Revista con la A

28 de septiembre de 2016
Número coordinado por:
Elvira Rilova
47

Gestión Cultural, Género y Feminismo

Invisibilización de las mujeres en el arte. Sobre Educación, Arte e Igualdad

Pilar V. de Foronda

Pilar V. de Foronda
Fotografía: Pilar Aldea

Uno de los lugares donde casi todas las personas consideran evidente que la igualdad es un hecho es en los espacios del arte y de la educación. En estas disciplinas se da por supuesto con mucha naturalidad que la igualdad ya se ha logrado y que todo está hecho. Este artículo aspira a explicar la necesidad de comprender que esto es algo irreal, que es una “falsa sensación de igualdad”

Uno de los lugares donde casi todas las personas consideran evidente que la igualdad es un hecho es en los espacios del arte y de la educación. En estas disciplinas se da por supuesto con mucha naturalidad que la igualdad ya se ha logrado y que todo está hecho. Este artículo aspira a explicar la necesidad de comprender que esto es algo irreal, que es una “falsa sensación de igualdad” dado que siguen existiendo relatos diferentes para mujeres y para hombres desde las mujeres y desde los hombres, al mismo tiempo que existen sutiles métodos de invisibilización tanto para el relato como para las creaciones de las mujeres.

En España, los artículos 24 y 26 de la Ley Orgánica 3/2007 para la Igualdad efectiva de mujeres y hombres hablan, explícitamente, de potenciar la igualdad en el ámbito de la educación y en el ámbito de la cultura. Lograr que la enseñanza sea paritaria de una manera real no solo es competencia de escuelas, institutos y otras instancias educativas, sabemos que para educar a niños y niñas hace falta toda la tribu, de ahí la importancia del cine, los videojuegos y el arte en la educación y del importante papel que llevan a cabo en la socialización de niños y niñas, por eso la necesidad de la aplicación de leyes de igualdad que hagan el cambio posible.

FISURAS DISCRIMINATORIAS EN LAS POLÍTICAS EDUCATIVAS PARA MUJERES Y HOMBRES

Es necesario que, desde los Estados y de manera global, se implementen políticas que lleven a cabo cambios curriculares donde las mujeres estén incluidas en los manuales de estudios de todas las disciplinas, como explica López Navajas [1] respecto a la falta de paridad en los manuales de la ESO [2]. La inclusión de las mujeres en todas las ramas de conocimiento, durante la educación primaria y secundaria, daría referencias a niñas y adolescentes sobre sus propias capacidades, permitiendo legitimar su trascendencia. A un tiempo que la mitad del relato, hasta ahora excluido, se vería incorporado al imaginario colectivo.

Encontramos que el arte narra las grandes gestas de ficción para chicos y adjudica las grandes gestas románticas a las chicas, generando relatos diferentes gravemente discriminatorios y sesgados. Imágenes de mujeres bañando a sus niños y niñas nos las ofrecen artistas como Mary Cassat o Marie Blanchard, mientras que las representaciones de partos son prácticamente inexistentes en la historia del arte [3]. Muy pocos varones se deleitan en representar estos trabajos, los de los cuidados, a través de las artes plásticas. Historias como la que se narra en la película Criadas y Señoras (The Help en inglés) dirigida por Tate Taylor, basada en la novela de Kathryn Stockett, quien, todo hay que decirlo, cedió los derechos a su amigo de manera altruista, no son la norma en la historia del cine como vienen demostrando los estudios que se están llevando a cabo sobre el sexismo en el cine [4].

IMPEDIMENTOS A LAS MUJERES EN UN MUNDO MASCULINIZADO

Cuando en los colegios e institutos se explica la historiografía como la historia de lo masculino universal, obviando a las mujeres, por pequeño que fuera su número y aun a pesar de las circunstancias adversas de su época y los impedimentos para ser científicas, creadoras, filósofas o cualquier otro tipo de profesión masculinizada en su momento, se impide su paso a la historia y son invisibilizadas. Con lo cual, de forma discriminatoria, se pierde la oportunidad de narrar a los hombres y mujeres del futuro de cómo media humanidad mantenía sojuzgada a la otra media. Opacar las circunstancias de cómo las situaciones de poder de los hombres hacia las mujeres se deconstruyen desde el siglo XVIII, perdiendo de este modo la oportunidad de hacer una sociedad más igualitaria, ignorando 300 años de tradición de filosofía feminista.

ALGUNAS CAUSAS DE INVISIBILIZACIÓN

Una de las causas de la invisibilización de las mujeres artistas es, precisamente, que en los currículos no se estudia la genealogía de las mujeres. El hecho de que se obvie la existencia de mujeres y que se ensalce la existencia de varones es una injusticia histórica que debe solucionarse de manera urgente. En España ya hay mayoría de licenciadas en humanidades, como quedó explicado de manera detallada en el estudio sobre las mujeres universitarias y sus relaciones con las Reales Academias del Instituto Español [5], a pesar de lo cual en las cúpulas del arte, de la gestión cultural y de los premios y reconocimientos las mujeres siguen siendo minoría.

Una de las causas de la invisibilización de las mujeres artistas es que en los currículos no se estudia la genealogía de las mujeres

La complejidad de compatibilizar los cuidados domésticos y familiares con el trabajo remunerado y con el trabajo artístico, generalmente, nos lleva a un triple empleo, no siendo este el caso de los artistas varones. Además, existe una falta de aceptación del trabajo artístico creado por las mujeres ya que el mercado devalúa las obras de arte de las mujeres artistas. Tradicionalmente, en la cultura y en el mundo del arte los cargos, los premios, las oportunidades se dan por cooptación, eso quiere decir que son endógenos y continuistas con las estructuras existentes. Si las mujeres seguimos en el círculo de los cuidados será igual de difícil estar en lo público para lograr los contactos necesarios y para estar en los espacios donde se gestiona la cultura y, por ende, el arte.

Y, en tercer lugar, la propia infravaloración adquirida en nuestra socialización como mujeres, lo recibido desde la sociedad del espectáculo y lo mediático, con sus cánones impuestos a las mujeres, como los valores del físico, además de virtudes como la modestia y la discreción, ponen en cuestión nuestra capacidad para crear y triunfar provocando una autoinvisibilización, que nos impide enseñar nuestra obra y potenciar la ajena antes que la propia.

Como consecuencia, nos está siendo enajenado el arte, convertido, por una parte, en un bien de consumo, siendo más mercado que nunca y, por otra, en un sistema colonizador de un capitalismo machista y heteropatriarcal que establece lo que vale en función del dinero y solo del dinero, dejando la experiencia estética para algunas personas. Con esta obscena diferencia el gran público nos enfoca como objetos de consumo, que pasan a pertenecer a las nuevas generaciones enajenándolas de la cultura de sus ancestras, que sería la cultura que les daría los necesarios referentes de futuro.

APRENDIENDO A DIFERENCIAR

La creatividad nos da una valoración tan crítica del mundo como la que ofrece el aprender a pensar de quienes nos precedieron. El ejercicio para diferenciar el significado de los verbos ver, mirar, observar y escudriñar llega a través del deleite del descubrimiento. Nadie escudriña mejor que un niño o una niña. El momento infantil del descubrimiento del mundo es uno de los momentos de mayor aprendizaje y formación, el momento de mayor observación de la vida y, sin embargo, se nos enajena. Se nos hace abandonar ese camino del deleite en la observación para pasar a un aprendizaje mecánico y no siempre crítico, de una serie de conocimientos técnicos que nos son útiles, aunque no imprescindibles, para la vida.

Y en este olvido del cultivo de la creatividad y gozo de hacer las cosas con primor se esfuma la capacidad de reflexionar acerca de las otras personas y también de nosotras mismas. Se olvida la idea de la capacidad de ser dueños y dueñas de nuestras propias vidas y la enorme capacidad de autonomía. Para recuperar este olvido una posibilidad es observar tres ventanas: una a través de la cual se mira a la educación, otra por la que se mira el arte y una tercera con la que seremos capaces de ver la educación y el arte con gafas violetas.

En su momento, la gran lucha del movimiento sufragista fue para conquistar nuestro derecho al voto y la educación, ahora, la educación se ha convertido en la adquisición de una serie de conocimientos que no tenemos la certeza de que nos vayan a proporcionar la igualdad real. Sí que nos está permitiendo ocupar lugares, en muchos casos a costa de un gran sacrificio personal por parte de muchas mujeres que ocupan estos lugares. Pero no nos está concediendo la felicidad que da la libertad de pensamiento y la libertad de creación. El arte requiere una toma de decisiones y un pensamiento veloz que nos educa para la vida. El aprendizaje que se lleva a cabo en las escuelas trabaja sobre el control de impulsos y la toma de decisiones. Las disciplinas artísticas ofrecen la posibilidad de trabajar un espacio libre de sexismo, racismo, clasismo y homofobia; los cuatro tipos de ceguera sobre los que Audre Lorde [6] trabaja el fin de las diferencias que provocan todas las violencias.

Enajenando el arte como se ha venido haciendo en los últimos años en España y en otros países, donde la educación artística se ha ido reduciendo a la mínima expresión, enajenando también la asignatura de filosofía, que nos da la capacidad de desarrollar un pensamiento crítico, a la par que, en la edad adulta, con jornadas de más de 35 horas a la semana y salarios insuficientes, se elimina todo el tiempo de ocio como espacio de cultura, se crea una ciudadanía sin capacidad de valoración crítica.

Como posibilidades de solución, la incorporación de las mujeres que en la historia han sido creadoras, pensadoras, filósofas, etc. a los planes de estudio, la importancia del trabajo asociativo que lleva al trabajo colaborativo para aquellas que renunciamos al arte como dominio [7]: El potenciar la obra de la compañera y que la compañera potencie la obra propia como una posibilidad de “vía de escape” de la opresión del mercado patriarcal, son dos posibles ejes de vertebración de la lucha contra la desigualdad en el arte y, como consecuencia, en la vida.

 

NOTAS

[1] López Navajas, Ana. Análisis de la ausencia de las mujeres en los manuales de la ESO: una genealogía de conocimiento ocultada. Ministerio de Educación. 2014

[2] Educación Secundaria Obligatoria en España, que recoge al alumnado en torno a los 12-16 años de edad.

[3] Ha de representar Frida Khalo “Mi nacimiento” para que podamos admitir que también es representable.

[4] Nos referimos a los estudios de Arranz, Fátima. Cine negro en España, y a los informes e investigaciones del Sundance Institut y de Women Film.

[5] http://www.inmujer.gob.es/publicacioneselectronicas/documentacion/Revistas/ANALITICAS/DEA0234.pdf

[6] Nos estamos refiriendo al ensayo de Lodre, Audre. Mi hermana la extranjera. horasyHoras, Madrid. 2003

[7] El arte como dominio es un concepto aprendido de Mariam F. López Cao en su libro: Para qué el arte. Reflexiones en torno al arte y su educación en tiempos de crisis. Fundamentos, Madrid. 2015l

 

REFERENCIA CURRICULAR

Pilar V. de Foronda es Doctora en Bellas Artes por la Universidad de Granada (UGR), Agente de Igualdad por la Universidad de Castilla – La Mancha (UCLM), Agente de detección en Intervención en Violencia de Género por la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Además, es escultora, artista visual y feminista.

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