Revista con la A

25 de mayo de 2016
Número coordinado por:
Lucía Melgar
45

Cambio climático y género

La elección de Ayuntamiento

                                                                         D.PANCRACIO: (Bajando la voz)
                                                                                       ¿Cómo vamos de los votos?
                                                                                       ¿Por quién da usted sus sufragios?
                                                                         ZAPATERO:
                                                                                         Por las ánimas benditas
                                                                                         de los que me den más cuartos.

Bibiana Gallego Lancharro, Marquesa de Aguiar.

Un nombre sonoro, aunque obscuro, que sólo a algunas especialistas estudiosas de la presencia femenina en el Teatro les sugerirá algún recuerdo.

Esta mujer nació en un pueblo extremeño en 1799. Casó a los 17 años, tuvo dos hijos y, en 1919, pide el divorcio, que tardaría en conseguir 14 años. Entre medias, escribió al Rey Fernando VII  un memorial argumentando la urgencia de su divorcio y la necesidad de conservar la custodia de sus hijos: el marido es vicioso, jaranero, infiel… Una historia como tantas otras, si no fuera porque estamos hablando del primer tercio del siglo XIX, y revela una gran fuerza de carácter para enfrentarse a la sociedad de la época. Cierto que contaba con las ventajas de ser una mujer ilustrada, teatreras-45gracias a pertenecer a una familia pudiente (poco después de conseguir el divorcio, heredó el título de marquesa de Aguiar, al parecer, de un tío suyo). Aún así, era necesaria mucha valentía para no dejarse avasallar por su marido ni por la sociedad.

Ésto la hizo objeto de enemistades y murmuraciones incrementadas porque ella aún se atrevió a más: era poeta, autora teatral, y le interesaba la política.

En 1841 publicó la única comedia que conocemos de ella: «La elección de Ayuntamiento».

Es una farsa muy bien estructurada, con ritmo, rico y fluído lenguaje, mucho humor y personajes retratados bajo la luz cruel de la lucidez.

Quiero centrarme en esta obra, porque es testimonio de aquellos momentos  y explica en buena medida la realidad política actual.

Veamos el contexto histórico:

Los ayuntamientos estaban en poder de generaciones de regidores perpetuos nombrados desde la monarquía absolutista. No viene al caso profundizar en la disputa entre conservadores y progresistas, el caso es que llegaron al consenso «provisional» de que fueran elegidos en comicios. No por sufragio universal, sólo podían votar los que poseían propiedades rústicas o urbanas, y sólo podían ser elegidos los más ricos. Y desde luego, las mujeres estaban excluídas.

Bibiana, buena conocedora de la realidad política, percibe enseguida y denuncia el sistema: cómo los caciques corromperían las elecciones y se harían con el poder oligárquico, que iba a crecer oculto bajo formas «democráticas». (¿Os suena de algo?).

En la obra muestra todo tipo de trapacerías: retrasar la elección, encarcelar o inhabilitar a los contrarios, formación de redes clientelares comprando votos con dinero y favores, votos trucados, impulso a desórdenes callejeros interesados, protección por parte de la autoridad, brutalidad impune, intervención de la Iglesia, manipulación de las mujeres, falsificación del censo, hacer votar a los muertos o a una mujer difrazada de varón… No desprovecha tampoco la ocasión para rivindicar el voto femenino, casi un siglo antes de que fuera aprobado en España.

El pretendiente a la alcaldía, que quiere ser honesto, se ve obligado a comprar los votos más caros que el cacique, y se horroriza al darse cuenta que debe ya tantos favores a sus votantes comprados que su administración será tan corrupta como la del cacique actual.

En un panorama grotesco, Bibiana Gallego pone de manifiesto que todo ocurre con la complicidad de los aldeanos, que entran en el juego deseosos de sacar provecho de la corrupción de los jerifaltes.

Es desolador si pensamos que ese es el caldo de cultivo en el que se ha cocinado nuestra realidad actual.

Se sabe de otra de sus obras, «No más lugar», de la que al parecer sólo se conserva el manuscrito en una biblioteca de EE UU.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

– TEATRO Bibliografía: BREVE DE MUJERES (Siglos XVII-XX). Editado por ADE: Publicaciones de la Asociación de Directores de Escena.
– EL TEATRO DE MUJERES EN LA BAJA EXTREMADURA. Paloma Fanconi.   ALBORAYQUE, Revista de la Biblioteca de Extremadura. Disponible en:         
 http://biex.gobex.es/biex/download/Alborayque_5.pdf

REFERENCIA CURRICULAR

isarequenaIsabel Requena es actriz. Estudió Arte Dramático en el Conservatorio de Valencia y en la Universidad Internacional de Teatro, en Lugano, Suiza; en Le Circ Divers, en Lieja, Bélgica y durante su larga vida profesional se ha ido formando en Técnicas de Voz, Expresión Corporal, Interpretación, Técnica de Clown, Técnica Alexandre, etc. con las y los mejores profesionales: Rafa García, Maria José Peris, TEC de Cali, Colombia, Cristina Castrillo, Libre Teatro Libre (Argentina), J.P. Michel, Rafa Calatayud, J. Mac Callion, Michel López, Konrad Sziedrich, José Luis Cuerda,… En el ámbito de las Artes Escénicas ha “tocado” todos los palillos: ha hecho cine, televisión, ha sido actriz de doblaje, realizado cortometrajes, dirigido distintas obras y es autora de las obras “La última cena”, “Letra gorda”, “Llamar” y “Un sopar de compromía” (estas dos últimas como coautora). Isabel es, en definitiva, una mujer de teatro comprometida con la Cultura en general y con las Artes Escénicas en particular.

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