Revista con la A

25 de noviembre de 2017
Número coordinado por:
Lucía Melgar
54

Refugiadas, desplazadas, inmigrantes: urgencia y solidaridad

Las deportistas discriminadas

Los deportistas y las deportistas pueden practicar un mismo deporte. No obstante, no deben enfrentarse a las mismas reglas y/o imposiciones. Todo está pensado para el deporte masculino y, como el femenino tardó más en desarrollarse y en ser aceptado en la sociedad, los hombres tienen todos los privilegios. Al ser mujeres sufren muchas discriminaciones que no tienen necesidad de existir para los hombres. Es un combate perpetuo en el que siempre deben demostrar cosas que no tienen nada que ver con la práctica deportiva en sí. Estas diferencias de trato pueden parecer muy desalentadoras, pero estas mujeres tienen un amor para el deporte tan grande que hacen sacrificios para vivir plenamente su pasión mientras que los hombres que hacen el mismo deporte lo hacen sin todos estos compromisos y sacrificios que hacen ellas.

Como privilegios, se puede evocar primero el del dinero. Aunque ciertos deportes masculinos tienen más dinero que otros, siempre tienen más dinero que el deporte femenino. Por ejemplo, el sueldo medio de una futbolista profesional en Francia se sitúa entre 1.500 y 3.000 euros al mes, cuando el sueldo medio de un futbolista es de 75.000 euros al mes. Les diferencias son enormes y son aún peores cuando las jugadoras no son profesionales. En efecto, en varios deportes colectivos, las jugadoras no tienen un estatuto de jugadoras profesionales. Aunque se entrenan como ellos y participan en las mismas competiciones que los hombres, muchas mujeres deportistas no gozan de un estatuto de profesional. Por supuesto, tal situación conlleva varios problemas. Si no son remuneradas las jugadoras por su práctica deportiva, éstas tienen que trabajar fuera del deporte para poder vivir. Es muy complicado porque, al tener un trabajo a diario, tienen que compaginar el trabajo y una vida familiar con los entrenamientos después del trabajo. Son jornadas muy largas y muchas veces el cansancio acumulado de estas jornadas puede provocarles heridas. También es importante precisar que pueden perder su empleo porque primero es imposible para ellas tener un trabajo a tiempo completo y, además, piden muy a menudo días libres cuando tienen que desplazarse para las competiciones. Deben hacer muchos sacrificios para poder seguir con su práctica deportiva, y si muchas jugadoras aparecen como aficionadas no es el caso ya que participan a las mismas competiciones que los hombres. La única diferencia es que lo hacen por su placer personal y no por la remuneración ya que no tienen derecho a nada.

Incluso el tema de los entrenamientos es problemático. Cuando los hombres tienen su propia sala para entrenar cada día, muchas deportistas de deportes colectivos no tienen una sala o una pista reservada y siempre están cambiando de sitio. Tampoco gozan de los mejores equipamientos y muchas veces, al no ser profesionales, deben jugar con prendas masculinas demasiado grandes para ellas.

Cuando hablamos de deporte femenino siempre hablamos de su falta de visibilidad en los Mass Media, y el argumento que justifica esta invisibilidad es el de la audiencia porque las mujeres generan menos audiencia que los hombres. Pero es el pez que se muerde la cola, porque si no se dan las mismas posibilidades a las deportistas éstas no podrán producir lo mismo en la pista. Cuando los jugadores se pasan todo el día entrenando y las jugadoras trabajan de día y entrenan de noche, está claro que no pueden tener el mismo rendimiento y por lo tanto generar tanta audiencia. Para poder lograr una igualdad en los medios, las federaciones deberían empezar por poner en un mismo pie de igualdad a sus deportistas, bien sean hombres o mujeres, y ofrecerles el mismo trato.

 

Agathe Ripoche

REFERENCIA CURRICULAR

Agathe Ripoche es titular de un máster de Estudios Hispánicos en Francia (Clermont-Ferrand) y de un máster de Igualdad de género en la universidad Complutense de Madrid. Le interesa mucho el deporte femenino. Convencida de que el deporte debe ser tanto femenino como masculino, está involucrada en este tema para que poco a poco cambien las mentalidades. Ha creado un blog titulado Balle de sexisme para informar y denunciar el sexismo y las discriminaciones que sufren las mujeres.

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