Revista con la A

25 de enero de 2016
Número coordinado por:
Bethsabé Huamán Andía
43

Psicología, Psicoanálisis y Psicoterapia con perspectiva de género

Mujer y psicoanálisis, de la posición de objeto a la posición de sujeto

Helena Trujillo

Helena Trujillo

Hasta hace muy poco, la única sexualidad permitida para la mujer era la reproducción biológica sin acceso al campo del deseo. A comienzos del siglo XX, el Psicoanálisis diferencia a la mujer de la histérica, descubriendo en ella una sexualidad hasta entonces desconocida

Si históricamente a la mujer le ha sido destinada como tarea el amor y la familia, y a los hombres la guerra y la producción, estos roles han cambiado en la actualidad con los cambios en la producción y con los avances de la ciencia. Entre todos los grupos humanos, la familia desempeña un papel primordial en la transmisión de cultura, en ella la mujer cumple la función madre, pero la maternidad se olvida de la feminidad. Máquina reproductora de hijos e hijas, sujeta a la producción de la especie, pero en la que Ella, la mujer, nunca podrá unir amor y deseo. La apertura del deseo femenino está más allá del amor y la familia.

Desde el Psicoanálisis, sabemos que la diferencia entre hombre y mujer no es tal diferencia, en tanto no es en la genitalidad donde se funda la diferenciación sexual humana. Masculinidad y feminidad son, según Sigmund Freud, construcciones teóricas de contenido incierto. Son cuatro posiciones las que tiene que habitar el sujeto masculino y femenino: padre, madre, hombre, mujer. Todo se construye en el ser humano. Alcanzar esas cuatro posiciones psíquicas conlleva una transformación: hablar, escribir, trabajar, liberar su sexualidad para poder adoptar una posición diferente en el mundo. Aprender a soportar cierta cuota de displacer.

Hasta la llegada de la Teoría del Inconsciente, la sexualidad femenina era un continente oscuro, nadie dejaba hablar a la mujer, nadie quería escucharla

Hasta la llegada de la Teoría del Inconsciente, la sexualidad femenina era un continente oscuro, nadie dejaba hablar a la mujer, nadie quería escucharla. El Psicoanálisis pide, por primera vez, que hable. Esa apertura que permiten las ciencias del Siglo XXI a la mujer aún no se ha traducido en una organización social que incluya la diferencia sexual. Aún, si ella desea, es puta o depravada. A la mujer lo que más le gusta es ser amada, que la amen, a veces, es capaz de todo por amor. Todas las personas hemos visto que algunas mujeres, aterradas por la idea de “quedarse solas”, se casan o viven en pareja con hombres a los que no aman y que no les convienen, con tal de sentirse amadas. La mujer está acostumbrada históricamente a trabajar por amor, hacerlo por dinero es un paso que no toda mujer puede dar. Ella tiene conflictos entre la producción y la reproducción, entre la producción de productos sociales y la reproducción de la especie. Si no analizamos el machismo inconsciente, el sentimiento de inferioridad y el desprecio de la mujer hacia el dinero, todavía no habremos entrado al siglo XXI.

Sin productos en la realidad no podemos hablar de sujeto. Para alcanzar la feminidad tenemos que hablar de la separación del objeto primordial, transformarse en el producto de nuestras transformaciones. Separarse del amor para poder amar. El deseo es la esencia humana, carece de objeto, todo el mundo deseamos lo mismo, nos diferenciamos en cómo nos la arreglamos con el deseo, renunciando, postergando, sustituyendo, elaborando en cada caso de forma diferente. La heterosexualidad es una construcción teórica compleja, no tiene que ver con el objeto elegido sino con la posición que adoptemos frente a la ley del lenguaje. El amor es un efecto del deseo. La culminación del desarrollo de la mujer es su acceso a la cadena significante, hacerse sujeto del lenguaje. Nuestro cuerpo no existe, es escenario de lo inconsciente y nuestro ser sólo semblante.

Tomar el camino de la libertad genera compromisos y ahí la mujer no quiere compromisos, sólo piensa el compromiso como compromiso matrimonial, tiene el ideal de que eso le va a dar todo: la felicidad, el trabajo, el dinero. Es fundamental para la mujer aprender a sumar, aceptar la multiplicidad de la palabra mujer: madre, trabajadora, amante, social… La inteligencia, el amor, la satisfacción, no están en ningún lugar, se producen en el encuentro con lo social. Producir una nueva realidad donde la mujer no tenga que reducirse a ser hija, madre o esposa, permitirá que en los próximos siglos podamos llegar a conocer a la mujer. La única cosa de la que podemos hacernos culpables es de haber cedido en el deseo.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS – Menassa, Alejandra; Rojas, Pilar y otros autores. La mujer del Siglo XXI. Madrid: Editorial Grupo Cero, 2012.

  • Sorli, Nuria. “Breve historia de la sexualidad”. Revista de Sexología Identidades (2002). http://www.inppares.org/sites/default/files/breve%20historia%20de%20la%20sexualidad.pdf
  • Menassa, Miguel Oscar. Psicoanálisis del amor. Madrid: Editorial Grupo Cero, 1994.
    • Freud y Lacan -hablados- 5. Madrid: Editorial Grupo Cero, 2014.
    • La familia como estructura sexual. Freud y Lacan -hablados- 2. Madrid: Editorial Grupo Cero, 2000.
  • Freud, Sigmund. Tres ensayos para una teoría sexual. Obras completas. Traducción López Ballesteros. 3ª Edición. Madrid: Editorial Biblioteca Nueva.
    • Sobre la sexualidad femenina. Obras completas. Traducción López Ballesteros. 3ª Edición. Madrid: Editorial Biblioteca Nueva.

REFERENCIA CURRICULAR

Helena Trujillo es psicoanalista del Grupo Cero, movimiento científico cultural definido como uno de los más importantes de los últimos 50 años. Psicóloga, criminóloga, conferenciante y especialista en medios de comunicación, poeta y coordinadora de talleres. Original de Málaga, reside actualmente en Madrid donde desarrolla su carrera profesional y participa activamente en las actividades culturales del Grupo Cero. Coautora del libro La mujer del siglo XXI, durante dos años ha dirigido y presentado el programa de televisión con el mismo nombre, donde ha desarrollado una visión psicoanalítica de las distintas facetas de la mujer actual. Especialista en psicoanálisis y terapias de pareja, es formadora y coaching empresarial.

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