Revista con la A

26 de marzo de 2018
Número coordinado por:
Anastasia Téllez
56

El Valle de la Igualdad

La igualdad y emancipación de las mujeres desde sus referentes y escenarios territoriales más próximos. El caso del EVI.

Bernabé Aldeguer

No es casual que la primera de las actividades con la que se inauguraba la presentación pública y la andadura originaria de El Valle de la Igualdad (EVI) fuese la I Rueda de Hombres

No es casual que la primera de las actividades con la que se inauguraba la presentación pública y la andadura originaria de El Valle de la Igualdad (EVI) fuese la I Rueda de Hombres, celebrada en Octubre de 2016 en Monforte del Cid.

Una iniciativa emocionante en la que tuve la fortuna de participar realizando la lectura del manifiesto para tal día consensuado, contando con la confianza de las compañeras del EVI, junto con los alcaldes, concejales y líderes sociales, todos ellos hombres, de la comarca, a quienes se unieron, seguidamente, todas las mujeres que, de esta forma, testimoniaban el compromiso público y explícito de aquellos sin cuyo concurso resulta imposible el logro de la igualdad: un asunto imperativo para todas y todos.

Rueda de Hombres de El valle de la Igualdad contra la violencia del género
Fuente: El Valle de la Igualdad.

Y es que las políticas públicas y los proyectos dirigidos a erradicar las desigualdades de género no pueden ni deben ser cuestión o compromiso único, exclusivo o excluyente de las mujeres, sino, obviamente, también de los hombres y del conjunto de la sociedad. De esta forma, y considerando la importancia de las palabras y estructuras del lenguaje a la hora de producir y reproducir, proyectar o expresar la arquitectura latente de la explotación contra las mujeres, conviene empezar por señalar que las políticas destinadas a lograr la emancipación de las mujeres deben dejar de ser denominadas como políticas de la mujer, para ser, en puridad y corrección terminológica y axiológica, políticas de igualdad.

Del mismo modo que en el marco del movimiento obrero o ecologista opera la tensión entre el internacionalismo y la defensa de los procesos con raigambre territorial, buscando la compatibilidad de ambas dimensiones en el transcurso estratégico hacia la emancipación, proyectos como el EVI constatan que el logro de las prioridades vinculadas al feminismo en su ineludible dimensión internacional(lista), depende, en gran medida, de la capacidad que los movimientos locales o regionales tengan para organizar sus recursos, en virtud de la forma particular en que la explotación y la desigualdad se manifiesta en una estructura económica, social, institucional y de valores dada.

En este sentido, cabe considerar la necesidad de fortalecer los servicios públicos de intervención hacia las mujeres y su entorno más inmediato, en tanto en cuanto las acciones de formación o divulgación son la inspiración y fundamentación teórica de una reflexión cuya validez se expresará en tanto en cuanto se materialice mediante una acción, en forma de políticas públicas y programas de intervención. Estar a pie de calle, con una atención profesionalizada multidisciplinar, en el día a día, es clave para forjar, a través de la información, el empoderamiento de quien, con recursos tangibles como el conocimiento de sus derechos y los protocolos para lograrlos, puede levantarse, firme, y luchar, contando con las garantías procesales que, en determinados casos, es ineludible aportar, para no desproteger más a las mujeres que ven sus derechos y las leyes como un espejismo, hermoso, pero inalcanzable, por falta de medios reales para su satisfacción.

Por otro lado, resulta ineludible valorar el papel de la economía sumergida en la que se ven involucradas centenares de mujeres en nuestra comarca, vinculadas a sectores económicos que gozan de gran predicamento propagandístico o publicitario, pero en cuyos cimientos nos encontramos una lamentable realidad en la que observamos a mujeres que, sin cotizaciones dignas en el hoy, no gozarán de pensiones adecuadas en el mañana. A ello cabe añadir las condiciones lamentables a nivel laboral, sin ni tan siquiera un contrato al que poderse acoger para realizar denuncia alguna, máxime en situaciones de crisis económica estructural, en la que tener “cualquier” trabajo, bajo “cualquier” condición o circunstancia es la prioridad, considerando la necesidad de añadir, además, la carga del espacio privado o doméstico ligada al cuidado.

Y es que, a pesar del mayor número de mujeres en posiciones institucionales de relevancia pública, conviene incidir en la necesidad de ahondar en las circunstancias reales y cotidianas del desempeño que, de forma diferenciada y desigual (discriminatoria en contra de las mujeres), operan en el ejercicio real y efectivo del poder y de las facultades públicas o políticas.

Los hombres, sea cual sea nuestra orientación o identidad sexual, debemos organizar nuestra cotidianeidad desde una perspectiva feminista, incorporándola no sólo a nuestras palabras o discursos, sino a nuestro ejercicio personal, como ciudadanos, amigos, familiares, trabajadores o parejas

Todo ello hace que debamos dirigir nuestra mirada a las bases desde las que, a lo largo del día a día, operan la discriminación, la exclusión y la desigualdad, bajo el convencimiento de que todos los hombres, sea cual sea nuestra orientación o identidad sexual, debemos organizar nuestra cotidianeidad desde una perspectiva feminista, incorporándola no sólo a nuestras palabras o discursos, sino a nuestro ejercicio personal, como ciudadanos, amigos, familiares, trabajadores o parejas.

En el más recóndito de los reflejos de mi recuerdo puedo observar la mirada valiente de aquellas abuelas y madres nuestras en cuyas manos ajadas podemos leer, a través de surcos cáusticos y cárcavas de tiempo, los efectos de una religión patriarcal e hipócrita, un analfabetismo promovido por el sistema y una carga de cuidado impuesta, todo lo cual, si bien, les permitió construir una ética de la resistencia y de la dignidad que no debemos perder de vista a la hora de elaborar proyectos de intervención que, junto a los necesarios requerimientos metodológicos y científicos, precisan disponer también de la deontología y el compromiso feminista y humanista más genuino.

Del mismo modo que aquél cartel de Ramón Pujol señalaba que era necesario dar guerra sin cuartel al pesimista, sus armas son llevar el desaliento al pueblo antifascista, hoy día, como fase previa a la construcción y la lucha en positivo, es necesario extirpar, de palabra (escrita y proclamada), acción (formal o revolucionaria) y pensamiento (sin trampas intelectuales, con un fundamento ideológico emancipador y libertario claro), todo aquél discurso o conducta que quiera deshacer el difícil camino hacia una igualdad que comienza con esa sonrisa comprometida, tan amable como rebelde, y ese puño dirigido a un techo de cristal, aunado e impulsado por la fuerza de toda una sociedad.

 

REFERENCIA CURRICULAR:

Bernabé Aldeguer Cerdá es Primer Teniente Alcalde y Concejal de Participación Ciudadana, Comunicación y Medios, Empleo, Desarrollo Económico y Juventud, del Excmo. Ayuntamiento de La Romana (perteneciente a El Valle de la Igualdad). Es profesor de Ciencia Política y de la Administración en Universidad de Alicante (UA), doctor en Derecho, Estudios Políticos y Constitucionales y licenciado en Ciencias Políticas y de la Administración por la Universidad Miguel Hernández de Elche (Alicante). Posee, entre otros cursos de especialización a nivel nacional e internacional, un Máster en Gestión Pública y Liderazgo Político de la Universidad de Alicante. Es autor, entre otros, de los libros Democracia Paritaria y Cuotas Electorales (Tirant Lo Blanch) y El desempeño parlamentario de las Diputadas Autonómicas Valencianas (1983-2011) (Cortes Valencianas).

http://www.cipadal.com/es/dr-d-bernabe-aldeguer-cerda

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