente de un remoto país asiático; siempre con un único par de zapatos marrones de cordones planos y sin tacón que igual valían para ir a bailar y saltar que para salir corriendo delante de la pasma como hicimos tantas veces.

Qué rollo, se ha hablado hasta aburrir y en todas partes de la alegre movida madrileña ¡Hasta cien mil millones de almas parece que habitaron la ciudad en esos días! Pero contar la inmensa epidemia oscura del jaco o el estreno del sida letal que se os llevó por delante a gente inquieta y valiosa, para eso no hay memoria casi nunca.

Todo esto ha venido por una cosita que te comento, esta noche buscándote en internet, ese espacio que apenas tuviste tiempo de conocer, al poner tu nombre en el buscador, sales en pantalla, pero solo hay una huella digital tuya: “ABC, domingo trece de Agosto de 1990. Necrológicas.-Fallecidos en Madrid.-MGVO (34)”.

Me traigo la guitarra y la voz rota de Rosendo como en aquel concierto de Leño en los ochenta….

“No pienses que estoy muy triste
si no me ves sonreír
es simplemente despiste
maneras de vivir…”

 

REFERENCIA CURRICULAR

Ana Portal Nieto (Madrid, 1960). Licenciada en Filología Hispánica (Universidad Complutense 1983). Ha sido operaria en una fábrica, camarera, cooperante en varios países, profesora de bachillerato y de historia de la literatura en la UNED, profesora de español para personas extranjeras, formadora de agentes de igualdad, experta en el estudio y análisis de lenguaje no sexista e inclusivo. Actualmente sigue trabajando la promoción de la igualdad de género y la gestión de la diversidad. Y escribe relatos.

 

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